¿Cómo será esta Navidad?
por Arturo Díaz
Ya se acerca la navidad. Ante este horizonte tan próximo nos asalta la pregunta: ¿cómo será esta navidad?
Una pregunta inquietante debido a la situación que vivimos con la pandemia del coronavirus: medidas de restricción de movimientos, estado de alarma, toque de queda, uso de mascarillas, distancias entre las personas, uso de gel, limitación del número de personas reunidas…
¿Cómo será la navidad con el Covid-19?
Ciertamente el misterio de fe navideño a vivir será el mismo. Todo un Dios que se encarna en su Hijo, Jesucristo, el cual viene al mundo a través de su madre la Virgen María, quien da a luz –acompañada de su esposo San José– en una gruta de Belén, a la que acudirán los primeros adoradores: los pastores y los reyes magos.
Esta escena del evangelio volverá a actualizarse una vez más en esta navidad. El misterio no va a cambiar; lo que sí va a cambiar es la forma de vivirlo, celebrarlo y festejarlo por nuestra parte.
Pero, en realidad, ¿qué va a cambiar? Seguro que lo que cambie sean aspectos navideños que en los últimos tiempos se han proliferado y han desfigurado la auténtica navidad, como son: el consumo y comercio desmedido, las fiestas que deslucen por sus borracheras, comilonas y orgías, las cabalgatas despilfarradoras de ayuntamientos, semejantes a las de los carnavales de Río de Janeiro.
Ante este cambio a que nos advoca el Covid-19, vamos a poder valorar el verdadero espíritu navideño que emana del portal de Belén, el cual nos hace apreciar aspectos fundamentales de la navidad, como son: el hogar, la familia, las personas con las cuales compartimos la vida. El valor de las cosas sencillas, simples, austeras, a las que hace referencia el entorno de Belén. Volveremos a ser capaces de apreciar el hecho de poder estar junto a nuestros seres queridos para compartir: la fe que nos eleva, nos espiritualiza, nos hace ver más allá de lo tangible, nos introduce en el misterio del Emmanuel, el Dios con nosotros, despertando nuestra capacidad de asombro y llamándonos a la caridad, la generosidad, la solidaridad con aquellos más desfavorecidos, que sufren, que viven en el abandono y el desconsuelo, y los efectos del Covid-19.
Tras todo lo dicho, si a mí alguien me preguntara ¿cómo será esta navidad? Le diría rápidamente que será una navidad más espiritual. Una navidad en la que prevalecerá lo familiar, lo religioso, lo sencillo y lo caritativo.
Creo que a este propósito vale la pena recordar cómo –hace ya casi 800 años, en 1223–, en un pueblo de Italia (Greccio), San Francisco de Asís puso en juego su creatividad para ayudar a vivir la verdadera navidad. Con un gran ingenio, que brotaba de su espiritualidad, y para salir al paso de la situación del momento, creó el primer belén viviente. Este belén hizo vivir a los vecinos de aquel pueblo una navidad diferente, pues a través de su escenografía, tan llena de piedad, de colorido y de ternura, entraron en el misterio de la primera noche santa. A partir de esta idea tan original surgieron, en los siglos y navidades sucesivas, una gran variedad de belenes que con sus figuras adornan y embellecen iglesias, casas, plazas, calles, despachos, tiendas… enfervorizando a cuantos los contemplan.
En los últimos tiempos, por lo que estamos viviendo del Covid-19, se está usando mucho la palabra “reinventarse”, como una llamada a la creatividad, al ingenio, para salir al paso de las nuevas situaciones que nos toca vivir.
A la luz del ejemplo de San Francisco de Asís, tal vez nos toque ahora a nosotros ingeniar cómo vivir esta navidad que llega condicionada por el coronavirus, conscientes que ante el evento de la venida del Niño Dios deben seguir repicando las campanas, deben seguir sonando los villancicos, deben seguir luciendo los belenes, deben seguir sonriendo los niños, deben seguir encontrado cobijo los pobres. Porque llega la navidad y en ella nace un Dios entre nosotros que nos llena de ilusión, esperanza, gozo y confianza.
Por tanto ante la pregunta: ¿cómo será esta navidad?, no cabe respuesta mejor y cierta: será más familiar, religiosa, sencilla y solidaria; más parecida a la primera navidad.
El padre Arturo Díaz, LC es rector del Santuario de Sonsoles en Ávila y capellán de las carmelitas del Monasterio de la Encarnación.