El País, el rebotado Vicent, Rosa Díez y las secuelas de su abortismo.
por Paco Sanz
Muy queridos lectores de mi blog. He estado unos cuantos días fuera de la circulación porque he vivido algo que llena el corazón de cualquier ser humano. He vivido un encuentro con Jesucristo en un Cursillo de Cristiandad, y eso, aunque lleno de alegría y de esperanza me ha dejado "empanado" unos cuantos días. Pero, ¡estoy de vuelta!
Hoy, día del Señor, como acostumbra, El País nos obsequia con una reflexión típica de Manuel Vicent y de El País. Llama inquisidor ascético al cardenal Rouco e inquisidor pletórico a Monseñor Martínez Camino y dice de ambos que “la debilidad humana excita aun más su fanatismo.” La última vez que este payaso (al fin y al cabo me hace reír) escribió en el endemoniado periódico lo hizo también sobre temática de Iglesia. De hecho lo hace muy frecuentemente, se conoce que añora su época de seminarista reprimido (por sí mismo) y como buen rebotadillo debe soñar cada noche con cruces que le atacan, casullas que le ahogan y cosas por el estilo. Y sobre todo con Inquisición. Me refiero a la palabra. Estos mequetrefes tienen su público y eso de nombrar a la Inquisición les pone. Aunque no sepan ni lo que es.
Resuena el eco de un artículo abortista, que intentaba quedar bien con todos y no queda bien con nadie, de Rosa Díez del día 10. Lobezna con piel de borrega. Y en relación al artículo hay una carta de una acólita de El País que dice: “En este país muchos padres y la mayoría de los colegios concertados y privados de corte religioso han objetado estos programas(de educación sexual) y, lo que es peor, seguirán haciéndolo con fondos públicos. Y sí, esta ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, no es como la francesa, ya que por fin esta ley sale del estricto ámbito familiar..” Mira guapa, aunque seguro que no lo eres, ¿llamas objetores a los padres que se encargan personalmente de la educación sexual de sus hijos? Entonces ¿cómo llamas a los que les dejan únicamente en manos de la doctrina del gobierno? Te lo digo yo, suicidas imbéciles. Porque a día de hoy (y si no fuera así, me daría igual) el artículo 27 de la Constitución en su punto 3 dice “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.” Mal que les fastidie a estos liberticidas y los borregos lectores de sus panfletos.