Miércoles, 04 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Los cardenales que custodian la bolsa


Tienen la tarea de supervisar al IOR. Cuatro de los cinco son nuevos. Los nombró sorpresivamente el papa Francisco, quien ahora se apresta a rehacer desde la cabeza también la Comisión Teológica Internacional

por Sandro Magister

Opinión

Además del organigrama de la curia romana y de la elección de nuevos pastores para importantes sedes episcopales como Colonia, Madrid y Chicago, en el año apenas iniciado el papa Francisco deberá ocuparse también del nombramiento, menor pero no menos significativo, de los nuevos miembros de la Comisión Teológica Internacional.

Creada por Pablo VI en 1969, la Comisión ha sido renovada – más o menos regularmente – de quinquenio en quinquenio.

Los actuales treinta miembros a punto de caducar en sus cargos fueron nombrados el 19 de junio de 2009, cuando era papa Benedicto XVI y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a cuya Comisión pertenece, era el cardenal estadounidense el William J. Levada.

Ahora está Francisco en la cátedra de Pedro y a la cabeza de la Congregación está el alemán y ratzingeriano Gerhard L. Müller, próximamente cardenal.

Según los estatutos es tarea de la Comisión “estudiar los problemas doctrinales de gran importancia, especialmente los que presentan aspectos nuevos, y de este modo ofrecer su ayuda al magisterio de la Iglesia".

El último producto de la Comisión, hecho público hace pocos días, es un documento que tiende a rechazar la acusación que la fe monoteísta sea de por sí generadora de violencia:

De la Comisión forman parte "expertos de las ciencias teológicas de diversas escuelas y naciones, que son eminentes por ciencia, prudencia y fidelidad hacia el magisterio de la Iglesia". Son nombrados por el Papa, "a juicio del cual son propuestos por el cardenal prefecto" de la Congregación para la Doctrina de la Fe, "después de haber escuchado a las Conferencias Episcopales".

Benedicto XVI tenía gran familiaridad con esta institución. De simple profesor de teología fue nombrado miembro para el primer y segundo quinquenio por Pablo VI, que en 1977 lo llamó para guiar la arquidiócesis de Munich y lo creó cardenal. En calidad de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger presidió después "ex officio" la Comisión desde 1981 hasta el 2005.

Y a su vez está por verificarse en su totalidad el interés que Francisco reservará a la Comisión, de la que formó parte en el primer quinquenio su maestro de teología, don Lucio Gera.

En todo caso será interesante observar con cuáles criterios el Papa nombrará a los nuevos miembros, es decir, si dará más espacio a teólogos laicos, a teólogas, y si ampliará la representación latinoamericana.

Los primeros laicos en ser nombrados miembros de la Comisión fueron John Finnis y William May en 1986 (cuarto quinquenio), mientras que las primeras teólogas mujeres ingresaron en el 2004 (séptimo quinquenio) y fueron Sara Butler y Barbara Hallensleben, ambas confirmadas en el 2009.

En conjunto, sobre casi 150 miembros que han rotado en los ocho quinquenios, los laicos han sido una media docena y las mujeres apenas dos. Entre los actuales treinta miembros, además, sólo cuatro son latinoamericanos.

Los estatutos excluyen explícitamente que puedan ser contados entre los miembros de la Comisión también expertos no católicos, aunque previendo que pueden ser consultados. Y efectivamente el monje protestante Max Thurian lo fue en 1992, luego de su ordenación como sacerdote católico desde 1987. Pero no falta quien sobre este punto espera otra de las “lágrimas” que están caracterizando al actual pontificado.

Será curioso también ver si y como papa Francisco extraerá de los teólogos de la Comisión para importantes nombramientos episcopales o curiales, como han hecho sus predecesores.

Efectivamente, es llamativa la lista de miembros de la Comisión Teológica promovidos al episcopado y luego premiados con la púrpura. Además de Ratzinger, basta recordar los casos de Carlo Caffarra, Willelm J. Eijk, Pierre Eyt, Walter Kasper, Karl Lehmann, Jorge A. Medina Estévez, John Onaiyekan, Christoph Schonborn, Luis Tagle y del mismo Müller. Una línea insertada por Francisco en su discurso a los nuncios recibidos en audiencia el 21 de junio de 2013 haría pensar que con el actual pontífice será más difícil que suceda.

Dijo efectivamente Francisco a los representantes pontificios que participaron en la jornada dedicadas a ellos en el ámbito del Año de la Fe:

"En la delicada tarea de llevar a cabo la investigación para los nombramientos episcopales, estad atentos a que los candidatos sean pastores cercanos a la gente: éste es el primer criterio. Pastores cercanos a la gente. Es un gran teólogo, una gran cabeza: ¡qué vaya a la universidad, donde hará mucho bien!".

