Construyamos la Paz
Pablo VI instituyó la Jornada de la Paz hace 50 años. Lo recuerda el papa Francisco con estas palabras: “Este es el Mensaje para la 50 Jornada Mundial de la paz. En el primero, el beato Papa Pablo VI se dirigió, no solo a los católicos sino a todos los pueblos, con palabras inequívocas: <>. Advirtió del <>.
En el siglo XX sucedieron dos guerras mundiales y numerosos conflictos declarados. Hoy, nos encontramos con una guerra mundial por partes. Nos hemos habituado a vivir con la violencia. Guerra en diversos países, terrorismo, criminalidad, ataques armados, trata de mujeres, etc. “La violencia no es la solución de nuestro mundo fragmentado. Responder a la violencia con la violencia lleva, en mejor de los casos, a la emigración forzada y aun enorme sufrimiento”.
Jesucristo vivió en tiempos de violencia y enseñó que el verdadero campo de batalla seda en el corazón de cada persona: “Porque de dentro del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios… (Mac 7,21) Enseñó el amor a Dios y el perdón a los enemigos: “Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen”. “Ser hoy verdaderos discípulos de Jesús significa también aceptar la respuesta de la no violencia. Esta –esta, como ha confirmado mi predecesor Benedicto XVI- <>. Y añadía con fuerza: <>”.
En este camino de la no violencia se han distinguido personas a nivel mundial. Cita el Papa, en primer lugar a Madre teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi, Martin Luther King. Especial relieve, junto con Madre Teresa concede el Papa al decenio que precedió a la caída de los regímenes comunistas. Aquí Juan Pablo II es una pieza clave.
Asunto importante para el Papa es la relación entre religión y violencia. “Lo reafirmo con fuerza: <> La violencia es una profanación del nombre de Dios. No nos cansaremos nunca de repetirlo: Nunca se puede usar el nombre de Dios para justificar la violencia. Solo la paz es santa no la guerra”.
Concluye el Papa: Pidamos a la virgen que sea ella quien nos guíe… En el 2017, comprometámonos con nuestra oración y acción a ser persona que aparten de su corazón de sus palabras y de sus gestos la violencia, y a construir comunidades no violentas, que cuiden de la casa común. <>”.
En el siglo XX sucedieron dos guerras mundiales y numerosos conflictos declarados. Hoy, nos encontramos con una guerra mundial por partes. Nos hemos habituado a vivir con la violencia. Guerra en diversos países, terrorismo, criminalidad, ataques armados, trata de mujeres, etc. “La violencia no es la solución de nuestro mundo fragmentado. Responder a la violencia con la violencia lleva, en mejor de los casos, a la emigración forzada y aun enorme sufrimiento”.
Jesucristo vivió en tiempos de violencia y enseñó que el verdadero campo de batalla seda en el corazón de cada persona: “Porque de dentro del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios… (Mac 7,21) Enseñó el amor a Dios y el perdón a los enemigos: “Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen”. “Ser hoy verdaderos discípulos de Jesús significa también aceptar la respuesta de la no violencia. Esta –esta, como ha confirmado mi predecesor Benedicto XVI- <
En este camino de la no violencia se han distinguido personas a nivel mundial. Cita el Papa, en primer lugar a Madre teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi, Martin Luther King. Especial relieve, junto con Madre Teresa concede el Papa al decenio que precedió a la caída de los regímenes comunistas. Aquí Juan Pablo II es una pieza clave.
Asunto importante para el Papa es la relación entre religión y violencia. “Lo reafirmo con fuerza: <
Concluye el Papa: Pidamos a la virgen que sea ella quien nos guíe… En el 2017, comprometámonos con nuestra oración y acción a ser persona que aparten de su corazón de sus palabras y de sus gestos la violencia, y a construir comunidades no violentas, que cuiden de la casa común. <
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