¡¡Gregorio!! !!Me escribes 1000 veces el artículo 16.3 de la Constitución!!
Una Cope desactivada y una Iglesia amordazada convertirían este país en el paraíso del totalitarismo laicista. Eso sí, con el PP de Rajoy y González Pons -"defensor de la fe” como Enrique VIII- en la oposición, haciendo de tonto útil para que todos nos creamos que vivimos en una verdadera democracia.
Eran otros tiempos. Era una práctica heredada de un modelo educativo diferente al actual. Antes de que la LOGSE pusiera fin a la enseñanza de calidad en este país, pocos críos nos libramos de tener que escribir cien, doscientas, quinientas o incluso más veces frases tipo “no hablaré ni molestaré a mis compañeros en clase” o “no miraré por la ventana cuando el profesor explica la lección". Al cabo de tres o cuatro “castigos” de ese cariz, con la muñeca y los dedos amenazando con entrar en crisis artrítica, uno se pensaba seriamente el comportarse en clase “como Dios manda". Estoy convencido de que Gregorio Peces Barba sufrió en alguna ocasión dicha disciplina, que tan feliz hacía a los fabricantes de lápices y bolígrafos. Es una lástima que el niño esté ya tan crecidito y que, cada vez que insiste en decir que España es un estado laico, no haya a su lado un profesor para ordenarle escribir 1000 veces el artículo 16.3 de la Constitución. El artículo de marras dice así: Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. Se podría entender que a don Gregorio ese artículo le repatee. Se podría comprender que Peces quiera cambiarlo. Lo que no se puede entender ni comprender es que este señor quiera vendernos la burra de que la Constitución dice lo que no dice. Porque una de dos, o nos toma por imbéciles que no sabemos leer o él es el imbécil que no entiende lo que lee. Otra opción no hay. Los “odiadores” profesionales contra el catolicismo tienden a caer en este tipo de perversiones de la razón. Les da lo mismo hacer el ridículo porque saben que tienen un apoyo mediático capaz de convencer a una gran masa “salsarosificada” y “buenafuenteada” de españoles de que la luna es cuadrada. Su visceralidad les puede y llegan hasta el extremo de inventarse laicidades estatales inexistentes o a querer pisotear derechos tan fundamentales como el de la objeción de conciencia contra el intento del gobierno de adoctrinar a nuestros hijos. La Iglesia no es la Cope ni la Cope es la Iglesia, pero si algo está claro es que la Iglesia y la Cope son un peligro para sus planes. Por ello las quieren callar. Una Cope desactivada y una Iglesia amordazada convertirían este país en el paraíso del totalitarismo laicista. Eso sí, con el PP de Rajoy y González Pons -"defensor de la fe” como Enrique VIII- en la oposición, haciendo de tonto útil para que todos nos creamos que vivimos en una verdadera democracia. Luis Fernando Pérez Bustamante
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