Es domingo: Contemplar y Vivir el Evangelio
Es domingo: Contemplar y Vivir el Evangelio
4º Domingo de Pascua
[Seguimos en Pascua. ¡Feliz Pascua de Resurrección! ¡Aleluya! El tema de hoy es conocido y hermoso: el buen pastor da su vida por las ovejas. “La presentación de Jesús identificado con el buen pastor no es una parábola, como las que encontramos en los evangelios sinóptico ni tampoco es una alegoría, sino que se trata de un discurso simbólico en el que las afirmaciones están cargadas de un contenido que solo se insinúa. Además, Juan hace una presentación en paralelo mediante dos elementos antagónicos: por un lado el buen pastor y, por el otro, el asalariado que abandona las ovejas”.]
Si te ayuda, puedes empezar así: -Estás, Señor… -Estoy, Señor… Acojo tu Presencia y en silencio me miras y te miro, me hablas y quiero escucharte… Y ahora, Señor, tú dirás. Desde muy dentro te miro y te escucho… Deseo conocerte mas claramente…
Del Evangelio de san Juan 10, 1118 (Es mejor tener el texto a mano y leerlo ahora).
-Jesús se presenta como Dios (Yo soy) y como buen Pastor. Un Dios que cuida de los suyos (las ovejas, nosotros) con esmero y con cariño. Él es el bueno, el auténtico, el verdadero, por tanto, el que no me abandona nunca. El que cuida de mí de noche y de día. Todo ello porque me ama. Y me ama tanto y de tal manera extrema y siempre, que ha dado su vida por mí. ¿Quién podía hacer algo así? Dios-Amor. ¿Quién podría esperar algo así? Yo desde luego no. ¿Y tú? Y sin embargo, así es Dios con cada uno de sus hijos; Jesús, con cada uno de sus hermanos. Jamás te dejará tirado como el mal pastor. Jamás. ¿Soy yo como esas ovejas que andan siempre sueltas, solas, a su aire?
-Contempla despacio a Jesús y con mucha atención escucha estas palabras suyos: te las está diciendo ahora a ti. Con esta son dos las veces que Jesús te dice: Yo soy el buen Pastor… yo doy mi vida por las ovejas (por ti y por mí). Pregúntale por qué esa insistencia. Algo sabes, y es que “nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”. Y eso lo ha hecho Él por ti, por mí. Muestra así como es tu buen Pastor y hasta donde ha ido su amor. Y eso es ahora también, y lo será siempre. ¿He caído en la cuenta de lo que esto supone para mí? ¿Acaso podré vivir mi relación de amor y amistad con él de cualquier manera? Jamás he tenido, ni tengo ni tendré un hermano y un amigo semejante Él en mi vida. ¡Luego valgo mucho para Él! Y..., ¿qué hago? ¿Qué voy a hacer?
-Al mismo tiempo, Jesús te repite cuatro veces el verbo conocer. ¿Por qué será? Sencillamente, ¡y lógicamente!, porque quiere dejar claro (¡atento!) que su relación con los creyentes, contigo y conmigo, ahora mismo y siempre, es una relación de “conocimiento mutuo”, no de simples amiguetes de buen rollo. Ni mucho menos. Teniendo en cuenta que en la Biblia el verbo “conocer” alude a una íntima comunión entre las personas, se habla aquí, te habla aquí, no de una relación superficial o circunstancial, sino profunda y personal. La cual sólo se da con amor, desde el amor mutuo. ¿Entiendes? Fíjate bien, (Jesús lo explica), se trata de un amor recíproco como el que existe entre Jesús y el Padre. ¿Tanto? ¿Será posible? Pues sí. Por eso y para eso, Jesús, el buen Pastor, ha dado la vida por ti. Entrega voluntaria de amor. Te está invitando a hacer lo mismo para que la comunión, la relación de amor, sea sincera y de Corazón a corazón. Deséalo. Pídelo… Contempla, si: esto da mucho que pensar, mucho que amar y mucho que gozar internamente. Y mucho que vivir, encarando la experiencia cristina desde esta relación-comunión personal con el Buen Pastor, Jesús, Señor mío y Dios mío. No tienes que dudarlo.
