Ovejas que defienden al pastor
por Palabras a lazo
Han sido muchas las voces que han reclamado, en ocasiones muy determinadas, un pronunciamiento inequívoco de los obispos. Casi siempre se han reclamado como reacción a algún movimiento antirreligioso, un pronunciamiento público ofensivo o una actuación desde el poder evidentemente cristofóbica.
El griterío se hace intenso, muchas veces demasiado. Recuerda en parte al revuelo formado a las puertas del Pretorio. Pero ya es sintomático que la misma fuerza que se emplea para reclamar no se utilice para respaldar a los prelados, cuando lo necesitan.
En los últimos días, hemos podido comprobar cómo la polémica desatada por las palabras del obispo de Alcalá de Henares durante el oficio del Viernes Santo han sido manipuladas, reinterpretadas y arrojadas como misiles contra el mitrado complutense.
Desgraciadamente, tan sólo unos pocos han reaccionado públicamente en defensa de monseñor Juan Antonio Reig. Al menos eso es lo que hemos podido saber por los medios.
Apenas dos o tres instituciones laicas han tratado de defender y apoyar a monseñor Reig. ¿Dónde están las voces que reclaman, pero no están dispuestas a dar? ¿Dónde las ovejas que defiendan al pastor que las custodia y guía? ¿Dónde -y esto es mucho más llamativo- muchos otros obispos?
Ni no estamos dispuestos a solidarizarnos con el martirio contemporáneo de las insidias y las mentiras, no se lo exijamos a otros.
El griterío se hace intenso, muchas veces demasiado. Recuerda en parte al revuelo formado a las puertas del Pretorio. Pero ya es sintomático que la misma fuerza que se emplea para reclamar no se utilice para respaldar a los prelados, cuando lo necesitan.
En los últimos días, hemos podido comprobar cómo la polémica desatada por las palabras del obispo de Alcalá de Henares durante el oficio del Viernes Santo han sido manipuladas, reinterpretadas y arrojadas como misiles contra el mitrado complutense.
Desgraciadamente, tan sólo unos pocos han reaccionado públicamente en defensa de monseñor Juan Antonio Reig. Al menos eso es lo que hemos podido saber por los medios.
Apenas dos o tres instituciones laicas han tratado de defender y apoyar a monseñor Reig. ¿Dónde están las voces que reclaman, pero no están dispuestas a dar? ¿Dónde las ovejas que defiendan al pastor que las custodia y guía? ¿Dónde -y esto es mucho más llamativo- muchos otros obispos?
Ni no estamos dispuestos a solidarizarnos con el martirio contemporáneo de las insidias y las mentiras, no se lo exijamos a otros.
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