Tras las pisadas de Cristo (V)
Unidos en comunidad
Comunidad es una palabra que no está de moda actualmente, aunque aparezca cuando se utiliza como sinónimo que grupo de personas interesadas por un asunto. Proviene del latín “communitas”, que significa "cualidad de común, conjunto de personas que viven juntos, que tienen los mismos intereses o que viven bajo las mismas reglas". En el caso de una comunidad cristiana ¿Cuáles serán estos mismo intereses y reglas? No crean que hoy en día es sencillo tener estos mismos intereses, más bien todo lo contrario. ¿Qué podemos esperar de una comunidad? Leamos tres indicaciones interesantes que aparecen en el Nuevo Testamento:
- Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió; y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros , y mucho más al ver que el día se acerca. (Hch 10, 23-25)
- Todos los cristianos deben exhortarse unos a otros cada día a evitar el pecado y a estimularse unos a otros al amor y a las buenas obras (Hb 3,13)
- Todos los cristianos deben utilizar sus dones para servir a otros. (1Pe 4,10)
La comunidad cristiana es, en sí misma, el principal foco evangelizador de nuestra fe. Tertuliano nos cuenta que los paganos se admiraban de los cristianos y decían:
¡Mirad cómo se aman! Mirad cómo están dispuestos a morir el uno por el otro. (Tertuliano, Siglo II)
Esta actitud era la que admiraba en los primeros tiempos. Dicen que no hay mejor maestro que el ejemplo. Amar se enseña, amando. La esperanza, esperando confiadamente la Voluntad de Dios. Hemos sigo llamados a conformar comunidades que den testimonio de Cristo al mundo. Un mundo sumergido en la intolerancia postmoderna y en el individualismo identitario.
Nada hay que escandalice tanto como la división, así como la unidad de los creyentes edifica para creer. Ya dijo al principio: "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os amarais mutuamente" ( Jn 13,35), pues si altercaren, no se llamarán discípulos del pacífico Maestro, pues no reconociéndome a mí como pacífico, no confesarán que tú me enviaste. (Crisóstomo, in Ioannem, hom. 81)
Sin duda, las herramientas de socialización que utilizamos para evangelizar son importantes, pero nunca pueden sustituir al objetivo: llenar nuestro ser de Semillas del Reino. Semillas que nos dan sentido cuando las dispersamos por los lugares donde caminamos siguiendo al Señor. Las actividades grupales siempre tienen un gran atractivo. Nos ayudan a acercarnos, ya que a lo seres humanos nos encanta socializar emotivamente. Pero estas herramientas, la emotivos no son la solución para la Iglesia actual. ¿Por qué Cristo solicitaba al Padre que fuésemos uno como Ellos lo son? Oraba así al Padre porque la comunidad es esencial para dar testimonio y para llenarnos de fuerza para evangelizar.
¿Se puede producir pan sin un horno? Difícilmente podremos hacerlo. Ese horno es la comunidad. Toma la masa de trigo mezclada con la levadura y la convierte en pan. Pan que se reparte para alimentar a quienes lo necesitan. Pero el horno hay que mantenerlo encendido. De nada nos vale un horno apagado y frío. El Fuego del Espíritu debe habitar en él. ¿A qué esperamos para empezar a propiciar que las comunidades vuelvan a ser la base de la Nueva Evangelización?
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- (III) Necesitamos tomar la cruz de cada día
- (IV) El duro camino del creyente actual
- (V) Unidos en comunidad
- (VI) Cambiar nuestro camino para seguir sus pisadas
- (VII) Sin esperanza no podemos seguir a Cristo
- (VIII) Navidad. La Semilla del Reino habita entre nosotros
- (IX) Solemnidad de la Epifanía. Demos testimonio en medio de la tormenta
- (X) ¿Qué es lo que Dios nos ofrece para este nuevo año?
- (XI) Inteligencia artificial y Nueva Evangelización