-“Otras ovejas”, otros muchos, todos los seres humanos. La Persona y el Amor de Jesús, buen Pastor es universalista: quiere a todos y a todos desea conducirles al Padre, mediante la relación-comunión personal de amor mutuo, no de obligación y menos limitando su libertad. ¡Nunca jamás! Quiere esto decir que la muerte y resurrección del Señor Jesús ha servido y servirá para crear una comunidad fraterna en la que ya no tendrán vigencia las fronteras y discriminaciones: todos hermanos, hijos en Hijo cuyo Padre en el Padre nuestro, de todos: Dios-Amor, Creador y Redentor. ¡No está faltando mucho aún! ¿Qué hago yo para favorecer que haya un solo rebaño con un solo Pastor? ¿O soy de los que dividen y destruyen? Sería un gran pecado. ¿Puedo tenerlo en cuenta en mi vida diaria, en mis ambientes y relaciones? Si lo hago, ya estaré colaborando en serio en esta obra de Dios.
La contemplación de Jesús como buen Pastor nos invita, ante todo, al agradecimiento. Gracias a su entrega por nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene. Además, esta contemplación nos enseña el amor de amistad que Jesús nos tiene también y a conocerlo mejor. Es la ocasión para practicar ese conocimiento mutuo de amor que es relación-comunión personal íntima y de Corazón a corazón, propia del encuentro con Jesús en la oración y en el quehacer diario. Es también una muy buena ocasión para agradecer el ministerio pastoral del Papa, los obispos, los sacerdotes, los diáconos, los catequistas, etc., llamados a reproducir en medio de la comunidad y a su servicio, la imagen de Cristo, buen Pastor.
◊ Para recordar y vivir durante la semana: Es necesario que nos dejemos guiar por el buen Pastor en nuestra variedad y diversidad. ¡Es necesario!
4º Domingo de Pascua
[Seguimos en Pascua. ¡Feliz Pascua de Resurrección! ¡Aleluya! El tema de hoy es conocido y hermoso: el buen pastor da su vida por las ovejas. “La presentación de Jesús identificado con el buen pastor no es una parábola, como las que encontramos en los evangelios sinóptico ni tampoco es una alegoría, sino que se trata de un discurso simbólico en el que las afirmaciones están cargadas de un contenido que solo se insinúa. Además, Juan hace una presentación en paralelo mediante dos elementos antagónicos: por un lado el buen pastor y, por el otro, el asalariado que abandona las ovejas”.]
Si te ayuda, puedes empezar así: -Estás, Señor… -Estoy, Señor… Acojo tu Presencia y en silencio me miras y te miro, me hablas y quiero escucharte… Y ahora, Señor, tú dirás. Desde muy dentro te miro y te escucho… Deseo conocerte mas claramente…
Del Evangelio de san Juan 10, 1118 (Es mejor tener el texto a mano y leerlo ahora).
- “Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño…, abandona las ovejas y huye porque no le importan.
-Jesús se presenta como Dios (Yo soy) y como buen Pastor. Un Dios que cuida de los suyos (las ovejas, nosotros) con esmero y con cariño. Él es el bueno, el auténtico, el verdadero, por tanto, el que no me abandona nunca. El que cuida de mí de noche y de día. Todo ello porque me ama. Y me ama tanto y de tal manera extrema y siempre, que ha dado su vida por mí. ¿Quién podía hacer algo así? Dios-Amor. ¿Quién podría esperar algo así? Yo desde luego no. ¿Y tú? Y sin embargo, así es Dios con cada uno de sus hijos; Jesús, con cada uno de sus hermanos. Jamás te dejará tirado como el mal pastor. Jamás. ¿Soy yo como esas ovejas que andan siempre sueltas, solas, a su aire?
