Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

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Soltar-Saltar-Confiar-Descansar

por Canta y camina

En los últimos 2 meses y medio mi vida ha dado un vuelco brutal. Me he visto casi desbordada por el torrente salvaje de los acontecimientos. He sentido que no podía controlarlos ni dirigirlos. He levantado los ojos al Cielo infinidad de veces sin saber siquiera qué pedirle a Dios, sólo miraba a lo alto con los ojos y las manos abiertos, negando con la cabeza llena de impotencia y confusión.

Eso sí, en medio del terrible dolor interior, de la oscuridad más negra del pozo más profundo, del gigantesco sentimiento de soledad de algunos momentos no he dejado de hablar con Dios. A veces en la iglesia durante la misa, otras llorando en el cuarto de baño de mi casa, otras en el Metro o en el autobús, otras en muchas noches de insomnio.

Y al final Dios me puso las manos sobre los hombros, me hizo frenar mi vertiginosa carrera hacia no sé dónde y me hizo escucharle: SOLTAR-SALTAR-CONFIAR-DESCANSAR.

No puedo controlarlo todo, ni siquiera las cosas que me pasan a mí. No soy dueña de los pensamientos ni de la voluntad de los demás, siempre pasarán cosas aunque yo no quiera que pasen, como yo no quiera que pasen, cuando yo no quiera que pasen, donde yo no quiera que pasen, a quien yo no quiera que le pase.

Yo no soy Dios pero soy la niña de sus ojos, igual que tú, y Él es mi Padre y es Omnipotente, así que he aprendido a SOLTAR.

Mi Padre Omnipotente sólo quiere cosas buenas para mí. De los males sabe sacar cosas buenas. Él ve el bosque porque no está pegado al árbol como yo. Tiene un plan para mí millones de veces mejor que la mejor de mis ideas para mí misma. Y me dice: “tú ves un abismo ante ti pero Yo estoy al otro lado con los brazos tendidos hacia ti, salta y Yo te cogeré”. Así que he aprendido a SALTAR.

Me asusta la incertidumbre, el no saber qué va a pasar ni cómo ni cuándo. Me gusta la seguridad, la tranquilidad, saber más o menos lo que toca a continuación. Pero cuando eso no se da necesito apoyarme en algo o en alguien sólido, firme. 

Gracias a Dios tengo cerca de mí personas que me quieren, que se interesan por mi bienestar que me han abierto sus brazos, su casa, incluso su bolsillo, que me acompañan en estos tiempos de dificultades y sufrimiento.

Según el diccionario de la RAE confiar significa: 

1- Encargar o poner al cuidado de alguien algún negocio u otra cosa.

2- Depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa. 

3- Dar esperanza a alguien de que conseguirá lo que desea.

4- Esperar con firmeza y seguridad.

Así que he aprendido a CONFIAR.

Y al depositar en alguien cualquier cosa uno se descarga de ese peso porque ya no lo lleva solo. Y así he aprendido a DESCANSAR.

No soy una imprudente ni una inconsciente. No me desentiendo de mis problemas y dificultades pero ahora no los cargo yo sola, hay una tupida red de personas que me ayudan: unas rezan, otras no. Unas piensan de una manera, otras de otra. Unas son altas, otras bajas. Unas rubias, otras morenas. Unas creen en Dios y rezan, otras no. Pero todas me quieren. Y también está Dios.

Yo creo en ellas, creo en Dios y creo en mí.  Así que lo tengo muy claro: SOLTAR-SALTAR-CONFIAR-DESCANSAR.

 

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