El cardenal Fernández defiende el «impacto» que ha tenido «Fiducia» y habla de la homosexualidad
El Vaticano dio a conocer este lunes la declaración sobre la dignidad humana Dignitas infinita. El documento está firmado por el prefecto de la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, quien lo presentó en una multitudinaria rueda de prensa, siendo ésta su primera comparecencia de este tipo desde que asumiera el cargo.
Comparándola con Fiducia Supplicans, que dijo haber superado las 7.000 millones de vistas en Internet y cosechar el consenso de más del 75% de los menores de 35 años en Italia, el cardenal comenzó diciendo: "Quisiéramos que el documento que presentamos hoy pudiera tener este nivel de impacto porque creemos que el mundo necesita redescubrir las implicancias de la dignidad de cada una de las personas para no perder el camino".
El Papa "ha querido ampliar la comprensión de las bendiciones fuera del contexto litúrgico para desarrollar su riqueza pastoral" y "tiene derecho a hacerlo", subrayó Fernández.
Aborto y violencia contra las mujeres
Sobre su aparición ante los medios, reconoció que "la realidad es que hasta ayer no pensaba decir nada... pero en estos días desde el Vaticano y desde fuera me han dicho: no podemos hacer como si no pasara nada, como si huyéramos de la realidad con todo el lío que ha habido. Por eso he ampliado mi discurso".
Ya sobre la nueva declaración, el cardenal destacó algunos objetivos. "Es un tema que permite un diálogo fructuoso con la sociedad a 75 años de la Declaración Universal de los derechos del Hombre, a la que Juan Pablo II había calificado como una piedra central en el camino de la humanidad, una de las altas expresiones de la conciencia humana", recordó.
"Tengo la misma dignidad si nací en Israel o si nací en Gaza. ¿Si un niño nació de este lado de la frontera y otro del otro lado, uno tiene menos dignidad y menos derechos humanos? Frente a la verdad de la dignidad de la persona humana, caen todas las máscaras del presunto desarrollo actual", afirmó el cardenal.
Fernández también admitió que, en la última parte del nuevo documento, cuando se enumeran algunas violaciones graves de la dignidad humana, "algunos pueden encontrar consenso mayor, otros no, pero los consideramos todos importantes porque se iluminan mutuamente".
Y, subrayó, por ejemplo, que "antes que del aborto el documento habla de las violencias contra las mujeres" y que si bien le dice "no" a la ideología de género y al cambio de sexo, antes que nada reitera que "toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar todo signo de discriminación injusta, y particularmente cualquier forma de agresión y violencia".
Despenalizar la homosexualidad
Además, el cardenal recordó que la Iglesia apoya la despenalización de la homosexualidad. "Si bien la idea del matrimonio gay o la eliminación de las diferencias entre hombre y mujer no es aceptable, es contrario a la dignidad humana que una persona sea aprisionada o torturada por ser gay, cosa que pasa legalmente en muchos países del mundo. Se habla poco de este ataque a estos derechos humanos, también el periodismo habla poco y es doloroso que algunos católicos defiendan estas leyes inicuas", afirmó el purpurado.
"Estamos a favor de la despenalización, de eso no hay duda", y añadió que "estamos ante un gran problema" y "un atentado contra los derechos humanos", y afirmó sentirse "horrorizado" al leer comentarios de católicos que bendecían las leyes antigay promulgadas por el Gobierno militar de tal país: "Cuando leí eso me quería morir".
El cardenal respondió también a algunas preguntas sobre la cuestión del cambio de sexo, juzgándola una "tendencia a querer crear la realidad" que lleva al ser humano a sentirse "omnipotente" y a pensar "que con su inteligencia y voluntad es capaz de construirlo todo como si no hubiera nada antes".
La "gravedad" de la cuestión "se hace especial" cuando hablamos de niños sometidos a tratamientos quirúrgicos u hormonales: primero hay que "iluminar" su libertad. Sobre el aborto, recientemente aprobado en Francia como derecho en la Constitución, Fernández dijo que "cuando un niño está creciendo en el vientre de su madre, puede ser una mujer desarrollándose", por lo que es "el derecho de una mujer contra el derecho de otra mujer".
Para la Iglesia, el "derecho principal es el derecho originario: el derecho a la vida". Mientras que sobre la gestación subrogada, decir que con esa práctica "el niño se convierte en objeto de un deseo" no significa "no comprender la sensibilidad de la persona que desea un hijo propio", explicó el cardenal; pero hay una invitación "a trascender este deseo, porque estamos hablando de la dignidad de la persona que es mayor" y "a desarrollar deseos en otra línea", por ejemplo con la adopción.
Fidelidad al Papa
Sobre el magisterio del Papa, el prefecto aprovechó para aclarar: "Algunos que adoraban al Papa hace años dicen ahora que al Papa sólo hay que escucharlo cuando habla ex cathedra. Si no, podemos hacer nuestra reflexión. Escuchen, el Papa nunca hablará ex cathedra, nunca querrá crear un dogma de fe o una declaración definitiva. Estoy seguro casi al 100%. Creemos que más allá del carisma de la infalibilidad, el Papa tiene la asistencia espiritual para guiar a la Iglesia e iluminarla".
Y traicionan el juramento de obediencia al Santo Padre de su ordenación, los cardenales, obispos y sacerdotes "que tratan al Papa de hereje, contra la tradición de la Iglesia". "Si hay quien piensa que Francisco está dando demasiados pasos adelante, hay que recordar que en tantos casos en la historia un Papa ha dicho algo distinto de su predecesor", comentó.