El País, Juan José Tamayo y su último desvarío (que no es nuevo)
por Paco Sanz
Me topo con El País en las páginas de Opinión y me tira para atrás una peste a naftalina que me ha dejado sin sentido un rato. Consigo abrir los ojos y veo a uno de los más famosos mercenarios de la causa. Juan José Tamayo, el arrianista, el autoexcluido de la Iglesia, dando en este caso lecciones de democracia. “Un cristiano, una cristiana, un voto” dice, el muy cursi. Sólo le ha faltado decir al más puro estilo Aído: un voto, una vota
Y lo dice en relación a la elección de obispos. “El despotismo es la patología episcopal más común”. La imbecilidad de las votaciones para todo ya las han institucionalizado algunos cristianos hermanos y debería haber servido de vacuna. Se saca de la manga los casos extraordinarios en el seno de la Iglesia como el de san Agustín o san Ambrosio y ¡hala! “un cristiano, cristiana, cristianito, cristianita, un voto, vota, votito.
Como El País no sabía de qué lado ponerse en la polémica del nombramiento del obispo Munilla, pues saca al espantajo de Tamayo (que por cierto ya no lo presenta como sacerdote sino que le hace publicidad de su último libro. Están muy cutres últimamente) y este, posiblemente afectado por los excesos de estas fiestas, suelta: “Se me objetará que la Iglesia es de institución divina. Aun en ese supuesto, que es mucho suponer, no entiendo por qué la democracia tenga que ser contraria a la voluntad divina ni por qué el Papa y los obispos la defienden en la sociedad y no la practican en la Iglesia. ¿Cómo Dios puede querer la elección democrática de los gobernantes a nivel político y oponerse a ella en la comunidad cristiana?”
Lo bueno de este grupúsculo de Tamayo y sus colegas es que son muy pocos, muy mayores y no tienen sucesores.
Por cierto voy a someter a votación con mis hijas si el lunes reanudan el cole o se quedan en casa otra semanita jugando con lo que les han traído los Reyes Magos.
P.D. Nuevamente mueren cristianos en Egipto y El País lo disfraza de enfrentamientos y venganzas.
P.D.2 A los lectores de El País; Los coptos son cristianos.