Querido por el pueblo

“La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue esposo de María y el padre de Jesús. En cuanto tal, entró en el servicio de toda la economía de la encarnación”

    “San Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y de la misión redentora que le está unida; al haber utilizado su autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su corazón y de toda su capacidad en el amor puesto al servicio del Masías nacido en su casa”.

   Por instinto de fe, el pueblo cristiano ha percibido esta realidad con gran con gran fuerza. Ha colocado a san José en puesto que le correspondía después de María y de Jesús.

   “Por su papel en la historia de la salvación, san José es un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano, como lo demuestra el hecho de que se le han dedicado numerosas Iglesias en todo el mundo; que muchos Institutos religiosos, hermandades y grupos eclesiales se inspiran en su espiritualidad y llevan su nombre; y desde hace siglos se celebran en sus diversas representaciones sagradas.  Muchos santos y santas le tuvieron una gran devoción, entre ellos santa teresa de Ávila, quien lo tomó como abogado e intercesor, encomendándose mucho a él y recibiendo todas las gracias que le pedía. Alentada por su experiencia, la santa persuadía a otros para que le fueran devotos”.

  Siendo niño, algunas noches fui a dormir al pueblo lindera al mío, donde vivían unos tíos d emi madre. El tío sufrió un ataque cerebral y quedó físicamente disminuido. Me emociona todavía una de las oraciones de aquellos buenos ancianos: Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía. Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía. Jesús, José y María, descanse con Vos, en paz, el alma mía.

   No hay libro de oraciones que no contenga alguna plegaria a san José.

   De alguna manera resuenan las palabras de la Escritura cuando, José, hijo de Jacob mandaba en Egipto. El Faraón les decía ante las peticiones: <<Id a José>>.

   Enlaza también el Nuevo y Antiguo Testamento: “Como descendiente de David, de cuya raíz había de brotar Jesús según la promesa hecha a Daid por el profeta Natán, y como esposo de María de Nazaret, san José es la piza que une el Antiguo y Nuevo Testamento”.