Felices, es decir, santos

En la noche en la que vamos a celebrar la Navidad, ¡qué mejor anuncio que decir que “Dios nos quiere felices”, que es lo mismo que “Dios nos quiere santos”! El descubrimiento que Jesucristo nos hace es que felicidad y santidad son una misma cosa, y es un pecado no ser feliz, es decir ser fieles, santos, nos dice el obispo Munilla en su libro, que lleva en la imagen de portada un faro en medio de un cielo estrellado. No de una noche cerrada, sino como si estuviera despuntando el sol, y es que la luz y la alegría que nos comunica el Señor hemos de llevarla a los demás.

El obispo Munilla es noticia por un libro publicado en Ediciones Palabra, “Dios te quiere feliz”, (que dedica a su familia), presentado el 19 de noviembre en la parroquia de San Isidoro y San Pedro Claver de Madrid, que ya va por su segunda edición.

Está dividido en quince capítulos o “perlas” a cuál más interesante, tratando distintos temas de fe, moral y espiritualidad de forma amena y muy didáctica, cuya fuente última es el Señor: 1) Sanar las heridas afectivas, 2) Educar los deseos, 3) Superar la mediocridad, 4) El amor humano y la familia, 5) La familia, reflejo de la santidad de Dios, 6) Educar desde el corazón de Cristo, 7) La aportación de la familia a la sociedad, 8) Disfrutar de nuestra fe, 9) El secreto de la misericordia, 10) Falsas espiritualidades, 11) Enamorados de Cristo, 12) Discernimiento de la vocación, 13) Guiados por el Espíritu Santo, 14) Asistidos por la Virgen María, y 15) Peregrinos en lugar de turistas. Cierra el libro con una conclusión: “Vivir en presencia de Dios, en permanente estado de conversión”.

Copio a continuación el comentario que hace él mismo en la contraportada:

“Dios te quiere más y mejor de lo que tú te quieres a ti mismo. Su voluntad hacia ti coincide con tu felicidad. El gran engaño consiste en buscar la felicidad al margen de la voluntad de Dios, quien tiene un plan personal de amor para ti que estás llamado a descubrir. Para ello, la clave fundamental está en vivir en la presencia de Dios, permaneciendo abierto a su voluntad, sin ningún tipo de miedo, al modo en que la aguja de una brújula nos orienta para descubrir el camino correcto.

Tú mira hacia adelante, mira hacia Jesús, y deja que Él ilumine tu camino. Lo importante no es lo que tú has soñado, sino lo que Dios ha soñado para ti. El sueño de Dios es que tú seas santo y Él tiene un camino para que ese sueño se haga realidad. Ya lo descubrirás. Tú estate atento y confía, sabiendo que Dios te quiere... que Dios te quiere feliz... que Dios te quiere santo...

Te invito a adentrarte en estas páginas, pero sobre todo, te invito a profundizar en esta gran verdad, llena de bondad y belleza.”

Este obispo, nacido en San Sebastián en 1961, es de los que más sigo y admiro en la Red desde hace tiempo. Es especialmente conocido por su participación en Radio María, donde explicó el Catecismo de la Iglesia Católica durante varios años. Actualmente realiza en la misma radio el programa Sexto Continente. Ha publicado diversos libros y cartas pastorales. Todos estos recursos están recogidos en una web que lleva el nombre de su lema episcopal, estrechamente ligado a la espiritualidad del Corazón de Jesús: www.enticonfio.org, presentado en junio de 2017. Ese sitio hace de “portal” de una extensa labor de evangelización y presencia en redes sociales: canal en ivoox, canal en YouTube, cuenta en Twitter (38,7 mil seguidores), página en Facebook (de más de 50.000 seguidores), cuenta en Instagram (10,4 mil seguidores), espacio en Flickr… Además del programa “Sexto Continente en Radio María, son de destacar sus “reflexiones” mensuales en Teledonosti, con Juan Mari Mañero, donde resume tres o cuatro actividades en redes sociales, su programa “A la luz de la fe” en EWTN, y algunas intervenciones en congresos de evangelización digital como el de iMision (de 2014 y 2017, por ejemplo).

Por todo eso he tenido muchas veces el deseo de preguntarle acerca de varios temas como la educación, la juventud, la reconciliación, la necesidad de una formación moral adecuada y de líderes sociales… porque he visto cómo pretenden acusarle o acallarle en medios laicistas y anticlericales, o tergiversando a menudo sus declaraciones con cierta frecuencia, o acosándole feministas radicales… pero con su carisma mediático tan libre como firme, sacrificado y feliz, caritativo y valiente, responsable y jovial, evangélico y contemporáneo, paciente y ágil, riguroso y sencillo, alegre y profundo, auténtico y comprensivo, cariñoso y prudente, misericordioso y justo… con la ayuda del Señor, ha sabido afrontar muy bien todas las malas interpretaciones, críticas y comentarios negativos recibidos.

Y, por más que he intentado en distintas ocasiones entrevistarle por correo electrónico, para mi espacio en es.catholic.net, hasta ahora no me ha sido posible. Eso sí, recibí hace unos meses sus disculpas amables, diciéndome que si él hubiera accedido a ello se le podrían “enfadar unos cuántos medios a los que les he dado calabazas”, y que le costaba declinar mi propuesta, porque, me comentó: “veo que nace de un celo apostólico inequívoco, pero tengo que aceptar mis límites, que son muy evidentes”. Al final de su mensaje se encomendaba a mis oraciones y me enviaba su bendición.

Siendo consciente de esa bendición, no quiero quedármela para mí solo, sino compartirla con mis lectores de ReL, así como esa comunión de oraciones, deseo de felicidad y santidad en esta noche de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.