Nos eutanasiaron mientras sinodalizábamos
por Pablo J. Ginés
ReL publica (aquí) que empieza a nacer una Alianza por la Medicina Hipocrática en EEUU, que parece ecumenismo del bueno, hacer cosas buenas juntos por la vida, para defender a los amenazados por el aborto y la eutanasia.
Por el momento, la cosa empieza con un manifiesto que dice que el aborto es quitar la vida bárbaramente y no es cuidado médico en absoluto, y recuerda que aún hoy 9 de cada 10 ginecólogos en EEUU se niegan a hacer abortos.
Lo firma la Asociación de Médicos Católicos de EEUU, junto con una plataforma de asociaciones médicas cristianas (protestantes, sobre todo), el Colegio de Pediatras que nació hace unos años para enfrentarse a la ideología de género y la asociación de médicos cristianos coptos.
Se me saltan las lágrimas. En EEUU tienen hasta asociación de médicos coptos y en España no tenemos ni asociación de sanitarios católicos.
¡Hasta Portugal tiene una asociación de médicos católicos con más de 100 años! Y en Francia una desde 1959.
Mientras en Estados Unidos los médicos que aman a Cristo se organizan cada vez mejor para defender la ética hipocrática, en España la respuesta organizada de los médicos y sanitarios es, por ahora, muy, muy floja (salvando un par de portavoces valientes).
Hay obispos españoles con títulos de medicina, pero aunque llevamos 2 años con la eutanasia cambiando nuestra civilización y cancelando a Hipócrates al estilo woke, no veo a los jerarcas animando a los sanitarios a organizarse.
Obispos y jerarcas ni siquiera parecen capaces de organizar misas blancas (para médicos y enfermeros, con bata), algo más que común en muchos países.
Una misa blanca en la catedral de Dallas, Texas.
A algún jerarca lo veo predicando de flores y lirios y hablando de santidad personal (que sí, que siempre hace falta, pero ya lo sabíamos)... cuando lo que toca ahora es comunidad y asociacionismo y organización para servir y dar fruto.
Hay cristianos [coloque aquí un adjetivo juanmanueldepradiano] que se escandalizan en cuanto oyen hablar de "lucha" o "batalla".
Pero Jesús o San Pablo usan ese lenguaje porque representa bien la realidad y es didáctico, y nos ayuda a entender y esforzarnos por el bien.
Jesús pone el ejemplo de un rey que se preparaba para ir a la guerra, pero que antes se sentaba a calcular, con astucia y realismo, si tenía suficientes tropas, o si le convenía negociar una paz adecuada. Jesús demuestra así que no pasa nada por hacer metáforas militares. De verdad que no es pecado.
San Pablo nos exhorta así (en Efesios 6): "Tomad las armas de Dios para poder resistir en el día malo y manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas. Estad firmes; ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza de la justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz. Embrazad el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno. Poneos el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la palabra de Dios".
La verdad, la justicia, la fe, la Palabra que golpea y corta como una espada... son las armas, porque hay una batalla.
El soldado en el que todos pensaban cuando Pablo predicaba estas palabras no era un guerrero solitario, sino un legionario, parte de un ejército magníficamente organizado. Hay gente que le suena raro el vocabulario "militar" de la Legión de María, por ejemplo, pero estamos hablando de un movimiento que acaba de cumplir cien años, que da mucho fruto y que tenía aterrorizado al Partido Comunista Chino, simplemente porque creaba comunidades fuertes y organizadas. Por eso fue perseguido de forma inmisericorde y llenó China de mártires.
Cada día veo en prensa docenas de noticias generadas por el incansable lobby eutanásico que es, en España, Derecho a Muerte Digna. Colocan sus mensajes eutanásicos, quejas, antitestimonios, dogmas y suicidios con música y churros en prensa local, regional, nacional, en RTVE, etc...
En cambio, no veo los mensajes de la Coalición para Prevención de la Eutanasia en ningún lugar. ¿Por qué? Porque en España NO EXISTE tal asociación.
Un periodista que quisiera preguntar a médicos contrarios a la eutanasia en España... ¿a qué entidad debería acudir?
El Colegio de Enfermería de Jaén dice que tiene un estudio -que no he podido ver- según el cual sólo 1 de cada 4 enfermeras de Jaén estaría dispuesta a objetar a la eutanasia, y que el 60% o más de las enfermeras de Jaén serían entusiastas eutanasiadoras. Hablamos de Jaén, la provincia con más porcentaje de bodas católicas de España y probablemente la más religiosa del país.
¿De verdad hemos de creernos esas cifras?
¿Qué responde la asociación de Enfermeras Católicas? Ah, es que no existe.
¿Y qué dice la Asociación por una Enfermería Hipocrática? Tampoco existe.
¿Y la Asociación Andaluza de Sanitarios Provida? Tampoco existe.
Mientras los lobbies anti-vida o anti-familia lanzan sus cifras y sus supuestos estudios, ni la Iglesia ni los grupos provida ofrecen estudios alternativos (excepto RedMadre, que cada año ofrece cifras sobre asistencia a embarazadas y análisis sobre ayudas públicas; el Servicio Jesuitas a los Migrantes tiene un estudio sobre las vergüenzas de la atención a migrantes en la España del PSOE-Podemos, pero tampoco circula mucho).
La Iglesia española tiene montones de universidades católicas pero no hace sus propios estudios sobre casi nada y depende de las cifras que le dan sus enemigos.
Según el CIS que dirige el socialista Tezanos, en los dos últimos años se habrían perdido más católicos que en los 20 precedentes: habríamos pasado del 67% de población católica en enero de 2020 a un asombroso (o increíble) 55% en octubre de 2021.
¿Nos lo creemos? No tenemos nuestras propias cifras, consumimos las que nos pasan ellos, los que no nos quieren mucho...
Hay muchas cosas feas y malas contra la vida y la dignidad en Occidente, pero la mayoría son viejos conocidos, problemas de siempre. Abusar de los pobres, de los migrantes, de los ancianos... es malo, pero siempre ha estado ahí, siempre lo hemos combatido.
Pero la eutanasia es una novedad. Es un cambio de civilización. Es como volver a legalizar la esclavitud o los duelos de gladiadores. De hecho, es algo que ya sugiere El Juego del Calamar: si tengo un tumor y me puedo eutanasiar, ¿por qué no ganar un dinerito para mi familia participando en un juego mortal? Si uno puede decidir cómo matarse, ¿por qué no todos?
Esas cosas pertenecen a la misma categoría que la eutanasia: al viejo paganismo, que se alimenta de la ley del más fuerte y de sacrificios humanos. Y de la persecución a los cristianos, evidentemente, por molestos.
No es tan antiguo: el Japón imperial en pleno siglo XX, con aviones y electricidad, cometía horrores bioéticos mientras pedía quemar incienso y venerar al Emperador como un dios.
Estos japoneses mataron a unos jesuitas españoles en las islas Marianas, probablemente por haber visto demasiado, e hicieron desaparecer sus cuerpos al final de la Segunda Guerra Mundial. (Pedro Sánchez dijo que iba a investigar las víctimas de los totalitarismos del siglo XX, pero no le veo yo buscando jesuitas en las Marianas).
La eutanasia es un cambio de civilización y la Iglesia española reacciona con un servicio de mínimos, como si fuera una cosilla más...
Se necesita acción y organización. Y nuestros obispos y jerarcas y otros líderes religiosos están distraídos con charlas sinodales para cubrir el expediente, que es la autorreferencialidad que tanto critica el Papa Francisco, con toda la razón.
Nos van a eutanasiar mientras nos distraemos sinodalizando.
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