[15:38] La facilidad con la que se insulta a Jesús no tiene como únicos culpables a quienes le insultan. En la propia Iglesia se ha perdido la fe, y al perderse la fe se ha perdido el espíritu misionero, explica el padre Santiago Martín. Eso hace que los cristianos estemos en situación de debilidad: estamos proclamando que no merecemos seguir existiendo, porque hemos dejado de tener fe en Nuestro Señor Jesucristo. Un certero e implacable análisis sobre cómo y por qué "estamos languideciendo".