- Y soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
-Contempla despacio a Jesús y con mucha atención escucha estas palabras suyos: te las está diciendo ahora a ti. Con esta son dos las veces que Jesús te dice: Yo soy el buen Pastor… yo doy mi vida por las ovejas (por ti y por mí). Pregúntale por qué esa insistencia. Algo sabes, y es que “nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”. Y eso lo ha hecho Él por ti, por mí. Muestra así como es tu buen Pastor y hasta donde ha ido su amor. Y eso es ahora también, y lo será siempre. ¿He caído en la cuenta de lo que esto supone para mí? ¿Acaso podré vivir mi relación de amor y amistad con él de cualquier manera? Jamás he tenido, ni tengo ni tendré un hermano y un amigo semejante Él en mi vida. ¡Luego valgo mucho para Él! Y..., ¿qué hago? ¿Qué voy a hacer?
-Al mismo tiempo, Jesús te repite cuatro veces el verbo conocer. ¿Por qué será? Sencillamente, ¡y lógicamente!, porque quiere dejar claro (¡atento!) que su relación con los creyentes, contigo y conmigo, ahora mismo y siempre, es una relación de “conocimiento mutuo”, no de simples amiguetes de buen rollo. Ni mucho menos. Teniendo en cuenta que en la Biblia el verbo “conocer” alude a una íntima comunión entre las personas, se habla aquí, te habla aquí, no de una relación superficial o circunstancial, sino profunda y personal. La cual sólo se da con amor, desde el amor mutuo. ¿Entiendes? Fíjate bien, (Jesús lo explica), se trata de un amor recíproco como el que existe entre Jesús y el Padre. ¿Tanto? ¿Será posible? Pues sí. Por eso y para eso, Jesús, el buen Pastor, ha dado la vida por ti. Entrega voluntaria de amor. Te está invitando a hacer lo mismo para que la comunión, la relación de amor, sea sincera y de Corazón a corazón. Deséalo. Pídelo… Contempla, si: esto da mucho que pensar, mucho que amar y mucho que gozar internamente. Y mucho que vivir, encarando la experiencia cristina desde esta relación-comunión personal con el Buen Pastor, Jesús, Señor mío y Dios mío. No tienes que dudarlo.
- Tengo también otras ovejas que no son de este redil, también a ellas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor.
-“Otras ovejas”, otros muchos, todos los seres humanos. La Persona y el Amor de Jesús, buen Pastor es universalista: quiere a todos y a todos desea conducirles al Padre, mediante la relación-comunión personal de amor mutuo, no de obligación y menos limitando su libertad. ¡Nunca jamás! Quiere esto decir que la muerte y resurrección del Señor Jesús ha servido y servirá para crear una comunidad fraterna en la que ya no tendrán vigencia las fronteras y discriminaciones: todos hermanos, hijos en Hijo cuyo Padre en el Padre nuestro, de todos: Dios-Amor, Creador y Redentor. ¡No está faltando mucho aún! ¿Qué hago yo para favorecer que haya un solo rebaño con un solo Pastor? ¿O soy de los que dividen y destruyen? Sería un gran pecado. ¿Puedo tenerlo en cuenta en mi vida diaria, en mis ambientes y relaciones? Si lo hago, ya estaré colaborando en serio en esta obra de Dios.
La contemplación de Jesús como buen Pastor nos invita, ante todo, al agradecimiento. Gracias a su entrega por nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene. Además, esta contemplación nos enseña el amor de amistad que Jesús nos tiene también y a conocerlo mejor. Es la ocasión para practicar ese conocimiento mutuo de amor que es relación-comunión personal íntima y de Corazón a corazón, propia del encuentro con Jesús en la oración y en el quehacer diario. Es también una muy buena ocasión para agradecer el ministerio pastoral del Papa, los obispos, los sacerdotes, los diáconos, los catequistas, etc., llamados a reproducir en medio de la comunidad y a su servicio, la imagen de Cristo, buen Pastor.
◊ Para recordar y vivir durante la semana: Es necesario que nos dejemos guiar por el buen Pastor en nuestra variedad y diversidad. ¡Es necesario!
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