Adviento 2024
Adviento. Ser o no ser, esa es la cuestión.
El Adviento es un tiempo litúrgico con el que se inicia el calendario eclesial. Está conformado por los cuatro domingos previos a la Navidad. Es el tiempo de preparación espiritual para que seamos capaces de vivir el nacimiento de Cristo en toda su intensidad y profundidad.
El Adviento se nos presenta, en teoría, como un tiempo de oración y de reflexión caracterizado por una espera vigilante y llena de sentido. Un tiempo de espera con un sentido trascendente (esperanza y vigilancia). Si leemos la parábola de las Doncellas Prudentes, nos daremos cuenta de cómo debemos entender este tiempo. No se trata de divertirnos y pasarlo bien, desde las apariencias culturales y sociales. Tenemos que ver el Adviento como un momento de arrepentimiento, perdón y alegría expectante.
¿Qué encontramos en Adviento en este siglo XXI? Si asistimos a la misa dominical, veremos que se enciende una vela de la Corona de Adviento. Pero ¿Qué significado y sentido tiene la Corona? ¿Que queremos mostrar cuando encendemos la vela? Seguramente el 99% de los católicos frunzamos el ceño y nos preguntemos si hay algo más que estética y cultura en la Corona de Adviento. También nos preguntaremos si no existe algo más allá de estos dos elementos evidentes. Seguramente, tras un rato pensando propongamos la espiritualidad. Pero, ¿Qué es espiritualidad? Porque hay decenas de definiciones de la misma.
En una publicación (C21 Resources 2009) Se puede leer un resumen que creo es relevante y nos puede ayudar a entender:
"Desde una perspectiva cristiana, la espiritualidad se remonta a las cartas de Pablo, en las que utiliza el término griego pneuma para indicar una vida vivida en sintonía con el Espíritu de Dios. La espiritualidad cristiana presupone, por la Gracia de Dios, un deseo y una capacidad humanos de crecer en unión con el Dios Trino. Abarca el carácter dinámico de la vida humana vivida en una relación consciente con Dios en Cristo a través del Espíritu, tal como se experimenta dentro de una comunidad de creyentes. Vivir una espiritualidad cristiana es prestar atención a lo que es de Dios y profundizar en una vida de conversión que tiene como meta el discipulado."
Una vez leído este párrafo, habría que pensar en qué representa el Adviento desde el punto de vista de la espiritualidad Católica. Hagámonos una serie de pregunta:
- ¿Vivimos este tiempo con una especial sintonía con el Espíritu?
- ¿Somos conscientes que para vivir en sintonía con el Espíritu es necesario que el Espíritu Santo nos llene con la Gracia?
- ¿Vivimos el Adviento en comunidad, más allá de los aspectos estéticos, sociales y culturales?
- Si tenemos claro que hemos sido llamados a seguir a Cristo como discípulos ¿El Adviento nos conduce a ello o no?
- ¿La forma en que vivimos el Adviento nos prepara para la Navidad? Bueno, la Navidad es otro tema para hablar largo y tendido. Digamos únicamente que ha sido invadida por el comercio y los shows sociales.
¡Qué complicado es ser cristiano hoy en día! Bueno, siempre ha sido, pero era se podía aparentar ser cristiano más fácilmente. ¿Qué es lo que hace complicado el cristianismo en el siglo XXI? Podemos citar algunos puntos que son esenciales para comprender qué es lo que nos está alejando de lo sagrado:
- Secularización: En los entornos sociales convencionales, la influencia de la fe ha disminuido. Esto hace que la vida cotidiana se haya vuelto más y más profana. Esto puede llevar a que las prácticas espirituales se vean como algo prescindible e irrelevante.
- Enfoque focalizado en la Institucionalidad: La estructura y las normas eclesiales pueden parecer más importantes que la vida espiritual. La burocracia interna y las cuestiones administrativas, pueden eclipsar la dimensión espiritual.
- Crisis de Abusos y Deserciones: Los escándalos de abusos sexuales han afectado profundamente la imagen de la Iglesia, desviando la atención de su misión trascendente y generando desconfianza entre los fieles. La falta de vocaciones ya se nota en muchos entornos sociales. Al mismo tiempo, muchos sacerdotes y religiosos dejan su misión, eligiendo secularizarse.
- Falta de Formación Espiritual: No recibimos una formación adecuada en torno a la espiritualidad. Sin una guía clara, es fácil que la espiritualidad deje de ser relevante en la rutina diaria.
- Materialismo y Consumo: La cultura moderna, con su énfasis en el materialismo y el consumo, hace que las personas se enfoquen más en lo tangible y menos en lo espiritual.