Los Mártires del Hospital
LOS MÁRTIRES DEL HOSPITAL
La vida seguía normal los pisos de Hospital: oración, mucha oración. No se les permitía otra cosa.
El día 27 de septiembre se producía una visita misteriosa. Los peores elementos del comité hicieron un registro misterioso. Por consejo del P. Juan Buxó, todos estaban acostados. Los visitantes pasaron por todas las camas riendo irónicamente. Al salir dejaron caer: <>. Algunos Padres comprendieron perfectamente. Rogaron a Madre Margarita que les buscase un lugar seguro en Barcelona. No hubo tiempo.
El 16 de octubre, Enrique ruan, duro sanguinario, sentenció. <>. A media noche del 17 al 18, tres criminales suben al piso donde duermen los Misioneros. Desde el pasillo les grita Solé: << ¡Venga arriba todos! Levántense, porque los tenemos que llevar a un sanatorio>>. A varios de ellos los tuvieron que ayudar a vestirse. El P. Luis Llovet bajó las escaleras en una camilla. Uno de los Hermanos Misioneros se creyó lo del sanatorio y preguntó:<>.
Este hombre era un personaje terrible. Vocal de la Junta del Hospital y miembro destacado del comité. Cuando tuvieron ocasión de salir del hospital, el firmó dos cartas pidiéndolo; luego lo amplió a todos. Pura hipocresía. Solé y sus compañeros se adelantaron con el fusilamiento de los Misioneros. Era lo seguro ante la posibilidad de que respuesta fuese positiva.
El Cementerio estaba muy cerca del Hospital. Sin estorbo desde allí mismo se divisaba. En breves minutos el camión estaba allí. Dentro ya del Cementerio y entre fusiles comenzaron a Gritar: << ¡Viva Cristo Rey! >>
Los milicianos lo contaron después por toda Cervera: <>.
Allí quedaron estos Hermanos Claretianos, enfermos y ancianos. Ni de ellos tuvieron compasión. Desde el Hospital oyeron las descargas en el silencio de la noche.
La vida seguía normal los pisos de Hospital: oración, mucha oración. No se les permitía otra cosa.
El día 27 de septiembre se producía una visita misteriosa. Los peores elementos del comité hicieron un registro misterioso. Por consejo del P. Juan Buxó, todos estaban acostados. Los visitantes pasaron por todas las camas riendo irónicamente. Al salir dejaron caer: <
El 16 de octubre, Enrique ruan, duro sanguinario, sentenció. <
Este hombre era un personaje terrible. Vocal de la Junta del Hospital y miembro destacado del comité. Cuando tuvieron ocasión de salir del hospital, el firmó dos cartas pidiéndolo; luego lo amplió a todos. Pura hipocresía. Solé y sus compañeros se adelantaron con el fusilamiento de los Misioneros. Era lo seguro ante la posibilidad de que respuesta fuese positiva.
El Cementerio estaba muy cerca del Hospital. Sin estorbo desde allí mismo se divisaba. En breves minutos el camión estaba allí. Dentro ya del Cementerio y entre fusiles comenzaron a Gritar: << ¡Viva Cristo Rey! >>
Los milicianos lo contaron después por toda Cervera: <
Allí quedaron estos Hermanos Claretianos, enfermos y ancianos. Ni de ellos tuvieron compasión. Desde el Hospital oyeron las descargas en el silencio de la noche.
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