La Iglesia Católica en España tiene nuevo Primado
Todo indica que don Braulio no sólo tomará el relevo de monseñor Cañizares al frente de la archidiócesis toledana, sino también en su papel de firme y público opositor a la ingeniería social del gobierno de Rodríguez Zapatero.
La Iglesia Católica en España ya tiene nuevo Primado. El Papa acaba de nombrar a monseñor Braulio Rodríguez, hasta ahora arzobispo de Valladolid, como nuevo arzobispo de Toledo. Madrileño de nacimiento, don Braulio ha pasado ya por tres diócesis españolas, Osma-Soria, Salamanca y Valladolid, lo que acredita una amplia experiencia pastoral. Con 65 años de edad, todo hace pensar que Toledo será su destino final, lo cual a su vez garantiza a la sede primada un pontificado largo. Monseñor Braulio Rodríguez ha tenido cierto protagonismo mediático en el último año. Su voz ha sido una de las más destacadas de la Iglesia española a la hora de criticar la cultura de la muerte que nos acecha. Así por ejemplo, recientemente afirmó que "hay leyes que no deben aceptarse" y recordó que la oposición de la Iglesia a la legislación que va en contra de la dignidad de la vida humana hasta su muerte natural no está motivada por motivaciones políticas sino de orden antropológico. "No es una lucha política contra el Estado, como no lo fue la de los primeros cristianos contra el Imperio Romano", aseguró el ya arzobispo electo de Toledo. De igual manera, el hasta hoy arzobispo de Valladolid criticó la ausencia de expertos pro-vida en la comisión elegida por el gobierno para recibir asesoramiento sobre la nueva ley del aborto. Y muy dura fue su diatriba contra la campaña a favor del uso del condón que el gobierno dirigió a los jóvenes españoles. Don Braulio llegó a preguntar por qué los socialistas "tratan de ganar votos de jovencitos burgueses proporcionádoles sexo seguro". En ese sentido, todo indica que don Braulio no sólo tomará el relevo de monseñor Cañizares al frente de la archidiócesis toledana, sino también en su papel de firme y público opositor a la ingeniería social del gobierno de Rodríguez Zapatero. Y aunque es evidente que un obispo no está para dar titulares de prensa, si alguien pensaba que a Toledo llegaría alguien temeroso de dar titulares poco agradables para este gobierno, se ha equivocado. No pocos analistas del "paño eclesial" presentan a don Braulio como un hombre de Rouco. Partiendo de que un arzobispo ha de ser sobre todo un hombre de Cristo y un pastor en comunión con el Obispo de Roma, sí tiene su importancia que al frente de la diócesis primada, siendo este primado de carácter honorífico, esté un pastor que mantiene buena sintonía con el pastor de la diócesis más importante de España, como es la de Madrid, que además es el presidente de la Conferencia Episcopal. Y es precisamente en la Conferencia Episcopal donde se han de producir, necesariamente, algunos cambios importantes. Monseñor Cañizares no tendrá ya ninguna responsabilidad pastoral en España y por ello ha de abandonar su puesto en la ejecutiva de la CEE. Es muy probable, por no decir seguro, que su puesto lo ocupe también don Braulio. Si alguno se pregunta si eso puede afectar al futuro inmediato de Cope, mi opinión es que sí, y en un sentido que no va a gustar mucho a los que se muestran felices por los cambios anunciados en la cadena de los obispos de cara a la próxima temporada. En ese sentido, la próxima plenaria, en este mismo mes de abril, puede deparar novedades importantes. No quiero acabar este artículo sin dar mi felicitación efusiva a monseñor Braulio Rodríguez, cuyo éxito al frente de la sede primada de nuestra nación pediré al Señor en mis oraciones. Que Dios le ayude y le guíe en su ministerio, don Braulio. Luis Fernando Pérez Bustamante
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