Lourdes, 11 de Febrero
Más de 60 son los milagros realizados en Lourdes y reconocidos por la Iglesia. Es una parte importante del Santuario. Junto a ellos son innumerables los que después de una peregrinación han transformado su vida aceptando la enfermedad o la invalidez como un don salvador para sí y para sus hermanos..
Juan Pablo II estableció en 1992 el día del enfermo y su primera jornada se celebró en Lourdes el 11 de febrero de 1993. Ya entonces recordaba el Papa el interés que la Iglesia ha tenido siempre por los enfermos, siguiendo las huellas de Jesús. Y con ellos, a cuantos se dedican a su cuidado: médicos, enfermeros, voluntarios y familiares.
La celebración de este año tiene por lema: “El poderoso ha hecho grandes obras por mí”. En Lourdes se celebran también jornadas con los enfermos y la vida desde su comienzo hasta su conclusión natural con la muerte. El papa Francisco se sitúa y nos invita a situarnos en la Gruta. “Situándome ya desde ahora en la espiritualmente junto a la Gruta de Massabielle, ante la imagen de la imagen de la Virgen Inmaculada, en la que el Poderoso ha hecho obras grande para la redención de la humanidad, deseo expresar mi cercanía a todos vosotros, hermanos y hermanas que vivís la experiencia del sufrimiento, y a vuestras familias… Me gustaría animar a todos los enfermos, a las personas que sufren, a los médicos, enfermeras, familiares y a los voluntarios a que vean en María, salud de los enfermos, a aquella que es para todos los seres humanos garante de la ternura del amor de Dios y modelo de abandono a su voluntad; y a que siempre encuentren en la fe, alimentada por la Palabra de Dios y los Sacramentos, la fuerza para amar a Dios y a los hermanos en la experiencia también de la enfermedad”.
El Papa centra su mirada en Bernardita, para descubrir en ella un aspecto precioso y se nos puede pasar desapercibido. La Virgen le miraba como a una persona. “Como Santa Bernadette estamos bajo la mirada de María. La humilde muchacha de Lourdes cuenta que la Virgen a la que llamaba <>, la miraba como se mira a una persona. Estas sencillas palabras describen a plenitud de una relación. Bernadette, pobre analfabeta y enferma, se siente mirada por María como persona. La hermosa Señora le habla con gran respeto, sin lástima. Esto nos recuera que cada paciente es y será siempre un ser humano, y debe ser tratado en consecuencia.
Los enfermos como las personas que tiene una discapacidad, incluso muy grave, tienen una dignidad inalienable y una misión en la vida y nunca se convierten en simples objetos, aunque, a veces, puedan parecer meramente pasivos, pero en realidad nunca es así”.
Bernardita dedicó su vida a los enfermos. Llevó a la práctica la mirada de la Virgen, tratando a los enfermos como personas valiosas. “En la Jornada Mundial del Enfermo, podeos encontrar nueva motivación para colaborar en la difusión de una cultura respetuosa de la vida, la salud y el medio ambiente; un nuevo impulso a favor del respeto a la integridad y dignidad de las personas, incluso a través de un enfoque correcto de las cuestiones de bioética, la protección de los más débiles y el cuidado del medio ambiente”.
Termina el Papa invitándonos a la plegaria a santa María de Lourdes, para que para que acompañe nuestra fe en el servicio en el servicio a los hermanos enfermos.
“María, Madre nuestra,
que en Cristo nos acoge como hijos,
fortalece en nuestros corazones la espera confiada,
auxílianos en nuestras enfermedades y sufrimientos,
guíanos hasta Cristo, hijo tuyo y hermano nuestro,
y ayúdanos a encomendarnos al Padre que realiza obras grandes.
Juan Pablo II estableció en 1992 el día del enfermo y su primera jornada se celebró en Lourdes el 11 de febrero de 1993. Ya entonces recordaba el Papa el interés que la Iglesia ha tenido siempre por los enfermos, siguiendo las huellas de Jesús. Y con ellos, a cuantos se dedican a su cuidado: médicos, enfermeros, voluntarios y familiares.
La celebración de este año tiene por lema: “El poderoso ha hecho grandes obras por mí”. En Lourdes se celebran también jornadas con los enfermos y la vida desde su comienzo hasta su conclusión natural con la muerte. El papa Francisco se sitúa y nos invita a situarnos en la Gruta. “Situándome ya desde ahora en la espiritualmente junto a la Gruta de Massabielle, ante la imagen de la imagen de la Virgen Inmaculada, en la que el Poderoso ha hecho obras grande para la redención de la humanidad, deseo expresar mi cercanía a todos vosotros, hermanos y hermanas que vivís la experiencia del sufrimiento, y a vuestras familias… Me gustaría animar a todos los enfermos, a las personas que sufren, a los médicos, enfermeras, familiares y a los voluntarios a que vean en María, salud de los enfermos, a aquella que es para todos los seres humanos garante de la ternura del amor de Dios y modelo de abandono a su voluntad; y a que siempre encuentren en la fe, alimentada por la Palabra de Dios y los Sacramentos, la fuerza para amar a Dios y a los hermanos en la experiencia también de la enfermedad”.
El Papa centra su mirada en Bernardita, para descubrir en ella un aspecto precioso y se nos puede pasar desapercibido. La Virgen le miraba como a una persona. “Como Santa Bernadette estamos bajo la mirada de María. La humilde muchacha de Lourdes cuenta que la Virgen a la que llamaba <
Los enfermos como las personas que tiene una discapacidad, incluso muy grave, tienen una dignidad inalienable y una misión en la vida y nunca se convierten en simples objetos, aunque, a veces, puedan parecer meramente pasivos, pero en realidad nunca es así”.
Bernardita dedicó su vida a los enfermos. Llevó a la práctica la mirada de la Virgen, tratando a los enfermos como personas valiosas. “En la Jornada Mundial del Enfermo, podeos encontrar nueva motivación para colaborar en la difusión de una cultura respetuosa de la vida, la salud y el medio ambiente; un nuevo impulso a favor del respeto a la integridad y dignidad de las personas, incluso a través de un enfoque correcto de las cuestiones de bioética, la protección de los más débiles y el cuidado del medio ambiente”.
Termina el Papa invitándonos a la plegaria a santa María de Lourdes, para que para que acompañe nuestra fe en el servicio en el servicio a los hermanos enfermos.
“María, Madre nuestra,
que en Cristo nos acoge como hijos,
fortalece en nuestros corazones la espera confiada,
auxílianos en nuestras enfermedades y sufrimientos,
guíanos hasta Cristo, hijo tuyo y hermano nuestro,
y ayúdanos a encomendarnos al Padre que realiza obras grandes.
Comentarios