Carta del Beato Juan María de la Cruz

24 abril 2013 00:00

Ayer, día de San Jorge, un muy amigo sacerdote me recordaba que en el libro de Monseñor Eliseo García Rubio, “Las ventanas del alma. 100 cartas de santos y beatos”, la carta número 84 pertenece al mártir del que hemos hablado en las dos últimas entradas.

El libro está publicado por el Apostolado San José de Ávila, asociación cultural católica, sin ánimo de lucro, y benéfica, que intenta hacer el bien facilitando una serie de libros de lectura espiritual, para poder extender la cultura religiosa. Comprobando que muchas de las publicaciones religiosas son caras, en la medida de lo posible, se procura la venta de estos libros a precios más baratos. Pero, y este es el segundo fin, se busca poder enviar gratuitamente libros y folletos a los países del Tercer Mundo, a los más pobres, que pocas veces está a su alcance.

Esta Asociación quiere dar otro fin a su proyecto: los beneficios de la venta, junto con la recaudación periódica de fondos a través de las cuotas de los socios colaboradores, y otros posibles donativos, se destinarán a proyectos de cooperación y ayuda con los países más subdesarrollados. Esta es su web: http://www.apostoladosanjose.es/

¡No dejéis de visitarla!, por la riqueza de sus textos y por la gran cantidad de material espiritual que allí podéis encontrar. Es un auténtico oasis de verdaderas lecturas católicas, tan necesarias para nuestros días.

También aparecen los títulos de las publicaciones que queráis adquirir.

Las ventanas del alma

Así comienza García Rubio el porqué de su libro:

“Si nosotros siempre viviéramos al lado de los que queremos, no necesitaríamos comunicarnos con ellos por escrito, pero quizá, aun así, lo necesitaríamos, porque con frecuencia, las cosas más íntimas y más profundas del alma, las explicamos mejor cuando mojamos la pluma en el corazón, a solas con Dios, con nosotros mismos y con el recuerdo de los que queremos a quien nos vamos a dirigir en lo que escribimos…

Este género de escritos que se llama epistolar, tiene un encanto especial, cuanto más las cartas que vamos a leer que son de santos y beatos, porque las cartas hablan de lo que hay en el interior, de la intimidad del que las escribe: sus alegrías, sus angustias, sus amores y sus temores, sus luchas, y sus victorias. En las cartas se trasparenta el alma, los resortes más íntimos de la persona. Lo que muchas veces no se atrevería a decir a nadie personalmente, sí que se atreve a escribírselo. Por esto, son: las ventanas del alma.

Agenda personal del Beato, entre sus restos

La nº 84 la del Beato Juan María de la Cruz

Como ya recordábamos en el primer artículo Juan María nació, el 25 de septiembre de 1891, en San Esteban de los Patos, que en aquel momento era anejo de Mingorría (Ávila). Su familia abulense cedió la carta para el mencionado libro que salió a la luz el pasado año. La carta está escrita desde la Cárcel Modelo de Valencia al alcalde de Garaballa (Cuenca). En ella el Beato expresa estar resignado a lo que la Divina Providencia disponga de él.

Valencia -9 agosto- 1936

Muy respetable y distinguido señor alcalde de Garaballa:

Mucho agradeceré a V. tenga la amabilidad de comunicar a D. Lorenzo Cauto (por si acaso no hubiera recibido mi tarjetita que le escribí hace unos tres días) que desde el día mismo en que llegué a Valencia me hallo detenido en la Cárcel Modelo de esta ciudad con otros muchos sacerdotes, religiosos y seglares. Pero gracias a Dios estoy tranquilo y resignado a lo que la Divina Providencia disponga de mí. Ocupo la celda 476, cuarta galería.

No he escrito a Puente porque creo estarán cortadas las comunicaciones: Si D. Lorenzo pudiere comunicarlo, le agradeceré que lo haga.

A mi familia no les digan nada de esto, sino que gracias a Dios estoy bien.

Un millón de gracias anticipadas. Un saludo cariñoso a su familia, al señor secretario y a las demás familias conocidas de ese pueblo, en particular a los de nuestro barrió. Pidan por mí a la Santísima Virgen de Tejeda.

¿Por ahí no ha pasado nada?

Queda de Vª afmo. En J. C.

Juan Mariano García.

Un abrazo fraterno a Herminio y Emiliano, si están ahí todavía.

Mucho le agradecería a mi estimado D. Lorenzo que me enviase por correo un folleto reseña histórica de Ntra. Sra. de Tejeda. Por lo demás, que estén tranquilos, pues según dicen, tal vez este lugar es ahora el más seguro de Valencia.

Dios proveerá. En Él confió.