Miércoles, 06 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Blog

Es domingo: Contemplar y Vivir el Evangelio del día

por Dentro, muy dentro de ti

Es domingo: Contemplar y Vivir el Evangelio del día
 
25º domingo del Tiempo Ordinario
 
Para empezar: Retírate… Recógete… Silénciate… Y ante la Presencia de Dios, adórale…, confía… Pídele su Espíritu… Y déjale actuar en ti…
 
Leer despacio el texto del Evangelio: Mateo 20,116
 
El aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a encontrar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: ´Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido´. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ´¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?´. Le respondieron: ´Nadie nos ha contratado´. Él les dijo: ´Id también vosotros a mi viña´. Cuando oscureció el dueño dijo al capataz: ´Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros´. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaron que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo: ´Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno´. Él replicó a uno de ellos: ´Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tu envidia porque yo soy bueno?´. Así, los últimos serán primeros y lo primeros, últimos”.
 
Contemplar…, y Vivir…
 
Muy interesante la parábola, clara y muy sorpresiva y casi cuestionable en su solución. Hay tres elementos en ella dignos de la contemplación que ahora comenzamos, y en los que fijamos nuestra atención contemplativa, “intentando sacar algún provecho” de la Palabra de Dios, para nuestro bien. Los tres elementos: la viña, el propietario y los jornaleros.
>La viña.  Es el pueblo de Dios, la Iglesia en concreto hoy. Y lo dijo Jesús en el Evangelio de san Juan: en esa viña, “yo soy la vid y vosotros los sarmientos”. La viña del Señor es algo muy valioso, como lo es la vid y también nosotros los sarmientos; como valioso, su fruto, si estamos injertados a la vid: frutos de santidad y de gracia, de verdad y de vida, de justicia de amor y de paz, para que el mundo crea y se salve. Está claro, por esto y para esto, la viña, la vid, los sarmientos. Estamos envueltos en el proyecto amoroso y salvador del Padre en Jesucristo. ¿Tengo conciencia clara de esto? Mira que es importante, muy importante… ¿Estoy bien injertado en Cristo, unido, entroncado a Él, o más o menos soy sarmiento seco? ¡Dios no lo quiera! Los sarmientos secos solo sirven para el fuego.
>El propietario. ¿Quién va a ser sino Dios? Además, se ve claro en la expresión: yo soy bueno. ¿Quién es bueno sino Dios?, dijo Jesús en otra ocasión. Él, Dios mismo, es quien busca a cada uno a la hora que quiere para trabajar en su viña. Él quien toma la iniciativa y sale. En su viña, en su Iglesia, en su proyecto amoroso él es quien sale y busca a los obreros, quien los envía a trabajar, quiere que nadie esté ocioso, que trabaje lo que pueda para ganarse la vida y para que la viña dé fruto para todos. El quién concreta el jornal de cada uno. En definitiva: quiere que todo el mundo forme parte de su pueblo, la Iglesia, y que ahí trabajemos. Ese deseo de Dios se sigue concretando hoy en nosotros. ¿Me siento yo llamado a ser parte viva y activa de la viña del Señor? No estoy al margen del proyecto de Dios. Todos los días y a todas horas estoy siendo visitado por el Señor con un mandato personal para mí. No me quiere ocioso, y me ha dado dones para trabajar en su viña, en su proyecto salvador. ¿Caigo en la cuenta? Piénsalo… Tengo un puesto, un trabajo, un jornal concreto y muy saludable en la comunidad eclesial. ¿Qué y cómo lo estoy haciendo?...
>Los jornaleros. Yo mismo. ¿Me siento así o cómo me siento? Todos los cristianos bautizados estamos llamados a extender el Reino de Dios en este mundo. ¿Soy realmente consciente de ello? Es una gracia del Señor formar parte de este pueblo y poder trabajar en esta viña. ¿Lo percibo así? No lo olvides: al final todos recibiremos el jornal completo, porque todos seremos recompensados por igual en la vida eterna, con la vida eterna. Hoy, como mañana, y en la eternidad, nuestra recompensa es Él mismo, su Presencia amorosa constante. ¡Es lo más grande y valioso! ¿No te llena de gozo…, y de fortaleza…, y de entusiasmo apostólico por la extensión del Reino de Dios? ¡Si es lo mejor que nos ha podido ocurrir a los humanos! ¿Todavía no lo crees ni lo sientes así? Pídelo al Señor… La parábola, además, nos enseña a no tener envidia de quien hace más, o menos. No importa tanto la hora ni el trabajo, importa el amor con que respondo y hago lo que Dios quiere. Todo se juega ahí. La vocación cristiana también. ¿Cómo lo estoy viendo yo?
>Así, los últimos serán primeros y lo primeros, últimos. Con esta sentencia, Jesús concluye la parábola evangélica. ¿Por qué será? Para el Señor, en la Iglesia todos somos iguales por el bautismo. Para seguir a Jesús no hay escalafones, ni privilegios, ni enchufes: ser primero o último, llegar pronto o tarde, nadie es inferior o superior al otro, sino que hay unidad de corazones llenos de amor.
 
Para terminar: Da gracias a Dios y despídete de Él. Eso sí, recogiendo aquello que puede haberte sido más fácil o difícil, lo que te ha aportado más luz u oscuridad, más consuelo y paz. Sobre eso tendrás que volver durante la semana para irlo madurando y clarificando, y hasta viviéndolo como parte de tu experiencia cristiana. Despacio y de corazón, reza un Padrenuestro…
 
 
 
 
Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda