Papa Francisco: Cuidad a los Ancianos

28 marzo 2015 00:00

No siempre los asuntos que nos presentan los medios de comunicación social sobre el papa Francisco son los más importantes.
   El cinco de marzo recibió a los integrantes de la Academia Pontificia para la Vida que celebraba su reunión plenaria. El tema escogido era: <>.
   Todos conocemos el interés del Papa por los ancianos. Su valor en la sociedad como trasmisores de sabiduría y enlace de generaciones. Personas valiosas. En el inicio de su discurso lo pone de manifiesto. “Los cuidados paliativos son expresión de la actitud propiamente humana de cuidar unos a otros, especialmente al que sufre. Testimonian que la persona humana es siempre valiosa, aunque esté marcad por la ancianidad y la enfermedad. En efecto, la persona, en cualquier circunstancia, es un bien para sí misma y para los demás, y es amada por Dios. Poe eso, cuando su vida se vuelve muy frágil y se acerca la conclusión de su existencia terrena, sentimos la responsabilidad de asistirla y acompañarla del mejor modo”.
   Dedica después el Papa unas palabras al cuarto mandamiento. A él asocia Dios una doble bendición: <> y <>. También una severa advertencia: <>.
   En sentido amplio el cuidado de los ancianos brota del cuarto mandamiento. Y los mandamientos son palabras de vida, no vínculos que aprisionan. Por eso, la palabra <> puede traducirse por cuidar con el máximo respeto a quienes corren el peligro de morir por ser abandonados. La eficiencia no puede ser el único criterio que oriente a los médicos. Ni el beneficio económico la regla del Estado.
   Los cuidados paliativos han sido hasta ahora para los enfermos de cáncer. Son aplicables a otras situaciones relacionadas con la ancianidad. “Ante todo, los ancianos tienen necesidad del cuidado de sus familiares cuyo afecto ni siquiera las estructuras públicas más eficientes o los agentes sanitarios más competentes y caritativos pueden sustituir. Cuando no son autosuficientes… los ancianos pueden disponer de una asistencia verdaderamente humana y recibir respuestas adecuadas a sus exigencias gracias a los cuidados paliativos ofrecidos como integración y apoyo a la atención prestada por sus familiares… El abandono es la <> más grave del anciano, y también la injusticia más grande que puede sufrir: quienes nos han ayudado a crecer no deben ser abandonados cuando tienen necesidad de nuestra ayuda, nuestro amor y nuestra ternura”.
    En nuestra sociedad esta situación se verá agravada por la vejez de sus habitantes. Por eso el Papa les recuerda a los sanitarios: “Animo a los profesionales y a los estudiantes a especializarse en este tipo de asistencia, que no tiene menos valor por el hecho de que <>. Los cuidados paliativos realizan algo igualmente importante:<>… Recordando que el conocimiento médico es verdaderamente ciencia, en su significado más noble, solo si se considera un auxilio con vistas al bien del hombre, un bien que jamás se alcanza <> su vida y su dignidad”.
   Al finalizar recuerda el Papa unas palabras de Juan Pablo II en Evangelium Vitae nº 5: ¡Respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana! ¡ Solo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad!