Los Santos del Papa Francisco
El papa Francisco ha hablado muchas veces de
El Papa he señalado, al menos, tres aspectos que considero importantes:
1º GRATUIDAD. “En primer lugar, debemos tener muy presente que la santidad no es algo que conseguimos nosotros, que obtenemos nosotros con nuestras cualidades y nuestras capacidades. La santidad es un don, es el don que nos hace el Señor Jesús, cuando nos toma consigo y nos reviste de sí mismo, nos hace como Él”.
La santidad no es final de un esfuerzo sino el principio d eu don de gracia. Una presencia trinitaria que se con concede en el bautismo y que quiere empapar todo nuestro ser. Todo es gracia.
No gracia barata que aleja de Jesucristo so capa de misericordia. Aquí todo vale. No hay ni pecado ni infierno, etc, etc. Esta no la gracia adquirida por Jesucristo con su muerte y resurrección. Esta gracia justifica al pecador no al pecado. Y es gracia cara. Lo fue para Él y lo será para nosotros si somos verdaderos discípulos. Aceptar que somos pobres, pecadores, incapaces de salvarnos a nosotros mismos. Dejar que el Espíritu Santo nos vaya configurando conforme a la imagen del Hijo en una acción concreta según la vocación de cada uno. Esta Lumbre tendrá que quemar mucha hojarasca, esta Luz tendrá que llegar hasta los rincones más oscuros. Y esto puede realizarse sin una obediencia plena al Espíritu Santo como
2º PARA TODOS. Si todos hemos recibido la misma presencia trinitaria en el bautismo, no podemos restringir el don de Dios a unos cuantos privilegiados. Es, sin duda una de las grades realidades que nos dejó el Concilio Vaticano II. “Este nos ha ayudado a a entender mejor que todos los cristianos, en cuanto bautizados, tienen igual dignidad delante del Señor y están unidos por la misma vocación, que es la santidad”. “Se entiende, por tanto, que la santidad no es una prerrogativa solamente de algunos: la santidad es un don que es ofrecido a todos, ninguno excluido, por lo que constituye el carácter distintivo de cada cristiano”.
“Esto nos hace comprender que, para ser santos, no es necesario por fuerza ser obispo, sacerdote o religioso… No ¡Todos estamos llamados a ser santos! Muchas veces, antes o después estamos tentados a pensar que la santidad está reservada solamente a los tienen la posibilidad de despegarse de los quehaceres diarios, para dedicarse exclusivamente a la oración. ¡Pero no es así! Alguno piensa que la santidad es cerrar los ojos, poner cara de estampita, así. No, no esa
EN LA VIDA ORDINARIA. El Papa concreta en un párrafo todo esto co ejemplos que podemos trasladar a las circunstancias de nuestra vida.
“Un ejemplo: Una señora va al mercado a hacer la compra y encuentra a una vecina y empiezan a hablar y después llegan los chismorreos. Y esta señora dice, no, yo no hablaré mal de nadie. Esto un paso a la santidad, esto te ayuda a ser más santo. Después en tu casa, el hijo te pide hablar un poco de sus cosas fantasiosas,