Hospital de Cervera
HOSPITAL DE CERVERA
La dispersión de los Misioneros Hijos del Inmaculado corazón de María, fue muy diversa. Los más necesitados: enfermos y ancianos fueron conducidos al Hospital. Con ellos quedaron el Jaime Girón, Superior de la casa y el P. Pedro Sitges, ecónomo. Desde el Hospital podrían seguir el rumbo de los distintos miembros de la Comunidad.
Con ellos quedó el médico P. Juan Buxó. Le reclamaron sus compañeros de Barcelona y él respondió: <>. En el Hospital se quedó ejerciendo su profesión y por requerimiento de la Junta como médico de guardia. 14 claretianos quedaron en el Hospital.
Lo regían las Religiosas del Corazón de María y una Junta responsable y católica. Asignaron a los Misioneros dos salones en el piso superior. Uno sirvió de dormitorio y el otro para la convivencia y la oración. Ellos se servían la comida que las Religiosas dejaban en el pasillo. Realizaban la limpieza de los espacios ocupados. Los Sacerdotes celebraban la Eucaristía cada mañana; a ella asistían las Religiosas. La Eucaristía se conservaba en un cuarto contiguo. Los futuros mártires hacían guardia permanente. Las Religiosas, que subían a visitar al Señor, nunca lo encontraban solo.
El 26 de septiembre, los milicianos de la FAI registraron el Hospital y cambiaron violentamente la Junta. El terrible Enrique Ruan les amenazó: <>. Siguieron comulgando y con el Santísimo. Don José Arqués celebraba en su casa y llevaba ocultamente la comunión a Claretianos y Religiosas. El P. Jaime Girón no se hacía ilusiones. Cuando alguna Hermana le preguntaba en qué se ocupaba, respondía: <>. Le obsesionaba la salvación de las almas: <>.
Estuvo bien informado de la realidad martirial de sus Hermanos Misioneros por Madre Margarita: Han matado en Lérida al P. Federico Codina. Otro día la hermana tenía miedo de hablarle. <>. Han fusilado al P. Jové con sus compañeros en Lérida. Luego llegó el terrible martirio del Hermano Fernando Saperas. Estos acontecimientos fueron el verdadero martirio del p. Girón. El corazón comenzó a fallarle; tuvieron que llamar al médico. Repetía apenado: <>.El día 2 de septiembre la Junta les avisó: <>. El 16 de julio había entrado en la casa de las Religiosas una chica con intención vocacional. El P. Girón al conocerla descubrió algo raro en ella y vio que no tenía las cualidades correspondientes para la vida religiosa. El día 29 de agosto desapareció del Convento. Había sido una espía del comité revolucionario. Por eso la Junta les avisó para que marcharan todos los que pudieran.
La dispersión de los Misioneros Hijos del Inmaculado corazón de María, fue muy diversa. Los más necesitados: enfermos y ancianos fueron conducidos al Hospital. Con ellos quedaron el Jaime Girón, Superior de la casa y el P. Pedro Sitges, ecónomo. Desde el Hospital podrían seguir el rumbo de los distintos miembros de la Comunidad.
Con ellos quedó el médico P. Juan Buxó. Le reclamaron sus compañeros de Barcelona y él respondió: <
Lo regían las Religiosas del Corazón de María y una Junta responsable y católica. Asignaron a los Misioneros dos salones en el piso superior. Uno sirvió de dormitorio y el otro para la convivencia y la oración. Ellos se servían la comida que las Religiosas dejaban en el pasillo. Realizaban la limpieza de los espacios ocupados. Los Sacerdotes celebraban la Eucaristía cada mañana; a ella asistían las Religiosas. La Eucaristía se conservaba en un cuarto contiguo. Los futuros mártires hacían guardia permanente. Las Religiosas, que subían a visitar al Señor, nunca lo encontraban solo.
El 26 de septiembre, los milicianos de la FAI registraron el Hospital y cambiaron violentamente la Junta. El terrible Enrique Ruan les amenazó: <
Estuvo bien informado de la realidad martirial de sus Hermanos Misioneros por Madre Margarita: Han matado en Lérida al P. Federico Codina. Otro día la hermana tenía miedo de hablarle. <
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