Miles de jóvenes cantan con los Salmos y rezan con la Biblia e iconos en Tallin, la capital de Estonia, en el encuentro convocado por la comunidad monástica de Taizé. Esta tarde de sábado ha tenido lugar el primer encuentro de oración. Los jóvenes de distintos países y denominaciones se inclinan sobre el icono de la cruz de San Francisco de Asís.
Estonia es el más pequeño y el más descristianizado de los países bálticos. Su idioma sólo está emparentado con el finés. Tiene 1,2 millones de habitantes, de los que un 60% dice no tener religión; hay un 14% de ortodoxos ligados a Moscú, otro 2% son ortodoxos ligados a Constantinopla y un 8% son luteranos. Los católicos son apenas 7.000, muchos de etnia lituana o polaca, con unos 30 sacerdotes y dos parroquias grecocatólicas ucranianas. El único obispo es Philippe Jourdan, francés del Opus Dei.
Hace dos días, el jefe de la Diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, se reía del pequeño país vecino en su rueda de prensa de fin de año, llamándole "potencia" de forma despectiva y un poco amenazadora.
Unos pocos miles de jóvenes rezando por la paz con canciones meditativas de texto bíblico o de santos, ratos de silencio, velas y salmos no cambiarán su perspectiva geoestratégica. Pero en el Cielo sí tienden a escuchar las oraciones y Jesús alaba a los constructores de la paz.
[Oración completa, 70 minutos: música, peticiones, silencio, pequeña predicación, diálogo].