«Fiducia supplicans»: un caso concreto
Apenas se publicó la declaración Fiducia supplicans, muchas voces se alzaron para advertir sobre sus errores y sobre la posibilidad de eventuales malas interpretaciones, del posible mal uso y de los excesos y confusiones a los que dicha declaración podría conducir. En estos días, en la diócesis de Maldonado (Uruguay) estamos asistiendo a una aplicación de Fiducia supplicans que genera confusión.
El 20 de diciembre de 2023, el diario El Observador publicó una nota titulada “El Vaticano aprobará el casamiento de Carlos Perciavalle y Jimmy Castilhos”. Perciavalle es un famoso actor uruguayo de 82 años de edad, conocido como El Rey del Café Concert, que desarrolló su carrera artística en Argentina. Jimmy Castilhos, por su parte, es un actor, conductor y productor argentino de 47 años de edad. El artículo arranca indicando que “tras las recientes declaraciones del Papa Francisco sobre la posibilidad de bendición católica a parejas gay, el Vaticano autorizó por primera vez desde este lunes la bendición de parejas del mismo sexo”.
En principio, la celebración del “casamiento” se pensaba hacer en una capilla rural (San Benito), construida y sostenida por un particular, y bendecida hace unos diez años por monseñor Rodolfo Wirz, el obispo que precedió a monseñor Milton Tróccoli en el gobierno de dicha diócesis. En la nota citada, el propietario de la capilla declaró que “vamos a hacer todo lo posible para que sea el gran casamiento y el acontecimiento del 2024”.
El 24 de diciembre, el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, en una entrevista que concedió al diario El País de Uruguay, dijo que "este documento que ha salido crea confusión, porque dice que se puede bendecir, pero no a través de un rito. (...) Es un no pero sí, y un sí pero no. El mismo documento dice que no cambia la doctrina de la Iglesia. (...) Entiendo que hay que seguir con la práctica que la Iglesia ha tenido hasta ahora, que es la de bendecir a todas las personas que piden una bendición, pero no bendecir a las parejas del mismo sexo".
El 13 de enero de 2024, el obispo de Maldonado, Punta del Este, Minas y Rocha, emitió un comunicado que decía: “La diócesis no posee ninguna parroquia o capilla con el nombre de San Benito y, por lo tanto, tampoco existe ningún sacerdote responsable de dicho lugar que oficie celebraciones litúrgicas allí”. Sin embargo, en ese momento aún se podía encontrar la Capilla San Benito, con su dirección, en el listado de parroquias y capillas que figura en la web de la diócesis de Maldonado. Al poco tiempo, la referencia a dicha capilla fue retirada.
El comunicado aclaraba a continuación que, “como nos ha recordado el reciente documento del Vaticano Fiducia supplicans, 'el sacramento del matrimonio en la Iglesia católica es la unión exclusiva entre un varón y una mujer'; en consecuencia, cuando no se celebra el sacramento del matrimonio, no se debe realizar ningún tipo de rito litúrgico que se confunda con dicha celebración (Cfr. Fiducia supplicans, presentación y n. 4)”.
El 19 de enero, el diario El País publicó una nota titulada “Responsable de la capilla donde será bendecida unión de Perciavalle y Castilhos aclara cómo será la ceremonia”. Y comenta que ambos integrantes de la pareja “están dedicados a los preparativos de su casamiento que se desarrollará los días 19 y 20 de febrero, con ceremonia civil y religiosa en la capilla San Benito, en las cercanías de Pueblo Garzón”. E informaba a continuación del comunicado del obispo diocesano.
El mismo 19 de enero, comenzó a circular en las redes una campaña en las redes titulada “No a la manipulación del matrimonio sacramental”, pues, según la prensa, esta pareja manifestaba su deseo de casarse por lo religioso en una capilla concreta de la diócesis de Maldonado. Además, citando la declaración Fiducia supplicans, la campaña recordaba que “para evitar cualquier forma de confusión o de escándalo, cuando la oración de bendición la solicite una pareja en situación irregular, aunque se confiera al margen de los ritos previstos por los ritos litúrgicos, esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio. Esto mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo”.
