¿Es usted Progresista? Defienda la vida inocente
Miguel Delibes publicó una tercera de ABC que se hizo famosa. El periódico la ha repetido varias veces y con razón. El Premio Cervantes defendía la vida de la persona desde su concepción. Sobre todo, colocaba a la izquierda política ante un dilema de no fácil solución.
La bandera permanente de los zurdos ha sido defender a los más débiles de la tierra en cualquier situación en que se encuentren. Nadie se encuentra tan necesitado como, les decía Delibes, como las personas que inician o concluyen su vida. Lo natural sería que los partidos de izquierda defendieran a las personas que se encuentran en esta situación. Con incoherencia manifiesta en todas partes del mundo defienden el aborto y la eutanasia.
Para defender la vida, debemos usar todos los argumentos y fundamentarlos bien.
No matar a seres inocentes o es una cuestión religiosa sino de ley natural.
No es malo evidenciar las contradicciones en que pueden caer nuestros adversarios. Este modo de proceder es bueno ante la opinión pública. Les deja en ridículo con sus tópicos correspondientes.
Para desenmascarar la mentira y ofrecer la verdad, debemos aprovechar la parte débil del adversario. Si damos donde duele, damos dos veces y con más fuerza. Defender la verdad tiene su estrategia.
Debemos rechazar siempre la guerra y la violencia que recae en personas inocentes o indefensas. La guerra más cruel se realiza cuando atacamos al niño en el vientre de su madre, al anciano o al enfermo en una situación crítica.
Tenemos personas de buena voluntad que viven de los medios de comunicación. Muchos atacan la vida inocente sin ningún escrúpulo. Si vamos con verdad por delante, bien razonada, podemos ganar a personas honradas.
A mí con los jóvenes especialmente, y con mayores, me ha dado buen resultado el juego de la moviola.
¿Tú, matarías a un niño recién nacido?
… ¡No!
¿Y una hora antes en el vientre de su madre?
… ¡No!
¿Y un mes antes de nacer?
… ¡No!
Así hasta llegar al momento de la concepción. El mismo que puedes matar recién nacido es el que se concibe con la fusión del gameto masculino y el óvulo femenino.
Por lo tanto, la realidad que matas en cualquier etapa del desarrollo del feto es una persona.