La Semana Negra del PSOE
Los creyentes nos hemos tenido que aguantar durante siglos que un inquisidor, en el caso Galileo, no quisiese mirar por un telescopio, pero hoy son los no creyentes, en pleno 2009, los que no quieren mirar una foto, aunque para eso ni siquiera sea necesario saber leer y escribir. La declaración de doña Bibiana puede ser una seria aspirante al Guiness de las tonterías
por Pedro Trevijano
Esta semana no ha sido precisamente una semana fácil para el Partido Socialista. Empezó la ministra de Igualdad con su desafortunada entrevista en la SER y su afirmación que un feto de trece semanas era un ser vivo, pero no un ser humano. No hace mucho tuve un debate sobre el tema del aborto en una televisión local en la que un psicólogo me dijo que la vida humana empezaba a las veinte semanas. Cuando me tocó el turno de hablar saqué la foto de un feto de doce semanas. A mi adversario sólo se le ocurrió decirme que sacar esa foto era una frivolidad. Es evidente que la comunidad científica, y así lo prueba el Manifiesto de Madrid, se inclina cada vez más en sostener que la vida empieza en la concepción, pero es que a las doce semanas, las mujeres no van al ginecólogo preguntando: «Doctor, ¿cómo va mi feto?», sino «Doctor, ¿cómo va mi hijo?». Los creyentes nos hemos tenido que aguantar durante siglos que un inquisidor, en el caso Galileo, no quisiese mirar por un telescopio, pero hoy son los no creyentes, en pleno 2009, los que no quieren mirar una foto, aunque para eso ni siquiera sea necesario saber leer y escribir. La declaración de doña Bibiana puede ser una seria aspirante al Guiness de las tonterías. Peor todavía ha sido lo que ha dicho don José Luis Rodríguez Zapatero, con su petición a los padres que se laven las manos ante el aborto de sus hijas. Pretender que los padres no tengan «una interferencia determinante en su decisión», pues una decisión «libre e íntima» y «el aborto es un derecho de la mujer», me parece que tiene que provocar una fundada indignación en cualquier padre o madre. Cuando uno lee lo que el Papa considera en su Exhortación «Sacramentum Caritatis» nº 83 como valores innegociables, es decir «el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos», nos damos cuenta que es lo contrario de lo que defiende Zapatero. El problema está en que «perdiendo el sentido de Dios, se tiende también a perder el sentido del hombre, de su dignidad y de su vida» (Juan Pablo II, Encíclica «Evangelium Vitae» nº 21). Pero aún peor es el exigir la disciplina de partido cuando se vote la ley del aborto. Si esto es así y no se rectifica, los diputados católicos que voten a favor de esa ley se hacen cómplices de un crimen abominable, como ya enseñó el Concilio y violan el mandato del Libro de Hechos 4,19 y 5,29 «es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres». 1ª Corintios 11,27-29, citada por el Papa sobre este asunto, recuerda que «quien come el pan y bebe el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor». El Partido que manda eso viola el derecho a la libertad de conciencia promulgado por el artículo 18 de la Declaración de Derechos Humanos de la ONU y que en nuestra Constitución «forma parte del contenido del derecho fundamental a la libertad ideológica y religiosa, reconocida en el artículo 16.1 de nuestra Constitución», según sentencia del Tribunal Constitucional del 11 de Abril de 1985. Y, por último, está el asunto del video para la campaña electoral europea. Se trata de un insulto contra los sacerdotes. Como siempre he pensado que, cuando a uno le insultan y además sin razón, el que pierde categoría no es el insultado, sino quien insulta, lo único que se me ocurre es lamentar la escasa categoría humana de quienes conciben una campaña electoral así y de quienes le dan luz verde.
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