El País y las clarisas de Lerma
por Paco Sanz
He pasado 4 días fuera de casa y dudaba entre escribir sobre el artículo de opinión de “la prima donna” Hans Küng, que decía en tv acerca de Juan Pablo II , yo no lo recuerdo en el concilio (vaticano II) pero seguro que él quedó impresionado por aquel joven rubio con melena al viento que era yo…, Para morirse. O del artículo acompañado de foto de terror “La cruzada del vicepresidente” con crucifijo incluido de Juan Cotino. Pero el Domingo nos esperaba con una catarata de bilis, mala baba y “periodismo científico”.
El milagro de sor Verónica. ¡Qué basura de artículo! ¿Cómo se puede escribir un artículo en el periódico de más tirada en España con tantas..” Un religioso que conoce la comunidad la define como..”” Otro viejo sacerdote burgalés…””Un sacerdote del entorno de la abadesa explica..” todos los que critican a la madre Verónica no dan su nombre como si la maestra de novicias fuera Vito Corleone, y así todo un larguísimo artículo donde mienten, inventan y fabulan sin recato. Pero sobre todo lo que me ha llamado la atención es que hasta los propios internautas del engendro periodístico protestan y se sublevan contra el artículo perpetrado por este Jesús Rodríguez. Hasta a los propios lectores de El País les huele mal el articulito. ¡Qué ridículo resulta el supuesto soborno con pasteles al cardenal Franc Rodé, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada “Ellas le brindaron su repertorio; le regalaron discos y pasteles. Y se lo metieron en el bolsillo. Mientras se alejaba de Lerma degustando las trufas de chocolate de las clarisas,” sólo le falta la risita en “off” Je, je, je.
Conozco bien esta comunidad, donde tengo gente muy querida, desde hace muchos años y jamás nos ha recibido, ni individualmente ni en grupo, la madre Verónica como ponen estos memos como si fuera Rafaella Carrá en un show.
Hay en Lerma monjas que evangelizan desde la clausura, que viven de la caridad, que comen de lo que les dan y de su trabajo, pobres como ratas que han dormido en pasillos en el suelo, que dan un testimonio de Fe inmenso y que levantan ampollas con mucho pus en este periódico que echa espuma azufrosa por la boca.
Mientras la alegría de las clarisas ilumina el mundo, este periódico sufre y ladra.