Qué hay detrás de muchas ONG
Yo no pido más control de estas asociaciones aparentemente solidarias, mayor intervención del Gran Hermano, aunque alguna clase de inspección sobre más de una, no estaría de sobra, pero sí sería necesario mayor información
En tiempos de crisis y de mayores necesidades sociales, las ONGs supuestamente benéficas surgen como las setas tras las lluvias de otoño, pero de la gran mayoría de ellas desconocemos su espíritu o ideología, si la tienen, la tendencia de sus responsables y el grado de cumplimiento de los fines solidarios que dicen perseguir.
No diré que las ONGs de iniciativa anónima o privada, no obedezcan a buenos propósitos para remediar en lo posible esta o la otra carencia social, pero también temo que aprovechando el buen corazón de la gente, que es grande, traten de sacar tajada los pícaros sin escrúpulos. La picaresca no es de hoy. Ahí está el Lazarillo de Tormes y el ciego al que servía, que veía más de la cuenta, para recordarnos que el mundo de los pícaros y pedigüeños es una especie universal al parecer inextinguible, pero eso nos aconseja a permanecer vigilantes ante los abusones de oficio.
De ahí que la pregunta no sea ociosa: ¿qué hay detrás de cada ONG de significación ignota, que son la gran mayoría? Sabemos que Cáritas, Manos Unidas o Ayuda a la Iglesia Necesitada, por poner unos ejemplos buen conocidos, son instituciones benéficas pertenecientes a la Iglesia católica que en última instancia responde de su correcto funcionamiento. Aún así, personalmente digo, lo vengo diciendo desde hace años, que no son suficientemente transparentes a la hora de dar cuenta pública de sus ingresos y gastos.
Con muchos más motivos encuentro opaca la administración de recursos y donaciones del resto de ONGs. Hace unas semanas se llevó a cabo una recogida de artículos no perecederos para el llamado Banco de Alimentos, con la correspondiente publicidad televisiva. La encargada de dirigir la operación en la localidad donde vivo fue la concejala de Asuntos Sociales, mujer benemérita, de conducta intachable, hábitos religiosos y excelente amiga mía. Posteriormente, cuando se me presentó la ocasión, le pregunté quiénes llevaban el Banco de Alimentos. Me dijo que personas todas voluntarias, que no había nadie retribuido y que se trataba de una organización nacida hace algunos años en Asturias y que se ha extendido por toda España, pero no me aclaró más simplemente porque no lo sabía. Sin embargo me mosqueó que la recogida de alimentos del citado banco se llevase a cabo quince días antes que Cáritas efectuara la “operación kilo”. Yo sé que lo recogido por Cáritas parroquial entre quienes se distribuyó, pero ignoro totalmente donde fue a parar lo donado al banco en cuestión.
Y quien dice del Banco de Alimentos, podríamos decir de otras grandes organizaciones benéficas o filantrópicas, como podrían ser Médicos sin Fronteras o Médicos del Mundo, por citar dos muy publicitadas. ¿Sabe alguien como administran las donaciones y subvenciones que reciben? ¿Conoce alguien su orientación ideológica o el espíritu que las informa? ¿Se sabe en qué se distingue una de la otra si ambas se dedican aparentemente a lo mismo? Hoy la gente común tiene, si quiere tenerlo, un mayor conocimiento de un gran número de cosas que antes desconocía, pero de muchas actividades “solidarias” de nuestros días, seguimos estando totalmente en la inopia. El periodismo de investigación del que tanto presumen ciertos medios, no se atreven a entrar en la maraña de las ONGs.
Yo no pido más control de estas asociaciones aparentemente solidarias, mayor intervención del Gran Hermano, aunque alguna clase de inspección sobre más de una, no estaría de sobra, pero sí sería necesario mayor información, más transparencia de las actividades de la inmensa mayoría de ellas. No sea cosa que los picaros de turno estén engañando a las buenas gentes de corazón generoso, que nos estén dado el timo del “tocomocho” con esto de la crisis y de las necesidades de muchas familias.
No diré que las ONGs de iniciativa anónima o privada, no obedezcan a buenos propósitos para remediar en lo posible esta o la otra carencia social, pero también temo que aprovechando el buen corazón de la gente, que es grande, traten de sacar tajada los pícaros sin escrúpulos. La picaresca no es de hoy. Ahí está el Lazarillo de Tormes y el ciego al que servía, que veía más de la cuenta, para recordarnos que el mundo de los pícaros y pedigüeños es una especie universal al parecer inextinguible, pero eso nos aconseja a permanecer vigilantes ante los abusones de oficio.
De ahí que la pregunta no sea ociosa: ¿qué hay detrás de cada ONG de significación ignota, que son la gran mayoría? Sabemos que Cáritas, Manos Unidas o Ayuda a la Iglesia Necesitada, por poner unos ejemplos buen conocidos, son instituciones benéficas pertenecientes a la Iglesia católica que en última instancia responde de su correcto funcionamiento. Aún así, personalmente digo, lo vengo diciendo desde hace años, que no son suficientemente transparentes a la hora de dar cuenta pública de sus ingresos y gastos.
Con muchos más motivos encuentro opaca la administración de recursos y donaciones del resto de ONGs. Hace unas semanas se llevó a cabo una recogida de artículos no perecederos para el llamado Banco de Alimentos, con la correspondiente publicidad televisiva. La encargada de dirigir la operación en la localidad donde vivo fue la concejala de Asuntos Sociales, mujer benemérita, de conducta intachable, hábitos religiosos y excelente amiga mía. Posteriormente, cuando se me presentó la ocasión, le pregunté quiénes llevaban el Banco de Alimentos. Me dijo que personas todas voluntarias, que no había nadie retribuido y que se trataba de una organización nacida hace algunos años en Asturias y que se ha extendido por toda España, pero no me aclaró más simplemente porque no lo sabía. Sin embargo me mosqueó que la recogida de alimentos del citado banco se llevase a cabo quince días antes que Cáritas efectuara la “operación kilo”. Yo sé que lo recogido por Cáritas parroquial entre quienes se distribuyó, pero ignoro totalmente donde fue a parar lo donado al banco en cuestión.
Y quien dice del Banco de Alimentos, podríamos decir de otras grandes organizaciones benéficas o filantrópicas, como podrían ser Médicos sin Fronteras o Médicos del Mundo, por citar dos muy publicitadas. ¿Sabe alguien como administran las donaciones y subvenciones que reciben? ¿Conoce alguien su orientación ideológica o el espíritu que las informa? ¿Se sabe en qué se distingue una de la otra si ambas se dedican aparentemente a lo mismo? Hoy la gente común tiene, si quiere tenerlo, un mayor conocimiento de un gran número de cosas que antes desconocía, pero de muchas actividades “solidarias” de nuestros días, seguimos estando totalmente en la inopia. El periodismo de investigación del que tanto presumen ciertos medios, no se atreven a entrar en la maraña de las ONGs.
Yo no pido más control de estas asociaciones aparentemente solidarias, mayor intervención del Gran Hermano, aunque alguna clase de inspección sobre más de una, no estaría de sobra, pero sí sería necesario mayor información, más transparencia de las actividades de la inmensa mayoría de ellas. No sea cosa que los picaros de turno estén engañando a las buenas gentes de corazón generoso, que nos estén dado el timo del “tocomocho” con esto de la crisis y de las necesidades de muchas familias.
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