Yo también he visto “El juego del calamar”
por Cuestión de vida
Pues me he visto toda la serie y además me la he visto en menos de una semana porque engancha, por lo menos a mi me enganchó y eso que yo me duermo en el 80% de películas y series por más que intenten seguirlas.
Voy a intentar comentar algunas cosas sin destriparla mucho, pero la voy a destripar un poco que se decía en mi época o hacer “spoiler” que se dice ahora.
En primer lugar, no parece una serie satánica en absoluto como he leído en algunos comentarios, tan mal me parece ver al demonio en todos sitios como no verlo en ninguno y estas dos cosas son grandes tentaciones de la Iglesia a día de hoy, desde la absoluta negación del infierno y de la sobrenaturalidad a la obsesión por pensar que absolutamente todo viene del maligno.
Cada uno puede ver cosas distintas en esta serie, a mi me llamaron la atención algunas de ellas que bien describen nuestra cada vez más enferma y decadente sociedad:
- Si hay algo que caracteriza este siglo XXI y por supuesto el XX es la pérdida de la dignidad y del valor de la vida humana. No solo la vida del otro no tiene valor ninguno, sino que ni siquiera se respetan a si mismos ni su cuerpo ni su dignidad, todo es negocio, todo puede comprarse y venderse. ¿Cómo valorar la vida de las personas en una sociedad que promueve el aborto y la eutanasia? ¿Cómo valorar la dignidad de las personas en la sociedad del porno y la promiscuidad?
- Técnicas de manipulación de las personas. Todo esta pesado y medido para que las personas hagan lo que se supone deben de hacer, incluso matarse entre ellos con unas técnicas a veces tan simples como dar de comer de menos. Nada nuevo bajo el sol.
- Todo es voluntario. Y faltaría añadir que todo es por su bien… ¿o no? Las personas manipuladas y chantajeadas tienen el espejismo de que son libres y lo hacen voluntariamente. En realidad, son doblemente esclavizadas, en primer lugar, han sido esclavizadas por su pecado, en este caso la avaricia y la ludopatía principalmente, y en esta esclavitud de los vicios y las adicciones emprenden una huida hacia delante que lejos de liberarlos los esclaviza aun más y los destruye. Y todo es voluntario por supuesto, no se a que me recordara lo de voluntario, pero obligatorio…
- Los débiles son sacrificados. La aparente solidaridad con los más débiles, mujeres y ancianos en este caso (niños no hay siquiera) desaparece cuando la vida esta en juego, volvemos a la selva, la ley del más fuerte.
- Cada uno toma decisiones sin saber las consecuencias que tendrán en el juego. Esas decisiones tienen un claro componente ético, se mantienen el libre albedrío, aun en situación de “esclavitud” siguen manteniendo la libertad de optar por el bien o por el mal, eso es algo sagrado que Dios nos ha dado y que nadie nos puede arrebatar. Afortunadamente en la serie las decisiones morales son premiadas a la larga y las inmorales castigadas, aunque en medio perezcan muchos inocentes.
Cosas que he echado en falta:
- ¿Dónde esta Dios? En la serie se hace una mínima referencia a la oración, más como forma supersticiosa de pedir ayuda y tranquilizarse que la creencia en un Dios vivo, real y personal que transforma la existencia. Cabe decir que a pesar de ser Corea esa referencia a Dios es al Dios cristiano. Una sociedad sin Dios es una sociedad sin humanidad. Dios o nada que decía el Cardenal Sarah.
- ¿Dónde esta la familia? Sin duda se hace una mención al amor paterno filial, aunque con la figura del padre permanentemente ausente y otra al amor entre hermanos que tampoco sale muy bien parada. No existe amor ni complementariedad hombre-mujer y el sexo es solo un desahogo sin la menor relación con el amor.
Que terroríficas y deshumanizantes son las sociedades distópicas hacia donde nos están dirigiendo, donde Dios no está presente, donde las personas son esclavas y el otro no es mi prójimo sino mi enemigo, mi rival, o una fuente de contagio, donde no hay más valor que la propia supervivencia a cualquier precio, donde la carencia de familia y de contacto social nos convierte en marionetas tristes y solitarias.
Pero siempre tendremos el libre albedrio, la elección entre el bien y el mal. Y siempre tendremos a Dios, aunque intenten arrebatarnos lo sagrado de la vida social, aunque intenten incluso cortarnos el acceso a los sacramentos, Dios es Dios y siempre hay en nuestra alma un lugar sagrado donde nadie puede entrar mas que El y ahí siempre nos espera.
En el centro de nuestro castillo interior mora su Soberana Majestad. ¡Él vendrá y nos salvará! Bendita crisis la que lleva a la conversión.