El juicio de Nuremberg
por Benigno Blanco
Los juicios de Nuremberg
Con motivo del 50 aniversario de los juicios de Nuremberg, en 1995 se publicó un estudio sobre aquellos juicios escrito por la historiadora francesa experta en esa materia Annette Wieviorka con el objetivo de evitar que se pierda la memoria histórica de aquellos sucesos. Y ahora se publica de nuevo aquella obra con un post scriptum (págs. 173 a 184) o anexo final en que se valora la incidencia histórica de los famosos juicios y su influjo en la justicia internacional en materia de derechos humanos hasta el día de hoy.
La edición española de El proceso de Nuremberg de Annete Wieviorka la hace la editorial Rialp en 2023 con oportunidad histórica, dado que en Europa hemos vuelto a vivir guerras de agresión (Ucrania) y delitos contra la humanidad (en la antigua Yugoslavia), además de lo que está sucediendo actualmente en Gaza que ya ha sido denunciado ante la justicia internacional como posible genocidio. Recordar hoy los crímenes del régimen nazi alemán y el enjuiciamiento que merecieron sus responsables en Nuremberg por parte del tribunal internacional creado ad hoc por las potencias ganadoras de la II Guerra Mundial no es -por desgracia- mera erudición histórica sino memoria viva de actualidad.
En el comienzo del libro (capítulo 1 titulado “Hacia el juicio”) la autora pone al lector en antecedentes: el momento histórico, la decisión de juzgar a los criminales nazis (tras la I Guerra Mundial no se puso en marcha una jurisdicción operativa similar), los acuerdos entre los aliados sobre la composición del tribunal, los crímenes a juzgar y la selección de los acusados. Este proceso previo no estuvo exento de actitudes y posturas egoístas y políticas por parte de los países vencedores en la Guerra que entonces vivían un breve idilio, pero entre los cuales se estaba ya larvando lo que luego se llamó “guerra fría”; y también de las -en ocasiones- lamentables influencias de los personalismos jurídicos de algunos de los representantes de cada Estado que no tuvieron pudor para aprovechar su posición para defender sus personales posturas teóricas previas sobre las materias en discusión.
En el capítulo 2 Annete Wieviorka despliega ante el lector el desarrollo del juicio, presentándonos a los protagonistas, las cuestiones teóricas subyacentes y el intramundo político que estaba subyacente al proceso. Es justo reconocer la capacidad de la autora para facilitar al lector en breves páginas la comprensión de las circunstancias de un momento histórico y un evento que nos resulta -quizá- tan lejano, aunque esté tan cercano en el tiempo.
Los capítulos 3 a 6 se estructuran respectivamente alrededor de los distintos delitos que fueron enjuiciados por el tribunal de Nuremberg: la conspiración contra la paz y la guerra injusta de agresión, los específicos crímenes de guerra, el genocidio y la responsabilidad penal de las organizaciones jurídicas nazis (SS, SA, Gestapo, etc). La autora, en cada capítulo y para cada delito, analiza las acusaciones, las pruebas, los argumentos de las defensas y las particularidades de cada acusado. Y logra en rápida síntesis dar una perspectiva bastante completa de todo ello con rigor y objetividad. No hay en este libro apelaciones sentimentales ni simplismos que metan en el mismo saco a todos y todo; es un riguroso libro de historia bien documentada.
El capítulo 7 se dedica a la sentencia, sus argumentaciones y su fallo, acusado por acusado y delito por delito; y el capítulo 8 a lo que sucedió a continuación en cumplimiento de tal sentencia.
Leído este relato en 2024, resulta llamativo -y la autora lo pone de manifiesto- cómo el genocidio contra los judíos no ocupa un lugar especialmente relevante ni en el juicio ni en la sentencia ni en el impacto de uno y otra en la opinión pública en su época. Fue el juicio contra Adolf Eichmann en Israel décadas después el que puso de manifiesto ante la opinión pública mundial la brutalidad bestial del holocausto, aunque es cierto que el personaje de Eichmann y su papel en el holocausto se descubrió precisamente en los juicios de Nuremberg en el que ese hombre no fue juzgado y sobre cuyo juicio en Jerusalén, Hannha Arendt escribió esa obra imprescindible que es Eichmann en Jerusalén. Un informe sobre la banalidad del mal.
Benigno Blanco