Las periferias
LAS PERIFERIAS
Es una bendición la sucesión apostólica.
También la llegada del Papa Francisco. Sus gestos y palabras nos han conmovido.
Aunque todavía nos encontramos en luna de miel, me alegra que en ámbitos laicos y en páginas www, que siempre combatieron el magisterio de
Para los cristianos de a pie, importa recibir las palabras del Papa como orientación segura para nuestro caminar de cada día.
El Papa nos ha insistido en llegar a las periferias y no encerarnos dentro de
No dejarnos encerar. Los medios de comunicación nos darán siempre lo sensacional. Frecuentemente lo que se compra y se vende. Quieren encerarnos en la sacristía, en la pederastia de algunos sacerdotes, en
No encerarnos. Con la crítica fácil de nuestro Obispo, nuestro párroco, la espiritualidad de un determinado grupo de personas de nuestra Parroquia. Del sacristán, o del diablo que mueve la cola en cualquier rincón. Avisa a quien corresponda y camina ligero en la vivencia cristiana. No tenemos tiempo para perder el tiempo habiendo tanto que hacer.
Nosotros tenemos que obedecer a Cristo el Señor: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado.” (Mt 28,19-20) No os encerréis.
Nos encierra el egoísmo que llevamos dentro. El hombre viejo y joven porque siempre está de actualidad. El Señor Jesús siempre llama a la puerta: Si está dentro para acompañarnos a las periferias. Si llama desde fuera para que le acompañemos en la misma dirección.
Las periferias, a veces, están muy cercanas. En tu esposa o esposo, en tus hijos o en tus padres, en mis hermanos de Comunidad, en los compañeros de trabajo etc.
Si el Señor Jesús con su llamada te descubre una periferia más lejana, no dudes en acudir. Antes de que tú te presentes, Él ya ha acudido. Descubrir las periferias es un don de Dios no una percepción humana. Lo humano siempre tiene pretensiones cortas.
Jamás empleemos la palabra “periferias” para herir a los que intentan servir a Jesucristo y a los hermanos con honradez. Si nosotros hemos encontrado nuestra periferia, también otros pueden haber encontrado la suya.