Me constaba, por un jesuita de confianza, que el Papa Francisco tenía en su mesilla de noche el documento del papa Pablo VI: Evangelii Nuntiandi.
Quien siga habitualmente la doctrina del papa Francisco y haya leído el documento de Pablo VI, no se extrañará que sea su libro de cabecera.
Lo que era un comentario entre los amigos del Papa, se ha confirmado en el discurso dirigido a los participantes de la Asamblea Diócesana de Roma: “Quisiera decir una cosa, sin ninguna duda: me gustó mucho que tú, Gianpiero, hayas mencionado la Evangelii Nunciandi. También hoy es el documento pastoral más importante del posconcilio, que no ha sido superado. Debemos ir siempre allí. Esta exhortación apostólica es una cantera de inspiración. Y la escribió el gran Pablo VI, de su puño y letra,.Porque después de ese Sínodo no se ponían de acuerdo si escribir una Exhortación, o no hacerla…; y al final el relator-que era san Juan Pablo II- recogió todos los folios y se los entregó al Papa, como diciendo:<>. Pablo VI leyó todo y, con esa paciencia que tenía, comenzó a escribir. Es precisamente, para mí, el testamento pastoral del gran Pablo VI. Y no ha sido superada. Es una cantera de recursos para la pastoral. Gracias por haberla mencionado, y que sea siempre un punto de referencia”.
El documento de Pablo VI consta de estos capítulos:
Preámbulo…
I Del Cristo Evangelizador a la Iglesia Evangelizadora …
II ¿Qué es evangelizar? …
III Contenido de la Evangelización …
IV Medios de Evangelización
V Los destinatarios de la Evangelización …
VI Agentes de la Evangelización …
VII El Espíritu de la Evangelización …
Conclusión
Todos los detalles que señala Pablo VI están involucrados en nuestras actividades apostólicas. No todos explícitamente, pero todos subyacen en cualquier predicación digna de este nombre. No se puede evangelizar sin pone los ojos en Cristo Evangelizador que entrega esta misión a la Iglesia y en ella a cada uno de nosotros. Los agentes de evangelización en la Iglesia no somos franco tiradores sino enviados fieles para proclamar en contenido recibido. Y sobre todo llenos del Espíritu de Jesús. “Sin mí, no podéis hacer nada”. (Jn 15, 5) Es duro aceptarlo pero es salvador; más en un mundo dominado por los medios. No se puede domesticar al Espíritu Santo.
Un criterio básico para toda evangelización es la fidelidad al magisterio eclesial. Lo señala el papa Pablo VI al finalizar el capítulo I. Y lo señalado el papa Francisco repetidas veces aludiendo a este texto. En la catequesis del último miércoles la última vez. “Existe, por tanto, un nexo íntimo entre Cristo, la Iglesia y la Evangelización. Mientra dure este tiempo de la Iglesia, es ella la que tiene a su cargo la tarea de evangelizar. Una tarea que no puede cumplirse sin ella y mucho menos contra ella.
En verdad, es conveniente recordar esto en un momento como el actual, en que no sin dolor podemos encontrar personas, que queremos juzgar bien intencionadas, pero que en realidad están desorientadas en su espíritu, las cuales van repitiendo que su aspiración es amar a Cristo pero sin la Iglesia, escuchar a Cristo pero no a la Iglesia, estar con Cristo pero al margen de la Iglesia. Lo absurdo de esta dicotomía se muestra con toda claridad con esta palabras del Evangelio: <>. (Lc 10, 16) ¿Cómo va a ser posible amar a Cristo sin amra a la Iglesia, siendo a sí que el más hermoso testimonio dado a favor de Cristo es de San Pablo: <la Iglesia y se entregó por ella? >> (Ef 5, 25)