Padre Juan Buxó
PADRE JUAN BUXÓ
El Padre Juan Buxó es una figura especial dentro de nuestros mártires. Médico de profesión ejerció en Moncada. Muertos sus padres y siendo religiosas sus tres hermanas, entró en la Congragación Claretiana. En ella hizo su profesión religiosa y recibió el sacerdocio. Él y sus hermanas repartieron has ta el último mueble de la casa. Ante el hermoso laurel del patio, sembrado por él y hermana, le dijo proféticamente: <>.
Enrique Ruan era uno de los cabecillas de los revolucionarios. Mientras caminaba en busca de presos, se cayó del caballo que le arrastró unos metros sobre el suelo. Se hirió en una pierna. El P. Buxó le curó con amor de madre. <>.
Cuando los enfermos y ancianos salieron del Hospital, Madre Margarita avisó al P. Buxó que dormía en una habitación personal por ser médico de guardia. << ¡Padre, se los han llevado! >> El Padre respondió tranquilo: << ¡Alabado sea Dios! ¡Qué vamos a hacer! Son mártires. Bueno, se ves que se han olvidado de mí. No tardarán en venir a buscarme>>.
El Padre Buxó era tenido por todos por un gran santo. De carácter recio. Había entrado en la Congregación a los 36 años, después de ejercer la medicina con gran competencia.
Al poco tiempo, los milicianos estaban ante su habitación. Entraron sin llamar. El Padre Buxó, siempre sereno, mostró un gesto de dolor y extarñeza en su rostro. << ¿Tú también, Enrique?... ¿Tanto daño te hecho que me quieres matar? >> Enrique era el de la pierna herida, curada durante muchas semanas con cariño por el Padre Buxó. Venía a cumplir su palabra: <>.
El Padre Buxó amonestó a los tres criminales que prendieron, que si no se convertían tendrían mal fin. Con el Padre llevaron también a tres seglares católicos: Giribert, Minguell y Martorell. Enrique Soler dijo al padre Buxó, aludiendo a la bala que le dispararía: <>
En el Cementerio, junto al montón de cadáveres delos que habían matado antes, todos los seglares hicieron gala de su entereza cristiana. No sin recordar con dolor a sus seres queridos. El Padre intercedió por ellos: <>. Fue la respuesta. Les dejaron rezar un rato. Al poco, los asesinos se dijeron: <>
Los mártires lanzaron un << ¡Viva cristo Rey! >> y con esta exclamación recibieron las descargas.
Al Hermano Baguería, único superviviente de la tragedia, se lo contaba el asesino Magín Tita cuando fue a matar, al día siguiente a los de Mas Claret: <>.
El Padre Juan Buxó es una figura especial dentro de nuestros mártires. Médico de profesión ejerció en Moncada. Muertos sus padres y siendo religiosas sus tres hermanas, entró en la Congragación Claretiana. En ella hizo su profesión religiosa y recibió el sacerdocio. Él y sus hermanas repartieron has ta el último mueble de la casa. Ante el hermoso laurel del patio, sembrado por él y hermana, le dijo proféticamente: <
Enrique Ruan era uno de los cabecillas de los revolucionarios. Mientras caminaba en busca de presos, se cayó del caballo que le arrastró unos metros sobre el suelo. Se hirió en una pierna. El P. Buxó le curó con amor de madre. <
Cuando los enfermos y ancianos salieron del Hospital, Madre Margarita avisó al P. Buxó que dormía en una habitación personal por ser médico de guardia. << ¡Padre, se los han llevado! >> El Padre respondió tranquilo: << ¡Alabado sea Dios! ¡Qué vamos a hacer! Son mártires. Bueno, se ves que se han olvidado de mí. No tardarán en venir a buscarme>>.
El Padre Buxó era tenido por todos por un gran santo. De carácter recio. Había entrado en la Congregación a los 36 años, después de ejercer la medicina con gran competencia.
Al poco tiempo, los milicianos estaban ante su habitación. Entraron sin llamar. El Padre Buxó, siempre sereno, mostró un gesto de dolor y extarñeza en su rostro. << ¿Tú también, Enrique?... ¿Tanto daño te hecho que me quieres matar? >> Enrique era el de la pierna herida, curada durante muchas semanas con cariño por el Padre Buxó. Venía a cumplir su palabra: <
El Padre Buxó amonestó a los tres criminales que prendieron, que si no se convertían tendrían mal fin. Con el Padre llevaron también a tres seglares católicos: Giribert, Minguell y Martorell. Enrique Soler dijo al padre Buxó, aludiendo a la bala que le dispararía: <
En el Cementerio, junto al montón de cadáveres delos que habían matado antes, todos los seglares hicieron gala de su entereza cristiana. No sin recordar con dolor a sus seres queridos. El Padre intercedió por ellos: <
Los mártires lanzaron un << ¡Viva cristo Rey! >> y con esta exclamación recibieron las descargas.
Al Hermano Baguería, único superviviente de la tragedia, se lo contaba el asesino Magín Tita cuando fue a matar, al día siguiente a los de Mas Claret: <
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