El Aborto del Papa Francisco

   El papa Francisco recibió a los médicos católicos italianos en 70 aniversario de su fundación. Les señaló los principios que deben estar presentes en su profesión.

   Les recuerda el Papa que el ser católicos debe influir en su vida profesional. Testimoniando, de palabra y de obra que la vida humana es siempre sagrada, valiosa e inviolable. Les anima a participar con otras personas que, aun partiendo de diferentes perspectivas, reconocen la dignidad de la personas humana como criterio de su actividad. Les exhorta a seguir el ejemplo de quienes les han precedido: “En efecto, si el juramento de Hipócrates os compromete a ser siempre servidores de la vida, el evangelio os impulsa mucho más allá: a amarla siempre y de todas las formas, sobre todo, cuando necesita especiales atenciones y cuidados. Así lo han hecho los componentes de vuestra Asociación a los largo de los setenta años de benemérita actividad. Os exhorto a continuar con humildad y confianza por este camino, esforzándoos por perseguir vuestras finalidades estatutarias que recogen la enseñanza del Magisterio de la Iglesia en el ámbito médico-moral”.

   No sirve solo que la ciencia progrese, es necesario que no pierda su calidad humana y moral: “No cabe duda de que, en nuestros días, con motivo de los progresos científicos y técnicos, han aumentado notablemente las posibilidades de de curación física; y, sin embargo, en algunos aspectos parece disminuir la capacidad  de <> de la persona, sobretodo cuando sufre, es frágil e indefensa. En efecto, las conquistas de  de la ciencia y de la medicina pueden contribuir  mejorar la vida humana en la medida en que no se alejen de la raíz ética de tales disciplinas.

   ¿Qué entendemos por compasión? “El pensamiento dominante propone a veces una <>: la que considera una ayuda para la mujer favorecer el aborto, un acto de dignidad facilitar la eutanasia, una conquista científica <> un hijo considerado como un derecho e lugar de acogerlo como don; o usar vidas humanas como conejillos de laboratorio para salvar posiblemente a otras. La compasión evangélica, en cambio, es la que acompaña en el momento de la necesidad, es decir, la del buen samaritano, que <>, <>, se acerca y ofrece y ofrece ayuda concreta”. (Lc 10, 33)

   La época que vivimos no es fácil. Especialmente en los asuntos que se relacionan con la bioética. “Estamos viviendo una época de experimentación con la vida. Pero un experimentar mal. Tener hijos en lugar de acogerlos con don, como he dicho. Jugar con la vida. Estad atentos, porque es un pecado contra el Creador: contra Dios Creador, que creó de este modo las cosas. Cuando muchas veces en mi vida de sacerdote escuché objeciones: <>

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 - << ¿Es un problema filosófico?>>

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 Es un problema científico, porque allí hay una vida humana y no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema. <> - <<, oye, en el pensamiento antiguo y en el pensamiento moderno  la palabra matar significa lo mismo>> Lo mismo vale para la eutanasia: todos sabemos que con muchos ancianos, en esta cultura del descarte, se realiza esta eutanasia oculta. Pero, también está la otra. Y esto es decir a Dios: <> Pecado contra el Dios Creador. Pensad bien en esto.”     

   Termina el Papa  con el dicho de San Camilo de Lellis para tratar mejor a los enfermos: <>