San José

Santa Teresa de Jesús y su Orden carmelitana han sido elementos claves en su difusión del cariño por san José. El papa Francisco la cita expresamente en la Cata Apostólica. Es bueno conocer algunos textos de la santa para saborearlos y y acentuar nuestro cariño por el santo Patriarca. Cuando Teresa se siente paralizada físicamente e inicia su camino hacia el Señor nos dice el capítulo 6, numero 6 de su Vida: <<Tomé or abogado y señor al glorioso san José y encomendeme mucho a él claro que así de esta necesidad, como de otras mayores de honra y pérdida de alma, este padre y señor mío me sacó con más bien que yo le sabía pedir. No me acuerdo, hasta ahora, haberle suplicado cosa que haya dejado de hacer. Escosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo; de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos perece que les dio el Señor gracia para sorrer en una necesidad; a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas., y que quiere el Señor darnos a entender que, así como le fue sujeto en la tierra, que como tenía nombre de padre -siendo hayo- le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide. Esto ha visto otras algunas personas, a quien yo decía que se encomendasen a él, también por experiencia; y aun hay muchas que le son devotas de nuevo, experimentando esta verdad>>.

   En el número 8 de este mismo capítulo clama con este ruego: <<Si fuera persona que tuviera autoridad de escribir, de buena gana me alargaría en decir muy por menudo las mercedes que ha hecho este glorioso santo a mí y a otras personas; … En especial personas de oración siempre le deberían ser aficionadas; que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los ángeles, en el tiempo que pasó con el Niño Jesús, que no le den gracias a san José por lo bien que les ayudó en ellos. Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso santo por maestro y no errará en el camino. Plegue al Señor no haya errado yo errado en atreverme a hablar en él; porque publico ser devota, en los servicios y en imitarle siempre es fallado; pues él hizo como quien es, en hacer de manera que pudiese levantarme y andar y estar tullida; y yo, como quien soy, en usar mal de esta merced>>.

    La visita de san Pedro de Alcántara le confirmó en sus experiencias. <<No me hartaba d edar gracias a Dios y al glorioso padre mío san José, que me pareció le había él traído, porque era comisario general de la Custodia de san José, a quien yo mucho me encomendaba y a nuestra Señora>>.

   En los tiempos duras de la fundación de San José de Ávila, un día, después de comulgar, le dijo el Señor: <<Habiendo un día comulgado, mandome mucho su Majestad lo procurase con todas mis fuerzas, haciéndome grandes promesas de que no se dejaría de hacer el monasterio, y que se serviría mucho en él, y se llamase san José, y que a la una puerta nos guardaría él y nuestra Señora la otra, y que Cristo andaría con nosotras, y que sería una estrella que diese se sí gran resplandor>>.

   A sus hijas y a nosotros nos dice: <<Sean devotas de san José que puede mucho>>

   San antonio María Claret dice a sus hijos: << Jesús me dijo  que fuese muy devoto de san José, que acudiese a él con confianza>>.