La denominación de la Diócesis: Tui-Vigo
La realidad se impone. Y la realidad incluye la historia; es decir, la narración de los acontecimientos pasados dignos de memoria. Una iglesia local sin historia sería equivalente a una persona que ha sufrido un trastorno de amnesia, sin saber ni quien es ni de donde viene.
Parece que al alcalde de Vigo se le ha ocurrido expresar el deseo de que la Diócesis se llame únicamente “Diócesis de Vigo”, en lugar de la actual denominación que es “Tui-Vigo”. Es comprensible que un regidor municipal quiera engrandecer su propia ciudad. No hay nada de malo en ello. Incluso, mostrando su interés por este asunto, reconoce la importancia de que una ciudad sea sede episcopal. Tener a un Obispo no resta nada y añade prestigio. Pero la realidad se impone. Y la realidad incluye la historia; es decir, la narración de los acontecimientos pasados dignos de memoria. Una iglesia local sin historia sería equivalente a una persona que ha sufrido un trastorno de amnesia, sin saber ni quien es ni de donde viene. Y la historia de la iglesia de Tui – entonces sólo Tui – se remonta al siglo VI. De los ciento seis Obispos que la han regido, ciento dos han sido sólo Obispos de Tui. El último, D. Antonio García y García, que comenzó su pontificado en Tui en 1930 y que en 1938 fue nombrado Arzobispo de Valladolid. El primer Obispo de Tui-Vigo fue el agustino Fray José López Ortiz. El 15 de octubre de 1944, este prestigioso intelectual fue nombrado Obispo de Tui. El 9 de marzo de 1959, por la Bula de Juan XXIII “Quemadmodum impiger”, pasó a ser Obispo de Tui-Vigo. La antigua Colegiata de Vigo fue elevada al rango de Concatedral y se le dio facultades al Obispo para residir en Vigo y al cabildo Catedral para que pudiese celebrar los oficios en la ciudad de Vigo. Después de Fray José vinieron a la Diócesis de Tui-Vigo D. José Delicado Baeza (19691975), D. José Cerviño Cerviño (19751996) – actual Obispo emérito – y D. José Diéguez Reboredo (Obispo diocesano desde el 14 de julio de 1996). En Tui está la Catedral, el Palacio Episcopal y el Seminario Menor. En Vigo, el Seminario Mayor, la Concatedral, la Residencia Episcopal y la Curia Diocesana. De hecho, la capital de la Diócesis es Vigo, aunque el Cabildo Catedral es único y las celebraciones solemnes se reparten equitativamente entre Tui y Vigo. La realidad incluye la historia, pero no se reduce a la historia pasada. Vigo, con casi 300.000 habitantes del total de los 500.000 diocesanos, es el presente y, en principio, el futuro. Con siete arciprestazgos, suma un total de cincuenta parroquias, un porcentaje significativo de las doscientas setenta y seis de toda la Diócesis, algunas de ellas muy pequeñas. El equilibrio entre pasado y presente, entre memoria y actualidad, parece apostar por compartir la capitalidad de la Diócesis entre las dos ciudades: Tui y Vigo; es decir, la raíz histórica y la expansión de esa historia hacia el presente y hacia el futuro. Guillermo Juan Morado, sacerdote
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