Iglesia, eres joven: ¡adelante!

Algunos piensan que la Iglesia católica es una institución-reliquia del pasado y que pertenecer a ella es propio de “cromañones”, de gente rara "carca" y de curas y monjas que lo que han logrado en dos mil años ha sido montar un espectacular “chiringuito”. A esas personas, con todo mi cariño y respeto, les digo que realmente ni conocen -perdonadme la expresión- a las piedras vivas de esta gran familia que formamos la Iglesia católica, ni al fundamento, eje y centro de la Iglesia, que no es otro que un hombre que nació, vivió pasando por el mundo haciendo el bien, que lo mataron, pero resucitó y por ese motivo sigue hoy vivo en su Iglesia: Jesús de Nazaret.
 
Tras el I Congreso Nacional de Pastoral Juvenil en Valencia y con todo lo vivido todavía muy presente en mis retinas, oídos y -lo más importante- en mi corazón, quiero destacar algunas de las conclusiones que yo personalmente he sacado a lo largo de estos casi cuatro días que ha durado este primer Congreso, esperando que no sea el primero y último.

• El mensaje de Jesús de Nazaret, el Cristo, no ha cambiado y sigue siendo el del AMOR a todas las personas que deseen aceptarlo. Este mensaje sigue vigente, siempre actual, para los jóvenes del siglo XXI.

• El cansancio unido a la desilusión por la escasez de frutos al anunciar “la Buena Noticia” nos ha hecho descuidar nuestra relación con Jesucristo y por tanto del anuncio de su mensaje.

• La Iglesia es consciente de las dificultades tanto internas como externas, y quiere en primer lugar reanimar, fortalecer, formar a los jóvenes evangelizadores de hoy, testigos de Jesús, en este tiempo que nos toca vivir.

• “La Nueva Evangelización, debe ser nueva en su ardor, en sus métodos y en su lenguaje” (Juan Pablo II). La Nueva Evangelización, conlleva en primer lugar, nuestra conversión a Jesús.

• Los jóvenes de hoy siguen teniendo tanta sed, como los jóvenes de ayer y siguen buscando la “fuente de agua viva”. Por ello tenemos una exigencia y es la de iniciar un “nuevo Éxodo”, un salir al encuentro de esos jóvenes, que aunque buscan, porque tienen ansias y deseos, no han descubierto a Jesucristo como respuesta a sus interrogantes, la felicidad para sus vidas.

• Los encargados de la tarea de la Nueva Evangelización no es misión de unos solos, es tarea de todos, cada uno en su puesto, en estrecha colaboración unos con otros.

En todos los momentos, también en los litúrgicos-celebrativos, se pudo notar la espontaneidad, la alegría, la ilusión, el buen hacer y los buenos deseos de los/as congresistas que participamos en el Congreso, alrededor de dos mil.

Quiero acabar, con un grito esperanzador para el futuro de la Iglesia y también para toda la humanidad: ¡Ánimo, adelante, merece la pena la Nueva Evangelización! porque sigue mereciendo la pena el mensaje de Jesús y también porque merecen la pena las personas, de manera especial los jóvenes, que o bien no lo conocen o que conociéndolo se han alejado.

Twitter: @aitormivi