Es domingo: Contemplar y Vivir el Evangelio
Es domingo: Contemplar y vivir el Evangelio
El Bautismo del Señor: Tú eres mi hijo amado
[Terminó el tiempo de Navidad. Hoy es el día de los comienzos: iniciamos el tiempo ordinario con la fiesta del Bautismo el Señor y comenzamos la lectura del Evangelio de Marcos. El Bautismo de Jesús es la presentación del Hijo amado. En Él comienza la etapa decisiva de la Historia de la Salvación].
Si te ayuda, puedes empezar así: -Señor, estás… -Señor, estoy… Deseo y quiero permanecer ahora un buen rato contigo, porque yo sé que Tú estás en mí y yo en Ti, como Tú con el Padre y el Padre en Ti. Mientras tanto, Señor, bautízame con tu Espíritu. Estoy disponible…
Del Evangelio de san Marcos 1,711: (Tener a mano el texto completo y leerlo).
-Jesús vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia Él. Es decir, el corazón del Padre se abre para derramar sobre el Hijo todo su Amor, que es el Espíritu. Le unge al Hijo por dentro y por fuera de todo su Amor y Poder. Para no reservarse nada y darle todo lo mejor. Ese es también nuestro Dios y Padre. Nos da lo mejor de sí: su compasión misericordiosa, su ternura y compañía, nos unge con todo su Amor divino siempre que salimos de las aguas cenagosas, (¿egoísmo, soberbia, pecados…? ¿Nuestro propio amor querer e interés?), en las que no pocas veces nos encontramos metidos. Eso empezó así en mí con el bautismo recibido. ¿Sigo en esas, o…?
Señor, estoy lejos de entender y más lejos aún de vivir una experiencia semejante contigo. Que tu Espíritu, Señor, nuestro Espíritu, me ayude y guie a vivir algo de esto según tu querer y gracia. ¡Cómo tú quieras, Señor!
*Contemplar el bautismo de Jesús es recordar y actualizar nuestro propio bautismo. Recordarlo con el corazón abierto a lo que hoy, como cristianos adultos, sabemos qué significó aquel gesto recibido de niños, valorando la fe de nuestros padres y familiares que quisieron transmitirnos lo mejor. Ellos hicieron posible que en nosotros se diese la vida de fe y que creciera la semilla del seguimiento de Jesús.
El ser cristiano, el haber recibido el bautismo no es algo interesante, “sino que debe marcar profunda y felizmente la conciencia de todo bautizado: debe ser, en verdad, considerado por él -como lo fue por los cristianos antiguos- una iluminación que, haciendo caer sobre él el vivificante rayo de la verdad divina, le abre el cielo, le esclarece la vida terrenal, le capacita para caminar como hijo de la luz hacia la visión de Dios, fuente de eterna felicidad” (Pablo VI). ¡Hay que alegrarse, pues, y vivir el bautismo”.
El Bautismo del Señor: Tú eres mi hijo amado
[Terminó el tiempo de Navidad. Hoy es el día de los comienzos: iniciamos el tiempo ordinario con la fiesta del Bautismo el Señor y comenzamos la lectura del Evangelio de Marcos. El Bautismo de Jesús es la presentación del Hijo amado. En Él comienza la etapa decisiva de la Historia de la Salvación].
Si te ayuda, puedes empezar así: -Señor, estás… -Señor, estoy… Deseo y quiero permanecer ahora un buen rato contigo, porque yo sé que Tú estás en mí y yo en Ti, como Tú con el Padre y el Padre en Ti. Mientras tanto, Señor, bautízame con tu Espíritu. Estoy disponible…
Del Evangelio de san Marcos 1,711: (Tener a mano el texto completo y leerlo).
- Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.
- Apena salió del agua, vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma.
-Jesús vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia Él. Es decir, el corazón del Padre se abre para derramar sobre el Hijo todo su Amor, que es el Espíritu. Le unge al Hijo por dentro y por fuera de todo su Amor y Poder. Para no reservarse nada y darle todo lo mejor. Ese es también nuestro Dios y Padre. Nos da lo mejor de sí: su compasión misericordiosa, su ternura y compañía, nos unge con todo su Amor divino siempre que salimos de las aguas cenagosas, (¿egoísmo, soberbia, pecados…? ¿Nuestro propio amor querer e interés?), en las que no pocas veces nos encontramos metidos. Eso empezó así en mí con el bautismo recibido. ¿Sigo en esas, o…?
- Se oyó una voz desde los cielos: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”.
Señor, estoy lejos de entender y más lejos aún de vivir una experiencia semejante contigo. Que tu Espíritu, Señor, nuestro Espíritu, me ayude y guie a vivir algo de esto según tu querer y gracia. ¡Cómo tú quieras, Señor!
*Contemplar el bautismo de Jesús es recordar y actualizar nuestro propio bautismo. Recordarlo con el corazón abierto a lo que hoy, como cristianos adultos, sabemos qué significó aquel gesto recibido de niños, valorando la fe de nuestros padres y familiares que quisieron transmitirnos lo mejor. Ellos hicieron posible que en nosotros se diese la vida de fe y que creciera la semilla del seguimiento de Jesús.
El ser cristiano, el haber recibido el bautismo no es algo interesante, “sino que debe marcar profunda y felizmente la conciencia de todo bautizado: debe ser, en verdad, considerado por él -como lo fue por los cristianos antiguos- una iluminación que, haciendo caer sobre él el vivificante rayo de la verdad divina, le abre el cielo, le esclarece la vida terrenal, le capacita para caminar como hijo de la luz hacia la visión de Dios, fuente de eterna felicidad” (Pablo VI). ¡Hay que alegrarse, pues, y vivir el bautismo”.
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