Solidaridad en EEUU
Según un estudio, la reacción a la crisis económica ha dado como resultado un aumento en las contribuciones caritativas voluntarias de los estadounidenses. El 30% de las familias estadounidenses han contribuido un mínimo de 500 dólares a amigos o familiares.
por Marta Alejandro
En las últimas semanas, el presidente Obama y numerosos congresistas y senadores estadounidenses han recorrido el país para explicar el intento de reforma del sistema sanitario en Estados Unidos. Los representantes del congreso y el senado han organizado foros públicos con el fin de explicar sus propuestas, y en muchos casos han sido recibidos con hostilidad. Esa hostilidad, como pasa a menudo en estas situaciones, se ha explicado bien, mal o de forma horrorosa, dependiendo del color político y las preferencias del que la estuviese explicando. Una explicación muy sesgada que se ha repetido una y otra vez es la falta de solidaridad de los que tienen seguro médico con los que carecen de él. Con ella se pinta una imagen egoísta de la clase media estadounidense, paralela al estereotipo de los ciudadanos estadounidenses como poco solidarios e «individualistas». Y yo me pregunto, ¿se corresponde esa imagen con la realidad? Cuando se analizan datos concretos, la imagen parece ser diferente. Según un estudio publicado recientemente por Rand Corporation, la reacción a la crisis económica ha dado como resultado un aumento en las contribuciones caritativas voluntarias de los estadounidenses. El 30% de las familias estadounidenses han contribuido un mínimo de 500 dólares a amigos o familiares. Incluso entres las familias que están teniendo problemas económicos, un 29% ayudó a otros financieramente. El estudio indica que la mayoría de las ayudas son de padres a hijos. Por supuesto, esto no es diferente a la forma de comportamiento de las familias en muchos otros países. Cuando alguien en tu familia tiene problemas, intentas ayudarlo. Pero, ¿no quedamos en que los estadounidenses más egoístas? Esto no parece confirmarlo. Es más, mi experiencia en este país me ha enseñado que los estadounidenses son extremadamente generosos en un aspecto: el tiempo que dedican a hacer voluntariado. Según la Corporación para el Servicio Nacional y Comunitario (CNCS por su sigla en inglés), a pesar de las dificultades económicas, más gente hizo voluntariado en 2008 que en 2007. Veinte millones de ciudadanos dijeron haber ayudado a sus vecinos a resolver problemas existentes en su comunidad, frente a 15 millones que dijeron haber participado en voluntariado en su comunidad en 2007. Si esta tendencia a hacer voluntariado es cierta, ¿quiénes lo hacen y dónde? Para empezar, una gran parte del voluntariado es de carácter confesional. Todo el que haya visto una película americana, estará familiarizado con el Ejército de Salvación, por poner un ejemplo. Todas y cada una de la multitud de denominaciones confesionales tiene sus organizaciones de ese tipo llevadas por voluntarios que se dedican a ayudar a las personas más necesitadas con alimentos, ropa y vivienda. Además, hay una multitud de organizaciones no confesionales de todos los tipos y para todos los fines: ayuda a la educación, construcción de sendas de montañismo en parques, ayuda a niños necesitados, recaudación de fondos para la investigación médica, etc. Otra vez, uno se puede preguntar, ¿cuál es la diferencia entre este voluntariado y las organizaciones no gubernamentales europeas, tan populares en los últimos años? La primera y más clara: la mayoría de ellas operan sin ningún tipo de subvención y su objetivo principal es recaudar fondos para fines caritativos, y no recibirlos del estado para quién sabe qué. Durante cualquier fin de semana, en cualquier colegio, iglesia, polideportivo o parque de Estados Unidos, les garantizo que se pueden encontrar a un grupo de personas, ya sea niños, adolescentes, adultos o ancianos, trabajando de una manera u otra: construyendo casas, pintándolas, arreglando jardines, haciendo galletas para venderlas, vendiendo galletas, decorando un teatro, preparando una fiesta, preparando una carrera, corriendo en una carrera, recogiendo después de una fiesta o una carrera, haciendo paquetes de juguetes, envolviendo regalos, visitando y dando de comer a ancianos y enfermos, llevando la contabilidad de una organización sin recibir pago alguno por el trabajo, participando en la junta directiva de otra organización sin recibir pago alguno, etcétera. ¿Qué motivación tienen para hacer esto? El objetivo que mueve a esas personas es el hecho en sí de ayudar. Como es lógico, los padres de estudiantes tienden a participar en organizaciones relacionadas con la educación y los diabéticos y sus familiares en organizaciones que recaudan fondos para encontrar una cura para la diabetes, por citar algunos ejemplos. A parte de esa correlación, lo único que los voluntarios reciben a cambio es, quizás la compañía de los otros voluntarios, y la sensación de bienestar que a uno le queda después de ayudar a otras personas.
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