El 4 de febrero de 2024, el diario El País de Uruguay publicó una noticia titulada: “Humo blanco para la bendición de Perciavalle y Castilhos: dónde se hará y cuáles son las condiciones... Después de varias idas y vueltas –dice la nota- (…) y una próspera reunión entre las partes, la Iglesia católica aprobó la bendición... Monseñor Milton Tróccoli, obispo de la diócesis de Maldonado, comunicó la buena nueva a los novios en la tarde del miércoles 31 de enero. La pareja celebra este gran paso que permitirá a Uruguay hacer historia al convertirse en el primer país donde se bendecirá a una pareja del mismo sexo, luego de que el Vaticano lo autorizara el pasado 18 de diciembre de 2023”. Esto último es falso: probablemente el primero en bendecir a una pareja del mismo sexo fue el padre James Martin, al día siguiente de la publicación de Fiducia supplicans.
En la nota se aclara que la bendición no podrá realizarse en la capilla San Benito de Garzón, sino que será en la chacra El Paraíso, en Laguna del Sauce, el 21 de febrero a las 18:00 horas en un evento privado, sin concurrencia de público, a cargo del padre Francisco Goralina.
“Luego de este acto, dará comienzo en la chacra la mega fiesta para 500 invitados, que tiene a seis wedding planners detrás de la organización, e incluye a 13 damas y 13 caballeros de honor”. Es decir se bendice a la pareja en privado, se abren las puertas y comienza la megafiesta.
Según la nota, Castilhos manifestó haberse sentido muy dolido por “una petición que circuló en redes sociales para impedir la bendición de nuestro casamiento”.
“La pareja –informa El País- recibió en su casa de Laguna del Sauce a monseñor Milton Tróccoli, y su asistente, el padre Francisco Goralina, con el objetivo de aclarar malos entendidos y llegar a un acuerdo”. “Tuvimos una charla magnífica –dice Castilhos-, de tolerancia y pedido mutuo de disculpas por las malas interpretaciones que se debieron al uso que hicieron los medios de terminología que no era la correcta”.
A continuación se informa de que “Tróccoli elevó el procedimiento al Vaticano y finalmente salió favorable a la pareja”.
El mismo 4 de febrero, El Observador publicó una entrevista a Perciavalle en la que el actor dice: “El 19 de febrero, será el civil a las 14:00 (…). El 20 tendremos nuestra celebración religiosa en la capilla San Benito de Garzón, será muy íntimo. Y el 21 de febrero en casa, también tendremos una palabra del cura para los íntimos”.
Hasta aquí los hechos ocurridos hasta el 6 de febrero de 2024. Los cuestionamientos que surgen son varios.
En primer lugar, hay dos versiones de cómo se sucederán los eventos relacionados con el “casamiento”, lo cual, obviamente confunde.
En segundo lugar, surgen varias preguntas. Suponiendo que la bendición sea en privado, sin público y sin liturgia, si a ello se sigue una “megafiesta” en la misma chacra, ¿no aumenta esto la confusión?
En tercer lugar, ¿se estarían aplicando los criterios de Fiducia supplicans? No parece, pues la bendición no queda suficientemente separada de los festejos y del pasaje por el Registro Civil.
En cuarto lugar, ¿a quién se podría acudir para advertir sobre estas múltiples confusiones cuando, al parecer, el Vaticano ya aprobó el “procedimiento”?
En quinto lugar, hace poco el Papa Francisco dijo que “cuando una pareja se acerca espontáneamente para pedirlas, no se bendice a la unión, sino simplemente a las personas que juntas las han pedido”. ¿Dónde está la espontaneidad en un “casamiento” organizado en toda regla por seis wedding planners?
Por último, ¿hasta qué punto Fiducia supplicans no está operando como una ventana de Overton? Porque, si bien la declaración establece ciertas condiciones para el otorgamiento de las bendiciones, ante una consulta concreta la Santa Sede parece haber abierto una puerta más al autorizar una bendición estrechamente vinculada al resto de los eventos relacionados con el “casamiento” de estas personas. Esto contradice claramente la declaración. Algo así como "te doy la mano, pero si quieres, puedes colgarte del brazo, que ancha es Castilla"...
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