Niños del revés

Sin duda, entre los regalos que los Reyes Magos han dejado a los niños ha habido muchos libros. En la mayoría de las familias, Melchor, Gaspar y Baltasar no se olvidan nunca de dejar cuentos a los más pequeños. Este año, en casa, nos han dejado una preciosa versión de Peter Pan, con unos dibujos desplegables que hacen que la más pequeña abra los ojos, asombrada, cada vez que pasa la página.

 

En algunos colegios parece que los alumnos también van a tener cuentos nuevos, aunque en este caso no se trata de un regalo de los Reyes Magos. En Cantabria, por ejemplo, los niños de Infantil y Primaria disfrutarán de unos cuentos muy especiales que les regala el Gobierno regional a través de una inactiva conjunta de la Consejería de Educación y el Instituto de la Mujer; unos cuentos de los que ya disfrutan, desde hace tiempo, los niños de otras muchas Comunidades. Son unas historias que vienen de «El País de los Cuentos al revés» y que ofrecen «a niños y niñas modelos no estereotipados que les permitan visualizar otros roles alternativos a los tradicionales». Tal como aparece en una guía de cuentos no sexistas de dicho Instituto de la mujer, hay que trabajar en la «reinterpretación de los cuentos clásicos y en el acercamiento a una nueva realidad social». Y para hacerlo, no les sirve cualquier cuento; hay que cargarse los cuentos clásicos y reformularlos, porque lo más importante es que se vea claramente que hay que romper con los estereotipos nocivos que transmiten a los niños (y a las niñas, que dirían ellos y ellas), y eso se ve mejor transformando a Cenicienta en Ceniciento y a Tarzán en Tarzana. Tal como explica la Directora General de la Mujer, Ana Isabel Méndez, los cuentos y juegos tradicionales «perpetúan un modelo social» que hay que evitar. Es necesaria una «redefinición de los papeles, los personajes, las historias, etc., de los cuentos tradicionales». Y, por supuesto, quienes se encargan de redefinirlos son las omnipresentes feministas de género. Y así, jugando,  leyendo cuentos y haciendo teatro, los niños…y las niñas… desde los 3 hasta los 8 años van moldeándose, asumiendo como propios los nuevos valores, modelos y criterios y desterrando, poco a poco, aquellos con los que vienen de casa si no coinciden con los nuevos.

 

A partir de esa edad, este perverso proceso de transformación de los niños se lleva a cabo a través de Educación para la Ciudadanía, y en Cantabria los profesores ya disponen de un nuevo material didáctico que servirá de refuerzo para esta área, elaborado también por el mismo Instituto de la Mujer. Tal como ha explicado su Directora General, «se hace urgente dar facilidades para que la Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos (EpC) sean impartidos y enseñados desde una perspectiva de género». Por si alguien todavía tenía dudas sobre los objetivos de EpC, sus defensores no dejan de ayudarnos a poner en evidencia, una vez más, la realidad. Los Derechos Humanos y todos los contenidos de EpC tienen que enseñarse desde una perspectiva de género. Una visión concreta, claramente ideológica, de la realidad. Para ilustrar lo que supone esa perspectiva en el ámbito de los derechos y las libertades se podría utilizar en clase la foto de las ministras del Gobierno, abrazándose felices, entre risas, tras la aprobación de la Ley del Aborto. Esa foto podría servir para explicar, de forma gráfica, cómo la perspectiva de género es capaz de transformar un asesinato en un derecho para regocijo de las feministas. Y llamarlo, además, medida progresista.

 

Y si las feministas ayudan a los profesores a desterrar estereotipos caducos y a enseñar EpC desde una perspectiva de género, un curso de la Consejería de Educación les ayuda a llevar la Diversidad afectivo-sexual a las aulas. Para hacerlo, dicho curso, programado dentro del Plan de formación del profesorado, comienza analizando «las referencias interiorizadas de las que partimos», referencias que, sin duda, son erróneas y habrá que desterrar con la ayuda del ponente, hasta llegar a interiorizar las referencias correctas. Del ponente en cuestión, Alberto San Emeterio Alonso, se dice simplemente en el programa del curso que es Profesor de Enseñanza Secundaria en la Comunidad Autónoma de Cantabria. Lo que no se dice en dicho programa es que es, también, Vicepresidente de ALEGA (Asociación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Cantabria) y Coordinador del grupo de Educación. Lo que tampoco aclara el ponente en el programa del curso, aunque sí lo especifica en la página de dicha asociación, es que el material que va a utilizar para formar a los profesores (y no precisamente de forma ideológicamente neutra) ha sido elaborado por las asociaciones FELGTB, COGAM, Amnistia Internacional y AMPGIL.

 

Las feministas de género y los colectivos gays han entrado al asalto de los colegios, bien directamente a través de talleres, bien a partir de materiales que elaboran o bien formando a los profesores.que a su vez serán los que trasladen esas ideologías a los niños en las aulas, lejos de la nociva influencia paterna.

 

Esto es lo que hay, en todas las comunidades, en mayor o menor medida. Y así, poco a poco, con tanta ideología de género, tanta manipulación y tanto cuento del revés desde los tres años, los que poco a poco se van volviendo del revés son los niños… y muchos padres, dentro de un tiempo, mirarán sorprendidos a sus hijos sin entender qué ha pasado. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitarlo.

 

Para empezar, los cuentos que lleguen a casa por Navidad los seguirán eligiendo Los Reyes Magos. Y, de momento, a seguir disfrutando de Peter Pan y de todos los clásicos, aunque no merezcan estar en la Guía de cuentos no sexistas. Sin duda, no aparecer en esa guía es una buena referencia de calidad.