El clan de los morines
por Palabras a lazo
No se lo creen ni ellos mismos, ni sus abogados. La absolución ideológica de la Audiencia de Barcelona no era esperable, al menos para la mayoría de los encausados en el "caso Morín". Sin embargo ha sucedido.
Se trata, digo, de una absolución ideológica, pues el juez, a pesar de reconocer irregularidades de diferente tipo, sostiene que los abortos fueron consentidos y que eso es suficiente para que el clan de los morines se vaya de rositas.
Ni el vídeo en el que reconoce cómo inyectar un veneno en el corazón de un niño cuyo embarazo está cercano al término; ni la falsificación de al menos 83 firmas de los informes clínicos; ni la presencia de restos humanos en las tuberías de sus trituradoras.
Dejando a un lado las consideraciones expuestas con anterioridad que llevan a la perplejidad ciudadana, cabe hacer una enmienda a la totalidad al argumento de la Audiencia sobre el consentimiento.
Los requisitos para que un consentimiento sea válido son:
- Que el paciente comprenda en su totalidad el alcance de la decisión que toma.
- Que exista una información previa completa, continuada, verbal y escrita.
- Que esta información incluya desde el diagnóstico, hasta el pronóstico y las consecuencias.
Es obvio que el caln de los morines nunca informó tal y como exige la ley pues. Si, como dice la Audiencia de BArcelona, cometió numerosas irregularidades, ¿por qué habría de tomarse un especial interés en ser pulcro en esta cuestión?
En especial, intuyo, el clan no informaría de las siguientes consecuencias de un aborto:
- Gran sentimiento de culpa y remordimiento. Arrepentimiento. Incapacidad para auto perdonarse.
- Angustia y sensación de vacío. Soledad.
- Profundo disgusto, amargura, desasosiego, tristeza, crisis de llanto. Ataques de pánico y ansiedad.
- Sueños y pesadillas recurrentes en relación con el aborto.
- Depresiones profundas y hasta suicidios.
- Rebeldía, rabia, cólera, desesperación.
- Empeoramiento de estos síntomas en los aniversarios.
- Inestabilidad emocional, hostilidad hacia si misma y hacia los demás. Baja autoestima, odio a sí misma, pérdida de dignidad.
- Malestar en presencia de niños y mujeres embarazadas. Obsesión por el niño que podía haber tenido. Miedo ambivalente frente a un nuevo embarazo.
- Problemas de relación interpersonal. Se daña la relación de pareja. Problemas sexuales, promiscuidad, esterilidad etc.
- Tendencia a reincidir en abortos.
- Abuso de drogas y/o alcohol.
- Trastornos de la conducta alimentaria.
- Persistencia de restos de placenta o del embrión en el útero que puede dar origen a hemorragias o infecciones graves.
- Perforación uterina, con riesgo de hemorragia o infección grave. Otras lesiones uterinas que pueden provocar histerectomía (necesidad de extirpar el útero con la consiguiente imposibilidad para volver a tener hijos). Síndrome de Asherman (adherencias uterinas, dificulta conseguir siguientes embarazos).
- Efectos secundarios relacionados con la anestesia como dolores de cabeza, de estómago, náuseas, vómitos, etc…
- Efectos secundarios propios de una intervención quirúrgica ginecológica: infección del útero (endometritis), infección de orina, enfermedad inflamatoria pélvica (crea adherencias que impiden conseguir nuevos embarazos), fiebre, hemorragia, dolor abdominal, lesiones en cuello del útero, lesiones en vagina, dolor en genitales, etc.
- Alteraciones endocrinas en relación con la interrupción brusca de la gestación, como amenorrea (falta de menstruación), hipermenorrea (menstruación abundante), alteraciones de hormonas como la prolactina, etc.
- Según algunos estudios existe una relación entre cáncer de mama y aborto inducido, aunque no hay una evidencia científica demostrada.
- Aumenta el riesgo de aborto espontáneo y parto prematuro en gestaciones posteriores.
- Esterilidad secundaria, como ya hemos mencionado, debido a: enfermedad inflamatoria pélvica, lesiones uterinas, histerectomía.
- Mayor tasa de mortalidad y complicaciones entre las mujeres sobre todo si se realiza el aborto después de 13 semanas de embarazo.
Y ahora ¿qué? La pelota está sobre el tejado, por un lado, del Tribunal Supremo y por otro, del Gobierno y su tan cacareada nueva ley de aborto.
Mientras tanto seguiremos pidiendo, como siempre, Aborto Cero.