La Vocación del Papa Francisco

   En la gruta de Lourdes de los jardines vaticanos se reunió el papa Francisco con un grupo de jóvenes romanos que están madurando su opción fundamental. Tanto en realidad consagrada , sacerdotal o matrimonial.

   Agradece el Papa la visita a la Virgen que han realizado. Luego hace una alusión  que es significativa: “Os agradezco esta vista a la Virgen que es tan importante en nuestra vida. Ella nos acompaña también en la opción definitiva, la opción vocacional, porque ella acompañó a su hijo en su camino vocacional que fue muy duro. Ella nos acompaña siempre”.

   Duro, sin duda, el camino del Hijo hasta llegar a la meta. Duro también el camino de la Madre. Desde su segunda Anunciación en el Templo con Simeón, lo acompañó con presencia lúcida hasta llegar al Calvario. Al mismo tiempo el ritmo de Jesús descubría su propia vocación.

   El Papa se siente triste cuando un cristiano no ama a la Virgen: “Cuando un cristiano me dice que no ama a la Virgen, que no le nace buscar a la Virgen o rezar a la Virgen, yo me siento triste. Recuerdo, una vez, hace casi 40 años, yo estaba en Bélgica, en un congreso, y había una pareja de catequistas, ambos profesores universitarios, con hijos, una hermosa familia, y hablaban muy bien de Jesucristo. En un punto de la coversación dije:<<¿y la devoción a la Virgen?>> <> Es así, ¿no? Porque un cristiano sin la Virgen es huérfano. También un cristiano sin Iglesia es un huérfano. Un cristiano necesita a estas dos mujeres, dos mujeres madres, dos mujeres vírgenes: la Iglesia y la Virgen”.

   Para un discernimiento vocacional es fundamental la relación con la Virgen y la Iglesia. Pero el Papa matiza a qué Iglesia se refiere. No a una entelequia abstracta o a una Iglesia creada por mi imaginación. Se refiere a la Iglesia jerárquica. “Y para hacer el <> de una vocación cristiana justa, es necesario preguntarse: << ¿Cómo es mi relación con estas dos madres que tengo?>>, con la madre Iglesia y con la madre María. Esto no es un pensamiento de << piedad>>, no, es teología pura. Esto es teología. ¿Cómo es mi relación con la Iglesia, con mi madre Iglesia, con la santa Iglesia jerárquica? ¿Y cómo es mi relación con la Virgen, que es mi mamá, mi Madre?”

    El itinerario vocacional necesita discernimiento para llegar a la meta que el Señor quiere. “Esto hace bien: no abandonarla jamás y no caminar  solos. Os deseo un buen camino de discernimiento. Para cada uno de nosotros el Señor tiene su vocación, ese sitio donde Él quiere que noostros vivamos nuestra vida. Pero es necesario buscarlo; y luego continuar, seguir adelante”.

   Hay que buscar y vivir la vocación con sentido de lo definitivo. “Otra cosa quiero añadir-además de la Iglesia y la Virgen- es el sentido de lo definitivo. Esto es para nosotros importante, porque estamos viviendo una cultura de lo provisional: esto sí pero por un tiempo, para otro momento… ¿te casas? Sí, sí, pero hasta que dure el amor, luego otra vez cada uno a su casa…

   Un muchacho-me decía un obispo-, un joven, un profesional joven, le dijo:<>. Es así, es lo provisional. Tenemos miedo a lo definitivo. Y para elegir una vocación, la vocación que sea, incluso las vocaciones <>-el matrimonio, la vida consagrada, el sacerdocio- se debe elegir con una perspectiva de lo definitivo. Y esto se opone a la cultura de lo provisional. Es una parte de la cultura que nos toca vivir a nosotros en este tiempo, pero debemos vivirla y vencerla”.