Sobre los teólogos entonces se verá. Pero en tanto el papa Francisco, con un movimiento sorpresivo, ha renovado la Comisión Cardenalicia de vigilancia del Instituto para las Obras de Religión, los cinco purpurados que están en el vértice de la cadena de mando de la impropiamente llamada "banca" vaticana.

El 16 de febrero del año pasado Benedicto XVI, en uno de sus últimos actos de gobierno, había renovado por un quinquenio la Comisión, confirmando a los cardenales Tarcisio Bertone, Jean-Louis Tauran, Odilo P. Scherer y Telesphore P. Toppo y sustituyendo con Domenico Calcagno al incompatible Attilio Nicora, porque ya era jefe de la Autoridad de Información Financiera, ente controlante del IOR.

Pero de hecho el papa Francisco anuló esa decisión, sustituyendo a cuatro de los cinco miembros nombrados por su predecesor. Salvo Tauran, ingresaron los cardenales Christoph Schönborn, Thomas C. Collins y Santos Abril y Castelló, y también el próximo purpurado Pietro Parolin, sucesor de Bertone como secretario de Estado.

En el comunicado que anunció el nombramiento de los cinco cardenales no se dijo quién será el presidente de la Comisión. Pero indiscreciones de prensa lo identifican en Abril y Castelló, de 79 años de edad en setiembre, bien conocido por Bergoglio porque fue nuncio en Buenos Aires desde el 2000 al 2003, antes de ser embarcado a la menos prestigiosa Eslovenia porque – cuenta el tam tam curial – en los nombramientos episcopales y en otras cuestiones prefería dar la derecha al entonces arzobispo de la capital argentina más que a sus superiores romanos de la época: el cardenal secretario de Estado Angelo Sodano y el sustituto – hoy también él cardenal – Leonardo Sandri, argentino. Finalizada su carrera diplomática por haber llegado al límite de edad en el 2011, Abril ha sido valorizado bajo el pontificado de Benedicto XVI y con Bertone en la Secretaría de Estado: nombrado arcipreste de Santa María la Mayor en noviembre de ese mismo año, al siguiente mes de febrero fue creado cardenal y hecho miembro de la Congregación para los Obispos.

Los estatutos del IOR establecen que sean los cardenales miembros de la Comisión quienes elijan internamente al presidente y no prevén aprobaciones o ratificaciones papales. Pero es fácil imaginar que los cardenales voten el nombre que el Papa ha hecho saber informalmente a quien prefiere.

Si se confirma la elección de Abril y Castelló, no será entonces el secretario de Estado quien presida la Comisión. Pero esto no es una novedad. Bertone y Sodano fueron presidentes. Y lo fue en años más lejanos Jean Villot. Pero Agostino Casaroli, él también miembro de la Comisión desde 1979 a 1994, no la presidió. Los presidentes en la época fueron Agnelo Rossi, desde 1979 a 1989, y Bernardin Gantin desde 1989 a 1994.

A esto se puede agregar que Parolin ingresa en el IOR tres meses después del nombramiento como secretario de Estado. Bertone ingresó el 14 de octubre de 2006, un mes después de haber reemplazado a Sodano. Pero éste último debió esperar cuatro años, pero después quedó en la Comisión – en cohabitación con Bertone, pero manteniendo la presidencia – hasta fines del 2007, cuando llegó a los 80 años de edad. También Casaroli permaneció en la Comisión hasta después de los 80 años de edad. Por el contrario, Bertone fue exhonerado poco después de haber superado los 79 años de edad.

Pero queda todavía "ad interim" el nombramiento como prelado del IOR del discutido monseñor Battista Ricca. Un nombramiento éste formalmente adoptado por la Comisión Cardenalicia, como prevé el estatuto, pero impuesto de hecho por el papa Francisco, como se infiere del comunicado de la sala de prensa vaticana, que lo anunció el 15 de junio de 2013. En la nota, efectivamente, se especificó que el nombramiento de Ricca había sido adoptado “con la aprobación del Santo Padre”, de por sí no prevista por las normas.

El Consejo de Superintendendencia del IOR, por el contrario, está presidido desde el 15 de febrero de 2013 por el alemán Ernst von Freyberg, quién tomó el puesto de Ettore Gotti Tedeschi, bruscamente defenestrado en mayo de 2012.

La página web del IOR advierte que la fecha límite de toda la junta laica está prevista en diciembre de 2015. Pero a la luz de los acontecimientos del último año – sobre todo de la tormenta que se abatió sobre el Instituto inmediatamente después de la investigación de la magistratura italiana sobre monseñor Nunzio Scarano – todavía es pronto para decir si y cómo sobrevivirá el actual organigrama del IOR.
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