El Disgusto del Papa Francisco

Don Angelo Becciu, Sustituto de la Secretaría de estado del Vaticano y secretario particular del anterior papa Benedicto XVI, ha mostrado el enfado que tiene el papa Francisco por la interpretación dada a sus palabras en el viaje de Filipinas a Roma.

   ¡Qué dijo el Papa?  En la Conferencia de Prensa entre manila y Roma, por dos veces se le pregunta al Papa sobre el tema de la natalidad y él responde: “Ciertamente la apertura a la vida es condición para el sacramento del matrimonio. Un hombre no puede casarse sacramentalmente con una mujer ni una mujer con un hombre si no están de acuerdo sobre este punto de estar abiertos a la vida. De tal manera que, si se puede probar que él o ella se casaron con la intención de no estar abiertos a la vida, ese matrimonio es nulo; la apertura a la vida es causa de nulidad matrimonial…

   El neo-malthusianismo defendía un control de la humanidad por parte de las potencias. Esto no quiere decir tenga que hacer hijos en serie. Hace unos meses, reñí a una señora en una parroquia  porque estaba embarazada de su octavo hijo después de siete cesáreas: ¿Quiere usted dejar a sus siete hijos huérfanos? Eso es tentar a Dios. Se habla de paternidad responsable. Ese es el camino: la paternidad responsable. Lo que quise decir es que Pablo VI no tuvo una visión trasnochada, cerrada. No, fue un profeta que nos dijo: Tengan cuidado con el neo-malthusianismo que está llegando”.

   “Creo que el número de tres hijos por familia, que usted menciona, según dicen los técnicos, es importante para mantener la población. Tres por pareja. Cuando se baja de esa media, se va al otro extremo, como sucede en Italia, donde he oído-no sé si será verdad- que en 2024 no habrá dinero para pagar las pensiones. El descenso de la población. Por eso, la palabra clave para responder es la que la Iglesia usa siempre, y que también yo: paternidad responsable”… Algunos creen que, para ser buenos católicos, tenemos que ser-perdonen la expresión-como conejos. No. Paternidad responsable. Esto es claro y para ello están en la Iglesia los grupos matrimoniales, están los expertos en esta materia, están los pastores, y se busca. Conozco muchas soluciones lícitas que ha ayudado en esto”.

   De estas palabras podemos deducir afirmaciones claras en la vivencia matrimonial.

-         La apertura a la vida es fundamental. Negar este presupuesto lleva a la nulidad matrimonial.

-         La grandeza de la sexualidad humana es que se puede llenar de amor y puede ser orientada y no vencida por el instinto.

-         La paternidad responsable que nos dejó el Concilio Vaticano II, implica responsabilidad ante Dios, ante  su conciencia de padres cristianos, ante los hijos ya nacidos, ante la comunidad social, y ante el egoísmo que también nos acecha.

Las informaciones colocaron a las familias numerosas como punto de mira. Don Angelo Becciu lo consigna así: “El Papa está realmente disgustado de que se haya creados semejante desconcierto. Él no quería de ninguna manera menospreciar la belleza y el valor de las familias numerosas. Hoy mismo, en la audiencia general, ha firmado que la vida es siempre un bien y tener tantos hijos es don de Dios por el que hay darle gracias”.

   Efectivamente el Papa aclaró este punto en la audiencia del 21 de enero: “Las familias sanas son esenciales para la vida de la sociedad. Da consuelo y esperanza ver a muchas familias numerosas que acogen a los hijos como un auténtico don de Dios. Ellos saben que cada hijo es una bendición. Escuché que algunos decían que las familias con muchos hijos y el nacimiento de tantos hijos están entre las causas de la pobreza. Me parce una opinión superficial. Puedo decir, todos podemos decir, que la causa principal de la pobreza es un sistema económico que quitó a la persona  del centro y puso en su lugar al dios dinero… Este es el motivo principal de la pobreza, no las familias numerosas”.

   Quisiera terminar con unas  palabras  significativas al finalizar una de las preguntas del viaje. “Quisiera añadir otra cosa que guarda relación con esto. Para la gente más pobre, un hijo es un tesoro. Es verdad, también hay que ser prudentes en esto. Pero, para ellos, un hijo es un tesoro. Dios sabe cómo ayudarlos. Puede ser que algunos no sean prudentes, es verdad. Paternidad responsable. Pero hay que tener en cuanta también la generosidad de ese padre y de esa madre que ven en cada hijo un tesoro”.