Nuevo Misal (6)
PLEGARIA EUCARÍSTICA
“Ahora empieza el centro y la cumbre de toda la celebración, a saber, la Plegaria eucarística, que es una plegaria de acción de gracias y de consagración. El sacerdote invita al pueblo a elevar el corazón hacia Dios, en oración y acción de gracias, y lo asocia a su oración que él dirige en nombre de toda la comunidad por Jesucristo en el Espíritu Santo a Dios Padre. El sentido de esta oración es que toda la congragación de los fieles se una con Cristo en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio. La plegaria eucarística exige que todos la escuchen con silencio y reverencia”.
No es solo el sacerdote quien alaba a Dios, ofrece el sacrificio Pacual de Cristo el invoca al Espíritu. Una comunidad entera la acompaña. El diálogo antes del Prefacio es una invitación a formar esa unidad entre presidente y asamblea. No es una oración personal de quien preside, sino en nombre de todos. El diálogo está en plural. Y el pueblo no está mudo en la plegaria eucarística; interviene en el diálogo antes del prefacio, después de la Comunión y el final de la Plegaria con el Amén.
“Los principales elementos de que consta la plegaria eucarística pueden distinguirse de esta manera:
d) “Relato de la institución y consagración: con las palabras y gestos de Cristo, se realiza el sacrificio que el mismo Cristo instituyó en la última Cena, cuando bajo las especies de pan y de vino ofreció su Cuerpo y su Sangre y se lo dio a los Apóstoles en forma de comida y bebida, y les encargó perpetuar ese mismo misterio”.
Después de la Consagración está: “Este es el sacramento de nuestra fe”. Es la exclamación emocionada ante el prodigio que acaba de realizarse.
El gesto de adoración es de rodillas, a no ser que lo impida una justa causa. En este caso, se hará una inclinación cuando el sacerdote haga la genuflexión.
e) Anámnesis: la Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, recordando principalmente su bienaventurada pasión su gloriosa resurrección y ascensión al cielo”.
“Ahora empieza el centro y la cumbre de toda la celebración, a saber, la Plegaria eucarística, que es una plegaria de acción de gracias y de consagración. El sacerdote invita al pueblo a elevar el corazón hacia Dios, en oración y acción de gracias, y lo asocia a su oración que él dirige en nombre de toda la comunidad por Jesucristo en el Espíritu Santo a Dios Padre. El sentido de esta oración es que toda la congragación de los fieles se una con Cristo en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio. La plegaria eucarística exige que todos la escuchen con silencio y reverencia”.
No es solo el sacerdote quien alaba a Dios, ofrece el sacrificio Pacual de Cristo el invoca al Espíritu. Una comunidad entera la acompaña. El diálogo antes del Prefacio es una invitación a formar esa unidad entre presidente y asamblea. No es una oración personal de quien preside, sino en nombre de todos. El diálogo está en plural. Y el pueblo no está mudo en la plegaria eucarística; interviene en el diálogo antes del prefacio, después de la Comunión y el final de la Plegaria con el Amén.
“Los principales elementos de que consta la plegaria eucarística pueden distinguirse de esta manera:
- Acción de gracias (se expresa sobre todo en el prefacio): en la que el sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da las gracias por toda la obra de salvación y por algunos de sus aspectos particulares, según las variantes del día, festividad o tiempo litúrgico;
- “Aclamación: Toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías celestiales, canta el Santo. Esta aclamación, que constituye una parte de la Plegaria eucarística, la proclama todo el pueblo con el sacerdote.
- “Epíclesis: La Iglesia , por medio de determinadas invocaciones, implora la fuerza del Espíritu Santo para que los dones que han presentado los hombres queden consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la Comunión sea para salvación de quienes la reciban”.
d) “Relato de la institución y consagración: con las palabras y gestos de Cristo, se realiza el sacrificio que el mismo Cristo instituyó en la última Cena, cuando bajo las especies de pan y de vino ofreció su Cuerpo y su Sangre y se lo dio a los Apóstoles en forma de comida y bebida, y les encargó perpetuar ese mismo misterio”.
Después de la Consagración está: “Este es el sacramento de nuestra fe”. Es la exclamación emocionada ante el prodigio que acaba de realizarse.
El gesto de adoración es de rodillas, a no ser que lo impida una justa causa. En este caso, se hará una inclinación cuando el sacerdote haga la genuflexión.
e) Anámnesis: la Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, recordando principalmente su bienaventurada pasión su gloriosa resurrección y ascensión al cielo”.
- “Oblación: la iglesia, especialmente reunid aquí y ahora, ofrece este memorial al Padre en el Espíritu Santo la víctima inmaculada. La iglesia pretende que lo fieles no solo ofrezcan la víctima inmaculada, sino que aprendan a prendan a ofrecerse a sí mismos, y que cada día perfeccionen, on la mediación de Cristo, la unidad con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios lo sea todo en todos”.
- Intercesiones: dan a entender que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la iglesia, celeste y terrena, y que la oblación se hace por ella y por todos sus fieles, vivos y difuntos, miembros que ha sido llamados a participar de la salvación y redención adquiridas por el Cuerpo y sangre de Cristo.
- Doxología final: expresa la glorificación de Dios, y se concluye y confirma con la aclamación del pueblo: AMÉN”.
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