FERE y los distractores
Puede estar tranquilo Manuel de Castro y creo que también puede estar tranquilo este Gobierno. Creo que se van a entender bien. Parece que Ojeda habla el mismo lenguaje que su antecesor: financiación.
Tras leer las últimas declaraciones de Juan Antonio Ojeda, nuevo secretario general de Escuelas Católicas, tengo la sensación de que Manuel de Castro puede estar tranquilo. Parece que ha dejado FERE en buenas manos…o al menos en una manos parecidas a las suyas.
Puede estar tranquilo Manuel de Castro y creo que también puede estar tranquilo este Gobierno. Creo que se van a entender bien. Parece que Ojeda habla el mismo lenguaje que su antecesor: financiación.
Hasta ahora, Ojeda no había hecho grandes declaraciones que permitieran emitir un juicio sobre cómo podría ser su gestión al frente de FERE, pero en la entrevista concedida hace unos días a El País, el nuevo secretario de Escuelas Católicas (que gestiona la mayor parte de la enseñanza concertada en España) deja caer algunas cosas que van aclarando la situación.
Habla de libertad de elección y reclama la autonomía de los centros «para educar desde nuestro carácter propio». Pone aquí el acento, para citar luego, casi de pasada, la demanda social y familiar. Muchas veces me parece que la defensa que se hace de la libertad de elección desde los centros no se plantea correctamente. La razón de existir de los centros con carácter propio es la libertad de los padres para elegir la formación que quieren para sus hijos. Y la existencia de los conciertos debería ser precisamente garantizar que todos los padres puedan ejercer este derecho, pudiendo acceder a este tipo de escuelas con ideario propio, y que no se convierta en un lujo al alcance sólo de aquellos privilegiados que puedan pagarlos. Pero lo cierto es que los conciertos han sido otra de las grandes trampas del sistema educativo. Ahora mismo la red concertada es una especie de red «pseudoestatal» en la que muchos colegios han ido descafeinando el ideario y tragando con demasiadas cosas, con tal de no perder la ansiada financiación.
Tenemos un ejemplo reciente de algo con lo que han tragado: esta Educación para la Ciudadanía ideológica y sectaria; veremos si también tragan con la Educación Sexual Obligatoria. De momento, en la citada entrevista Ojeda se refiere a estas dos cuestiones como meros «distractores». Dice textualmente: «Hay ciertos distractores que siempre están por ahí pululando, como la educación sexual o Educación para la Ciudadanía, que son aspectos importantes y que nos preocupan, pero que son secundarios frente al hecho de que la escuela eduque». Y por supuesto, añade que hay que dejarlos fuera de la negociación. No sé muy bien en qué está pensando cuando dice que lo principal es que la escuela eduque; estando al frente de la gestión de gran parte de las escuelas católicas supongo que su objetivo es ayudar a los padres a formar personas y hacerlo desde una concepción cristiana, como dicen en sus objetivos. Siendo así, no entiendo que cuestiones que afectan profundamente a la educación de los niños que los padres les han confiado, como son EpC y la educación sexual que pretende imponer este gobierno, le parezcan meros distractores. O bien no le da importancia a cuestiones vitales, cosa que dudo, o bien piensa que va a poder seguir manteniendo sus colegios en un limbo, conformándose con la lamentable adaptación que defienden; vamos a dejar estas cuestiones morales fuera del pacto que ya nos las apañaremos después nosotros para tener a nuestros niños más o menos resguardados mientras el ministerio juega a que no se entera de que no estamos dando los contenidos mínimos que marca la ley. En EpC, de momento, a eso están jugando, ¿jugarán a lo mismo con la educación sexual?
Para Ojeda, digno sucesor de Manuel de Castro, el tema fundamental en la negociación es la financiación. Que no le toquen los conciertos, y a ver si podemos arañar un poco más. Por defender los conciertos se pueden hacer muchas concesiones: EpC, la educación sexual o el tema lingüístico, otro distractor del que dice: «Creo que ya está bastante aclarado y superado. En todo el territorio se enseña español y se tienen en cuenta las características propias de cada autonomía». Eso; que se enteren los padres de que su hijos no pueden estudiar en español porque las «características propias» de algunas autonomías están por encima de su libertad. Tema superado; lo dice Ojeda.
El nuevo secretario general de FERE podrá entenderse con este gobierno y con los que vengan, no me cabe duda. Ya empieza a definir su posición y a desmarcarse con claridad de las posiciones de aquellos que le parecen, en este momento, incómodos compañeros de viaje…aunque no se atreva a citarlos a todos expresamente. Se apresura a aclarar que para FERE esas cuestiones antes citadas no van a estar en el núcleo de la negociación, que esos son planteamientos que «aluden a veces desde el PP o sectores más radicalizados».
¿A quiénes se referirá cuando habla de «sectores más radicalizados»? Ojeda no los nombra. Probablemente nos acabaremos enterando por boca de los mismos que nos han aclarado interesantes cuestiones de su antecesor en el cargo. Ya contó hace unos meses el catedrático de filosofía Luis Gómez Llorente (en su día Secretario de Educación y Formación y miembro de la Comisión Ejecutiva del PSOE) con qué habilidad se frenó «una rebelión en toda regla en la escuela» en el curso 2007/2008. En el acto de presentación de un libro de CIVES, Gómez Llorente dijo: «La habilidad con que Alejandro (Tiana) consiguió separar las posiciones de FERE de las de la Conferencia Episcopal Española fue maravillosa». ¡Menudo elogio!
En aquel momento parece ser que los incómodos compañeros de viaje eran los obispos. A ver cuánto tiempo tenemos que esperar para saber, por boca de los protagonistas de estas negociaciones, de qué «sectores más radicalizados» se está separando ahora el actual secretario general de FERE. Paciencia; dentro de un tiempo sabremos lo que hoy intuimos.
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