El País y los abusos a niños
por Paco Sanz
El lunes 15 El País nos advierte de lo que se nos viene encima y nos lanza la artillería. Almudena Grandes, la que se regodea fabulando con milicianos que violan monjas, aprovecha el llamamiento de los obispos a la sinceridad (así titula su artículo) respecto a las acusaciones dentro de la iglesia de abusos a menores para hacer otra defensa de la nueva ley del aborto y dice que “la campaña de los obispos contra la nueva ley promueve la defensa de la hipocresía, el cinismo y la mentira. Da miedo pensar en lo que serán capaces de hacer cuando la marea de los abusos denunciados llague hasta España”. No hizo falta esperar mucho. Al día siguiente, en portada, y dentro a doble página, todo un despliegue del caso del fraile detenido en Chile. Y a partir de ahí, una táctica de encender el ventilador tal, que hasta yo me avergüenzo de no haber sido violado en mi infancia en el cole de curas al que fui. De verdad, soy un friki, un inadaptado y un bicho raro, pero créanme, lo digo con sinceridad, ni los curas ni los frailes me pusieron una mano encima de niño, y eso que yo era un niño muy bien parecido.
Si conocen ustedes a alguien, que no haya sido víctima de los abusos de algún cura o un fraile díganmelo y así no me sentiré como esas personas que salen en la sección de “para gritar” en el 10 minutos. Niño indio con dos cabezas.
Ya escribí en un post anterior mi opinión ante estos casos, pero lo de El País, una estrategia en toda regla, hace que se les vea mucho el plumero.
¿Estarían de acuerdo desde el lobby gay, que promueve la campaña A la escuela sin armarios, una mayor atención para que no se cuelen en los seminarios “nenes” con la sexualidad faltándole un hervor o que claramente “se pisan la mantilla”? Porque lo que es una virtud en la Iglesia:- La Iglesia te acoge, la Iglesia te espera con los brazos abiertos. O como dice la canción “Una madre no se cansa de esperar...”- puede ser también un gran hándicap.
O si no, miren a los de “la rosquilla de Cristo, amén” o a “teólogos” de la liberación que crecen, se reproducen y mueren en los brazos de la Mater et magistra.
Nos mola que Jesús le diga a la adúltera “Vete y no peques más” pero ¿lo aplicamos igual para todos los casos? Todos tenemos que colaborar para que la Iglesia, también, sea ejemplar en el cuidado y atención de estos casos que causan tanto dolor.