Tonterías en la Catedral de Santiago
Han ocultado a los moros que el Apóstol acomete tras una cortina de flores. Notable estupidez que hace aparecer a Santiago como una especie de segador a caballo y a su espada como fouciño enderezado destinado a cortar flores.
Como todos los años me he acercado a Santiago a darle un abrazo al Apóstol. Y como hago siempre también acudí a esa capilla del ala norte del crucero donde se venera la imagen de Santiago Matamoros, a quien ahora llaman algunos Santiago caballero. Hace no mucho tiempo corrió la noticia de que iba a ser retirada tal imagen porque podía herir la sensibilidad de algún visitante de la catedral. Fue tal la irritación que se desató que se produjeron innumerables protestas y hasta hubo iglesias del extranjero que ofrecieron asilo político al santo si le expulsaban de su capilla. Nunca llegué a tener claro si la decisión estuvo tomada por el cabildo, si se trató de un globo sonda para ver como caía la idea o simplemente todo se debió a algún comentario de algún canónigo cuya bobería en este caso no era cauriense sino compostelana. Lo cierto es que la imagen siguió en su lugar con aplauso de todos los católicos normales. Pero con los bobos ocurre siempre lo mismo y de ahí su peligrosidad. El malo no lo es siempre. El bobo, todas las horas del día. Y no sé si la bobería afecta al cabildo en pleno o sólo al encargado de la policía del templo pero el caso es que firmes o firme en su propósito de no herir ninguna sensibilidad siguen hiriendo la de la inmensa mayoría. Y han ocultado a los moros que el Apóstol acomete tras una cortina de flores. Notable estupidez que hace aparecer a Santiago como una especie de segador a caballo y a su espada como fouciño enderezado destinado a cortar flores. Posiblemente esta noticia debí incluirla en la sección de los Bobos de Coria porque algún capitular ha hecho méritos suficientes para ingresar en tan distinguida y soberana Orden. Téngase ya por miembro de la misma. Francisco José Fernández de la Cigoña
Comentarios