Comulgar de rodillas
La Eucarístía, puede acoger en sí multitud de maneras y matices, debido a la universalidad del mensaje cristiano, siempre dentro de la ortodoxia. A Dios gracias, tan válida puede ser una misa cantada en gregoriano, como la celebrada por el rito mozárabe, la que es acompañada por cantos y músicas de diversa factura o la que se enriquece con elementos culturales diversos que ayudan a comprender su grandeza y profundidad.
Pero a la hora de recibir la Comunión, hay un gesto que unifica y hace más especial la toma de conciencia de lo que ese momento supone en la historia de salvación del fiel.
La postura de rodillas, lejos de ser, como algunos argumentan, un desdoro para el fiel, es la más bella, a mi juicio, para recibir la Eucaristía. (Inciso. Comulgar de pie es una forma válida y correcta, de la que nadie tiene por qué renegar). Y de rodillas se comulgó prácticamente desde el siglo IX al XX, de forma ininterrumpida.
De rodillas es mejor, aunque es cierto que no es obligatorio. Así lo establece la instrucción Redemptionis sacramentum: «Los fieles comulgan de rodillas o de pie, según lo establezca la Conferencia de Obispos, con la confirmación de la Sede Apostólica. Cuando comulgan de pie, se recomienda hacer, antes de recibir el Sacramento, la debida reverencia, que deben establecer las mismas normas».
Pues bien, hay quien, dado que la decisión sobre la comunión de pie o de rodillas pertenece a la Conferencia de Obispos, ha iniciado una campaña para que sean los fieles quienes soliciten la colocación de reclinatorios para poder comulgar de rodillas a los prelados.
En la web que han habilitado, se puede descargar un impreso en el que recoger firmas para pedir al párroco que permita la colocación de propiciatorios adecuados.
La inicitiva, que ha tenido una más que agradable acogida en redes sociales como Twitter, pretende además servir de base de datos a aquellos fieles que prefieren la comunión de rodillas, de tal manera que se puedan localizar las parroquias que permiten o cultivan esta práctica.
Dios quiera que nuestros obispos y párrocos atiendan a los fieles laicos que reclaman su derecho a comulgar de rodillas, para una mejor adoración y vivencia eucarística.